Por Carina Bazzoni
"Estamos desilusionados, nos sentimos frustrados", describe con pesar Miguel Medina, un padre de familia de cuatro niños que en el 94 se instaló en Rosario.
Medina es el encargado de los problemas relacionados con la vivienda dentro de la comunidad qom y, como tantos otros varones y mujeres del barrio, se sumó en 2010 al "Sueños compartidos", un programa de urbanización y autoconstrucción de viviendas desarrollado por la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
El proyecto original comprendía la construcción de 500 casas con servicios, apertura de calles, pavimentación e iluminación. Sin embargo, las denuncias contra Sergio Schoklender, paralizaron las obras (ver aparte). El emprendimiento quedó después en manos de la firma Pecam, que el año pasado retiró el obrador del predio. El gobierno nacional le debía unos 50 millones de pesos y los pedidos de readecuación del precio de las construcciones no prosperaban.
Por eso Medina habla de "frustración" mientras recorre el barrio de calles de tierra, donde aún falta abrir varias calles y, sobre todo, completar la construcción de las 37 viviendas y el polideportivo, previstos en las manzanas que se extienden entre Juan José Paso, Formosa, Vera y el pasaje 705.
Tierra en conflicto
En esa zona, las casas de material con el frente pintado de celeste conviven con casillas de chapas, cada vez más abigarradas. En los últimos meses, el lugar se convirtió en tierra de conflicto entre los integrantes de la comunidad qom y nuevos vecinos que, viendo la existencia de parcelas libres, intentan instalarse en el barrio. Según describe Medina, "son personas que no son de la comunidad y, a medida que pasa el tiempo, los problemas son cada vez más graves".
Hasta allí llegaron el sábado pasado, al mediodía, dos columnas de efectivos de la policía con la misión de evitar el enfrentamiento con varias familias que intentaban tomar terrenos en medio del barrio.
Según advirtió Medina, cuando se compró a un privado el terreno y comenzó a desarrollarse el plan de viviendas, en esa media manzana actualmente en conflicto vivían 20 familias. Ahora son 40 y el número sigue creciendo con cada nuevo intento de ocupación.
"Por eso necesitamos que se termine el barrio, se construyan las casas y el polideportivo, porque queremos vivir tranquilos", dicen los integrantes de la comunidad qom.
Detenido
El Servicio Público de la Vivienda del municipio tiene a su cargo el control del proyecto. Según explica el director del área, Manuel Sciutto, del plan original que consistía en la construcción de 37 viviendas, aún faltan concretar 37.
También resta concluir obras de infraestructura, como la pavimentación de las calles, y la construcción de un polideportivo. "Pero el proyecto está parado desde hace un año, porque la contratista y Nación no llegan a un acuerdo por los precios de los trabajos y ante las deudas que acumuló el gobierno nacional con la empresa".
El funcionario señala que el municipio aconsejó que "si la redeterminación de precios no permite cumplir con los compromisos originales del contrato, por lo menos se concluyan la construcción de viviendas" para que después el municipio complete el resto de la obra pública en etapas.
"Nación tiene que acordar con la empresa la actualización de los precios y buscar un mecanismo de cierre de este proyecto. No es una tarea fácil, ya hubo más de diez adecuaciones de precios, pero nosotros planteamos que se acuerde la construcción de las casas que faltan antes de cerrar el contrato", señala.
Mientras tanto, reconoce, el asentamiento irregular que quedó encerrado entre el nuevo barrio está creciendo. "En ese lugar nosotros teníamos censadas un grupo de familias, ahora tendremos que volver a relevar este sector porque probablemente haya muchas más que 37 familias. En todo este tiempo hubo un crecimiento de la población, llegaron nuevos, otros formaron familia y están esperando una respuesta".