Un verdadero susto se llevaron este jueves a la mañana vecinos, docentes y alumnos de una escuela de barrio Ludueña al encontrarse con un inmenso ejemplar de víbora boa constrictora.
El ejemplar de boa constrictora hallada frente a una escuela en barrio Ludueña.
Un verdadero susto se llevaron este jueves a la mañana vecinos, docentes y alumnos de una escuela de barrio Ludueña al encontrarse con un inmenso ejemplar de víbora boa constrictora.
El animal estaba muerto, pero su hallazgo, ocurrido este jueves a la mañana frente a la Escuela Nº 1.027 Luisa Mora de Olguín (también conocida como la “escuela del padre Montaldo”), causó preocupación porque evidentemente el reptil debió estar en cautiverio no muy lejos de allí.
El jefe de la Policía Ecológica, Daniel Ojeda Medina, le indicó a La Capital que se trata de un espécimen de anaconda amarilla, también conocido como curuzú. Se trata de un reptil de la familia de las boas constrictoras.
El efectivo policial señaló que la víbora apareció en un terreno lindero a la escuela y fue descubierto por personas que hacían tareas de limpieza. “Lamentablemente, la mataron y la tiraron en contenedor de residuos”, agregó el oficial.
Por su parte, el veterinario Gillermo Pérez Gimeno, opinó que el ejemplar de serpiente -a la cual se refirió como una boa constrictora- que apareció en Ludueña "puede llegar a medir cuatro metros y, con ese tamaño, son capaces de comerse un venado. Generalmente se alimentan con ratones”.
“Está prohibido por ley tener esos reptiles como mascotas. Es un animal silvestre y no debe tenerse en cautiverio. Es una picardía que la hayan matado porque no causa ningún daño al ser humano. Al contrario, como se alimenta de ratones, quizás pueden ser beneficiosas”, dijo en diálogo con Telefe Rosario.
Pérez Gimeno descartó que ese tipo de víbora vaya a atacar a los seres humanos. “Este tipo de animales es probable que intente escapar más que agredir. A lo sumo podrá defenderse, no agredir. La forma más fácil de evitar un accidente con víboras es, si la vemos, alejarnos. Dejarla en el lugar donde está y llamar a la autoridad de Fauna o Defensa Civil o a la Central de Emergencias. Si alguien la tiene que capturar, que sea alguien con experiencia y herramientas apropiadas”.
Por Mariano D'Arrigo
Por Carina Bazzoni