Por Matías Petisce
Marcelo Bustamante
Familias enteras se acomodaron en las confortables butacas de los tres vagones del servicio pullman que tiene destino final la localidad de Cañada de Gómez.
Cuando se habla del tren, surgen imágenes que evocan épocas de esplendor en las diferentes estaciones de Rosario (Oeste, Norte, Central Córdoba) y esa perspectiva que dio origen al cine en movimiento a partir del film de los hermanos Lumiere —La llegada del tren (1895)—. Algo así se vive en cada parada y se rememoró cuando se reactivó el ramal ferroviario entre Rosario y Cañada de Gómez en agosto de 2022 tras 45 años de abandono por diferentes decisiones e intereses políticos de turno. Hoy, con detalles logísticos por mejorar y corregir en cuanto a frecuencias y conexiones con otros medios de transporte, es el servicio cada vez más elegido por quienes trabajan en Rosario y viven en localidades aledañas, o bien, gente que logró conectarse entre Cañada y Rosario y mantener el vínculo gracias al tren.
En medio de la incertidumbre que gira en torno a la continuidad del servicio de cercanía a raíz de las políticas impuestas por el gobierno nacional en torno a lo público estatal, hay historias que se cuentan, se comparten y viajan a lo largo de 70 kilómetros de distancia con paradas intermedias. Uno de esos casos es el que comparten el cañadense Ezequiel y la rosarina Antonella, quienes se conocieron hace unos meses en Rosario por amistades en común en el plano deportivo y hoy disfrutan de la experiencia de viajar en tren, más allá de la cuestiones económicas que pueden representar desplazarse en otros medios de transporte tales como el vehículo particular, remís o micro.
Ambos son empleados en sus respectivas ciudades y ninguno cuenta con vehículo propio, pese a que coinciden que el costo del combustible sería prácticamente un golpe al bolsillo a raíz de lo que cuesta la nafta para ir y volver de una ciudad a la otra. También destacan que el pasaje en tren representa, hoy por hoy, apenas el 10% de lo que cuesta un boleto en micro entre Rosario y Cañada de Gómez.
Ezequiel tiene 37 años y trabaja en una empresa metalmecánica de Armstrong, a escasos kilómetros de su ciudad natal, y entrena a distancia en un grupo de atletismo de Rosario, puesto que es atleta federado. En eso cuenta que desde hace muchos años veía pasar el tren de cargas y siempre anheló viajar en tren. El sonido de la bocina de la locomotora y el propio de las ruedas al deslizarse por las vías alimentaba ese deseo de viajar arriba de la formación ferroviaria hasta que con la llegada del tren de cercanía pudo concretarlo y hoy lo hace a menudo.
"Más allá de lo económico, comencé a usar ese medio de transporte porque lo veía más como una aventura para tener anécdotas para contar a futuro con respecto a vivir la experiencia de viajar en otro medio de transporte que no sea un colectivo o un auto. Y la verdad que me sorprendió por su comodidad, su puntualidad, ya que sale y llega al horario programado, ni un minuto más ni un minuto menos", destaca Ezequiel en declaraciones a La Capital a la hora de describir sus sensaciones de viajar en tren.
En ese sentido precisa que en la formación ferroviaria "se viaja muy cómodo, hay mucho espacio y mesas para quien desee trabajar o comer algo; baños amplios e higiene; dispenser para agua caliente y fría en caso de querer tomar mates. A mi me gusta leer y la verdad es que también brinda esa posibilidad de disfrutar de esa comodidad y tranquilidad".
Y agrega: "La verdad que es muy práctico y muy cómodo ya que cuenta con butacas muy cómodas y un sistema de aire acondicionado que no tiene otro medio de transporte terrestre: tenés ganas de quedarte arriba del vagón y no salir. Me imagino que cuando sea invierno pasará lo mismo con la calefacción. Sinceramente fue una experiencia hermosa porque vas mirando otro paisaje y no corrés ningún tipo de peligro y el viaje no se detiene por ningún motivo, de modo que es muy seguro".
