Para diciembre de 2022, eran 80 las conexiones definitivas a nuevos edificios por parte de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), una deuda que la compañía buscaba saldar para finales del 2023. Sin embargo, a poco de iniciarse el 2024, desde la Asociación Empresarios de la Vivienda (AEV) afirmaron que no sólo no se cumplió el objetivo, sino que el número de conexiones adeudadas es de 150, lo que hace que esas torres de departamentos estén funcionando lisa y llanamente "con el palo y el cajón que queda de las obras", explicó Gabriel Redolfi, integrante de la entidad y titular de la firma MSR.
El empresario afirmó también que, de no mediar un plan de obras e inversión por parte de la EPE, "se va a hacer imposible seguir construyendo en la ciudad".
Tanto la AEV como la delegación Rosario de la Cámara de la Construcción, que compartió el diagnóstico y afirmó que tiene reclamos desde hace más de tres años, ya elevaron petitorios tanto a la Gobernación como a las nuevas autoridades de la EPE, así como un "listado preciso y detallado con cada uno de los edificios que esperan conexión y el detalle pormenorizado de la situación" de esos inmuebles, indicó Redolfi.
El contacto abrió un nuevo canal de diálogo e incluso ya tiene fecha un encuentro con las nuevas autoridades de la Secretaria de Energía de la provincia donde llevarán sus urgencias ante un conflicto que afirman "es absolutamente previsible porque por cada uno de los edificios que se levanta se hace un formulario de factibilidad, por lo que la EPE tiene los dos años y medio o tres que dura una obra por delante para garantizar las conexiones", agregó el titular de MSR.
Subestaciones a la espera
Redolfi detalló el proceso que permite prever ante el inicio de cada obra la potencia que cada torre necesitará para su funcionamiento. "Eso detalla el consumo de los ascensores, de los montacoches, de la iluminación en general, de los acondicionadores de aire y de cada departamento", detalló el empresario y señaló que "en la mayoría de los casos, la empresa requiere en 9 de cada 10 obras, la construcción de subestaciones de media a baja tensión, e incluso algunas otras obras de infraestructura".
Lo que sucede en muchos de estos puntos que están a la espera es que las obras civiles necesarias para el funcionamiento de las subestaciones están terminadas, pero no el equipamiento y las conexiones subterráneas que corren por cuenta de la empresa de la energía.
"Las respuestas que recibimos desde hace tiempo es que no tienen transformadores, que no tienen celdas y, lo que es peor, que no hay plazos para la concreción de las conexiones", indicó el empresario. Y agregó que "en casi el ciento por ciento de estas situaciones, estas subestaciones no sólo llegan para alimentar a estos nuevos edificios, sino que a unas 20 manzanas a las redonda".
Sólo en el caso de las torres que son parte de la AEV hay más de un centenar un centenar en situación precaria, a las que deben sumarse las relevadas por la Cámara de la Construcción. Su titular en Rosario, Rubén Llenas, afirmó "casi la totalidad de las empresas en obra tienen problemas de esta naturaleza, a los que se le viene realizando un seguimiento en los últimos años", aunque "sin mucho resultado", reconoció.
El dirigente, al igual que su par de la AEV, reconoció que hubo diálogo con la EPE y con autoridades de la gestión del gobierno de Omar Perotti, sin embargo, afirmó que "no hubo soluciones" y detalló que hay "reclamos que se sostienen desde hace más de tres años y si alguno se va solucionando, van entrando otros nuevos".
Ahora, de cara a la reunión que mantendrán con las nuevas autoridades provinciales, Redolfi adelantó a La Capital que esperan "comenzar a trabajar en conjunto para armar un plan sustentable para prever y subsanar el atraso y prever las obras por delante. Porque cómo podemos pensar en las 200 obras que están ahora en construcción si llevamos unas 150 con atraso".
El caso Puerto Norte
En Puerto Norte son varias las grandes desarrolladoras que tienen proyectos detenidos. "Allí directamente hay sectores sin energía", afirmó Redolfi y no es el único que tiene ese problema.
En la zona, sobre la continuación hacia Avellaneda de la avenida Luis Cándido Carballo también tienen proyectos las empresas Fundar, Obring y Bauen Pilay, que atraviesan la misma problemática y que recibieron como respuesta de la EPE que debe construirse una estación de alta y media tensión para distribuir la energía en la zona, y a partir de allí las subestaciones a cada uno de los edificios.
"Lo que no sabemos es cuándo se va a hacer la obra ni con qué fondos", dijo el titular de MSR, quien consideró que "si no se encuentra una articulación público privada que permita llevar adelante un plan de obras, se van a tener que detener los planes de inversión, lo que afecta a toda la cadena productiva de la construcción".
En ese escenario, el empresario señaló que eso que en 2002 se llamó "boom de la construcción" y que ya es en la ciudad "una actividad consolidada que atrae millones y millones de pesos a Rosario" es lo que está en riesgo con estas situaciones.
"Los constructores hemos ocupado con altísima eficiencia el rol del Estado en materia de vivienda -continuó-. Es lo que sabemos hacer porque el Estado ha estado ausente, pero no podemos seguir haciéndolo sin energía".