Los primeros pasos de esta nueva irrupción de Gendarmería dentro de la ciudad se enfocarán en los puntos críticos que exhibe la agitada realidad rosarina. Dentro de ese grupo de zonas calientes del delito se encuentran Tablada y Villa Banana, dos barrios atravesados por las necesidades estructurales, la violencia sistemática y la exclusión como despiadado reflejo urbano. Un marco que junto con la narcocriminalidad conforman un complicado tablero inicial de acciones para las fuerzas federales.
La Capital tuvo acceso a un detallado informe de inteligencia que forma parte de los análisis en los que se apoyarán los trabajos coordinados de Gendarmería y la policía provincial de las próximas jornadas. Datos que revelan deficiencias básicas, falta de acceso a servicios elementales y la existencia de bandas que actúan en esos sectores y que generan un clima de peligro latente.
Tablada está encuadrada en lo que las fuerzas llamaron Zona de Responsabilidad 1. Tiene 5 kilómetros cuadrados de extensión y su densidad poblacional duplica o triplica la del resto de la ciudad, sin tener en cuenta al centro.
Se verifican delitos contra la propiedad alrededor de la zona comercial, y contra la movilidad de las personas en la zona industrial. Asimismo surgen números claramente desfavorables en relación a educación y condiciones materiales de los habitantes del lugar.
En Tablada se registraron 10 homicidios en los últimos 6 meses, y la mayoría de los fallecidos tenían entre 20 y 30 años.
Según el trabajo de los analistas e investigadores, existen bandas delictivas que están identificadas y que operan en la zona. En ese sentido, las de mayor nivel de violencia y poder de fuego son la Banda de Ameghino y la de Centeno. Entre ellas se disputan el control del territorio, de los búnkers de drogas y de los consumidores.
Otras de menor peso que trabajan en el lugar son Los del Puente, Las Palomas y Alcaraz.
Los principales delincuentes usan armas semiautomáticas, ametralladoras, tumberas de doble caño y revólveres con cargador de ametralladora. En los últimos tiempos, a partir de la anterior llegada de Gendarmería a la ciudad, comenzaron a usar silenciadores.
Con la intención de cuidar sus armas y de tratar de esquivar los controles de seguridad, los delincuentes las guardan en lugares insólitos, como las cloacas.
De los homicidios ocurridos en los últimos 6 meses en la zona, en el 93 por ciento de los casos se utilizaron armas de fuego.
La fisonomía de Tablada impone sus propias reglas. Existe una gran cantidad de pasillos, de uno a tres metros de ancho variable, que proponen severas complicaciones de acceso y que cuentan con salidas a diferentes calles.
Esos pasillos no cuentan con alumbrado público y son lugares de muy difícil circulación cuando llueve. Hay calles de tierra y en el barrio se producen en forma reiterada cortes de luz ante altas temperaturas.
Esta zona está ubicada bajo la supervisión de la comisaría 16, que tiene capacidad para 12 detenidos y la comisaría 11, para dos. Muchas veces se saturan y eso dificulta sus tareas.
Por allí sólo pasan 5 líneas de colectivos (106 Ibarlucea, 113, 122, 144 N y 146 N).
En el oeste. Villa Banana está inscripta en el radio de la Zona de Responsabilidad 4, que tiene 2,9 kilómetros cuadrados de extensión y más de 30 mil habitantes. En su interior se desempeñan las comisarías 13ª, 18ª y 19ª. El barrio ofrece un complicado entramado de circulación debido a las vías del ex FFCC Belgrano, que no favorecen la comunicación interna. Y según los relevamientos estatales, el 41 por ciento de la población de la zona no cuenta con conexión a los servicios básicos.
En Villa Banana hay 1.000 familias que viven en asentamientos irregulares. Bajo acuciantes problemas de saneamiento y deficiencias en la provisión de servicios básicos. La mayoría utiliza pozos ciegos, el gas llega en garrafa, las conexiones a la red de agua son irregulares, y tanto los desagües pluviales como el alumbrado público son deficientes.
Debido a las necesidades sociales, en la zona desarrollan actividades 13 comedores y centros comunitarios. Uno de los más conocidos es Comunidad Rebelde, agrupación estudiantil que está luchando contra una banda narco para poder actuar en el lugar. Se calcula que por todos esos comedores circulan más de 2.500 personas los días de semana.
La comisaría 13ª (San Nicolás 2023) es la responsable de la zona y tiene muchas necesidades edilicias. Cuenta con 25 efectivos y 2 móviles. Y no hay fuerzas de la Policía de Acción Táctica, ni de la Policía Comunitaria que colaboren en el sector.
La situación socioeconómica de la mayoría de los habitantes es delicada. Se verifican estadísticas muy desfavorables y un amplio sector de esa población tiene necesidades básicas insatisfechas.
Villa Banana posee un alto nivel de violencia. Entre enero y febrero de este año se produjeron 5 homicidios. Allí actúan más de 10 bandas con bajo nivel de organización y en su mayoría integradas por grupos familiares. Generalmente se dedican a delitos menores como robos, hurtos, entraderas, arrebatos, y narcomenudeo (comercialización de droga a pequeña escala).
Los delincuentes utilizan armas calibre 9 milímetros, 38 y tumberas.