"Vengo a decir que vamos a cumplir. El 31 de marzo, la tracción a sangre será historia en Rosario". El anuncio seguido de los aplausos al discurso inaugural que pronunció la intendenta Mónica Fein en el Palacio Vasallo le puso fecha límite al tránsito de carros a caballo. La promesa le da cumplimiento a la ordenanza 8.726 de 2010, que durante los últimos dos años tuvo la reconversión de carreros en emprendimientos productivos bajo el programa Andando con la incorporación de 1.380 familias a una red productiva con capacitación en oficios. Faltan cinco días y restan 200 familias relevadas que deberán incorporarse al plan.
El pasado 10 de marzo, en medio de las metas y objetivos 2017, Fein incluyó el fin de la tracción a sangre en la ciudad. Para apuntalar la reconversión del cirujeo a emprendimientos productivos, la jefa comunal citó el ejemplo de Doris, hija y nieta de recicladores, que encontró en la panificación una alternativa laboral.
"Quiero decirles gracias porque la lucha de ustedes es la fuerza de nuestra gestión para seguir adelante", lanzó Fein mirando a los ediles.
Con un puntapié inicial en marzo de 2015, el Andando tuvo la inscripción de 1.370 carreros, de los cuales 1.213 entregaron sus caballos. El programa se explica como el periodo de transición en un lapso de 24 meses entre la ordenanza 8.726 de 2010 y su fecha límite de tolerancia que expira a fin de mes.
El periodo de adaptación para llegar al fin de la tracción a sangre no resultó sencillo. Hace dos años, carreros de los barrios Vía Honda, La Lagunita, La Cariñosa y Empalme Graneros llegaron con sus caballos hasta las puertas del Palacio Municipal para expresar su rechazo a la ordenanza 8.726. "Esto no se puede hacer con una bicicleta", había expresado uno de los representantes. "Con esto nos van a llevar a ser cada vez más pobres", agregaron.
Por el contrario, las organizaciones proteccionistas de los animales encabezaron una férrea defensa de la normativa. Esta vez, el Ejecutivo parece haber encontrado el equilibrio para decretar el fin de los caballos en la vía pública.
Alternativas
El programa ofreció alternativas al reemplazo de los equinos por bicicletas para continuar con la recolección informal. Primero se hizo un registro, luego se entregaron máquinas de coser, herramientas de jardinería, bordeadoras, maquinas panificadoras y hornos de cocina.
Quienes finalmente se decidieron a entregar su caballo a cambio de una ayuda económica también pudieron anotarse en cursos de capacitación en oficios como albañilería, pintura, herrería, panificación, auxiliar de peluquería y manicura, electricidad y reparación de artefactos eléctricos, carpintería básica, operador de máquinas de coser industriales y camisería, computación.
Otros comenzaron a trabajar en la Planta de Tratamiento y Compostaje de Residuos y otros comenzaron a trabajar en huertas de Agricultura Urbana. En paralelo, se les ofreció la participación del Plan de Alfabetización Municipal.
¿Qué pasó con los caballos?
Los animales que fueron entregado por los carreros fueron trasladados a un corral municipal bajo la órbita de Control Urbano.
Según indicó la Municipalidad, los caballos, tras un examen hecho por veterinarios, fueron "jubilados" en campos del interior de la provincia o dados en adopción a aquellas personas que cumplan con los requisitos.
El año pasado se retiraron de circulación unos 80 equinos luego de verificarse que eran sometidos a malos tratos por parte de sus dueños. Los mismos fueron derivados al predio ubicado en Camino Viejo a Soldini al 4500.
Algunos habían sido golpeados, otros eran obligados a trasladar pesos excesivos o bien estaban mal alimentados. La falta de herrajes y de condiciones sanitarias adecuadas también fueron motivo de remisión.