Ezequiel entonces sintetiza que hoy elige ese medio de transporte por la comodidad y por el costo, ya que argumenta que el pasaje le cuesta $280 contra lo más de $2 mil que sale un pasaje en colectivo y ni hablar de lo que insume el combustible de un auto.
Al llegar al andén en Rosario Norte está Anto, quien espera a Eze cada vez que viene a Rosario al menos una vez por semana. Y en ese sentido coincide con Ezequiel cuando le toca viajar hacia Cañada. También le apasiona correr y cuenta también con varios lauros logrados en el plano federado de la Asociación Rosarina de Atletismo (Arda), de modo que cuando no corre, pasa sus horas trabajando y también comenta que se da sus ratos libres para estar con amigos y visitar a Eze en Cañada.
"La experiencia fue muy linda, y lo que tiene de ventaja respecto al auto o al micro es el costo, ya que son $260 contra algo más de $2 mil de colectivo y mayor aún el costo de combustible y peajes si fuera en auto", señala. También aputa que el tiempo respecto al colectivo "es prácticamente igual, son dos horas de Rosario a Cañada", y pondera que el servicio "es excelente, mucho más cómodo, muy puntual y eso es una ventaja respecto al colectivo".
No obstante, aclara que "lo que tendrían que mejorar sería la cantidad de frecuencias y los horarios, ya que no hay tantos servicios y hay partidas arribos que son de madrugada o altas horas de la noche y resulta incómodo", ya que por la frecuencia que hoy ofrece el servicio en muchos casos resulta complejo poder coincidir con los horarios de salida y a eso se suma que los domingos no hay frecuencia.
La historia de Claudio es un tanto diferente. Desde hace poco más de dos meses logró mudarse a Roldán luego de vivir durante años en Rosario, donde su familia desarrolla prácticamente todas sus actividades cotidianas tales como trabajo y estudios. Ahí justamente también pesó la economía familiar para comenzar a optar por el tren de cercanía.
"Me mudé hace unos meses a Roldán después de vivir durante muchos años en Rosario y la situación económica para poder costear el combustible del auto o el pasaje en colectivo era cada vez más dificultosa", comenta.
A eso se sumó que en un momento se le rompió el auto con el que se traslada en familia y no tuvo más remedio que movilizarse de otra manera mientras el auto permaneció por espacio de una semana en el taller mecánico.
"Simplemente no me quedó otra y comenzamos a movernos en tren. De todas formas, con mi familia vamos a implementar este medio de transporte porque sale $130 mientras que el boleto en micro se ubica en $800; tarda el mismo tiempo, viajás con aire acondicionado, contás con la estación de bicicletas públicas y el tema del combustible generó que la gente se vuelque al tren propio de lo que representa un gasto enorme entre nafta y estacionamiento", comentó a la hora de destacar las bondades y comodidades de este servicio.
Desde la Asociación Rosarina Amigos del Riel, Mariano Antenore, celebró que después de 45 padecer un ramal abandonado haya posibilidad de poder viajar en tren por todo lo que eso implica, aunque no ahorró sugerencias y críticas constructivas para poder revalorizar este sistema de transporte.
Por eso propuso hacer una encuesta de origen y destino de usuarios de las estaciones intermedias entre las cabeceras de Cañada de Gómez y Rosario para evaluar qué horarios pueden ser más convenientes y provechosos a fin de sumar la mayor cantidad de pasajeros posible.
En ese sentido, también apuntó el mecanismo un tanto engorroso que representa gestionar la compra de un pasaje para un servicio de cercanía. "Hoy por hoy para comprar un pasaje por internet tenés que poner una gran cantidad de datos como si se tratara de un servicio de larga distancia, y tenés que ser mayor de 18 porque de lo contrario no podés viajar", evaluó respecto a lo que representa un tren regional.
>>Leer más: El tren Rosario-Cañada de Gómez tendrá tres frecuencias diarias desde el lunes
"Estamos hablando de que si vas de Cañada de Gómez a Correa, o de Rosario y Funes, no se puede hacer semejante trámite porque la idea sería utilizarlo como un servicio ágil", reclamó.
Por otra parte, marcó la falta de boleterías en los tramos intermedios. "Sólo hay boleterías en las cabeceras, por eso es necesario poner boleterías en el resto de las estaciones, implementar la tarjeta Sube o un guarda que cobre en efectivo o posnet arriba del coche", señaló.
También apuntó la falta de servicios durante los domingos al igual que tramos cortos tipo diferenciales entre Rosario - Funes - Roldán, dado el exponencial crecimiento demográfico entre estas últimas localidades.
A eso le sumó la posibilidad de agregar más paradas como podría ser en el Aeropuerto Internacional Rosario (AIR) y sumar un sector destinado a bicicletas como ocurre en Buenos Aires y otras ciudades del mundo.
"Habría que tener más paradas como las tuvimos hasta 1977; ahora se justifica con el shopping, los colegios y la consecuente urbanización, lo mismo con la posibilidad de agregar el coche-furgón para poder transportar bicicletas a bordo como ocurre en Buenos Aires u otros lugares del mundo", señaló.
También señaló que el tipo de tren para un servicio de cercanía no es el adecuado, ya que tiene características de uno de larga distancia. "En su momento festejamos el regreso del tren porque hacía 45 años que estaba parado; si lo comparás con los servicios que presta el transporte urbano de pasajeros es sumamente beneficioso y no tiene punto de comparación, más allá de que la tarifa, pero hay cosas a mejorar", dijo.
>>Leer más: Entre la crisis y el miniturismo, el tren a Cañada de Gómez suma pasajeros
En ese marco, Amigos del Riel reclamó mayor conectividad entre la estación Rosario Norte y el transporte público de pasajeros (TUP) de la ciudad. "No hay colectivos al centro, salvo las líneas 110 y 134/135 que, según el horario, hay que caminar hasta Ovidio Lagos y Güemes a sabiendas que vienen llenos desde otros puntos de la ciudad, por eso habría que reponer líneas de las 7 que terminaban allí; la postura nuestra siempre fue que el tren llegue hasta Rosario Central (Corrientes y Wheelwright); por eso solicitamos que tenga una mejor conectividad", señaló.
Asimismo pidió "continuar con la reparación de vías, obra que estaba prevista hasta Cañada de gómez y se paralizó en San Jerónimo, puesto que desde allí a Cañada no se arregló y por lo tanto el tiempo de viaje no puede reducirse", que era uno de los objetivos tales como el que va de Rosario a Buenos Aires.
A su vez, solicitó recuperar la potestad del uso de vías en el tramo de Rosario - Cañada, a sabiendas que la obra la estaba pagando el Estado nacional y la concesionaria de cargas (Nuevo Central Argentino) es la que aún determina cómo, cuándo y a qué velocidad de desplazarse el tren.
"El concesionario es el NCA quien decide el paso del tren, teniendo en cuenta que la inversión corrió por cuenta del Estado. Sin embargo, el concesionario sigue decidiendo sobre la misma, es un absurdo y obedecen a los contratos de concesión son bastante laxos y están prorrogados desde la década del 90", argumentó.
En ese contexto, planteó: "Ahí habría que intervenir de manera similar como ocurrió con el tramo comprendido entre Zárate - Villa Gobernador Gálvez, puesto que el concesionario era quien decidía cómo debía circular el tren, siendo que el Estado era el que se había hecho cargo de la renovación de las vías y el servicio".
Según el portal web Mi Argentina, de lunes a viernes hay tres frecuencias. Desde Cañada de Gómez parte a las 5:20, 17:20 y 23.15, y los sábados a las 5.20. En tanto, desde Rosario Norte parte a las 2:30, 14:30 y 20.
El objetivo es que esta tercera frecuencia les sirva a quienes la utilizan para venir a la ciudad a trabajar. Ahora, llegan a Rosario Norte a las 07.26 y recién pueden volver por la noche como única opción.
No obstante, si se suma un nuevo servicio después del mediodía, los que salgan por la tarde también podrán regresar a sus casas en tren.
El servicio de cercanía recorre 70 kilómetros del Ferrocarril Mitre tiene ocho paradas: Cañada, Correa, Carcarañá, San Jerónimo Sud, Roldán, Funes, Fisherton (Antártida Argentina) y Rosario Norte.
Por Gonzalo Santamaría
Por Nicolás Maggi