Aerolíneas Argentinas ya arrancó sus operaciones de esta temporada entre Rosario y Punta del Este, con un valor promedio de siete mil pesos por pasaje de ida y vuelta. La principal novedad, en el marco del crecimiento de las operaciones en el Aeropuerto Internacional de Rosario (AIR), es que la compañía vuela con Boeing 737 con capacidad para 170 pasajeros, duplicando así la cantidad de asientos ofrecidos. El año anterior lo hizo con Embraer 190 y capacidad para 96 pasajeros.
Los vuelos entre Rosario y Punta del Este operan los viernes y domingos con horario de salida a las 20.30 y arribo a las 21.50. Este servicio completa el cronograma de vuelos de verano que Aerolíneas Argentinas ofrece en la ciudad.
Este verano llegarán a Punta del Este un total de siete vuelos diarios, es decir, unos 1.000 pasajeros por día con salidas además de Rosario, desde Córdoba y Buenos Aires.
El pasado 1º de diciembre comenzaron los vuelos entre Rosario y Río de Janeiro. Esa ruta cuenta con 4 frecuencias semanales, los viernes, sábado, domingo y lunes, lo que significa un 6% más de asientos que el verano anterior.
Luego, el 28 de diciembre, comenzó la operación hacia y desde Mar del Plata con tres frecuencias semanales. Al día siguiente, le tocó el turno al vuelo con destino a Florianópolis, el cual opera con una frecuencia semanal.
En la misma línea, Aerolíneas Argentinas dispuso un vuelo extra hacia y desde Buenos Aires (20 frecuencias semanales) e Iguazú (pasando de 3 a 4 frecuencias semanales).
Además, la compañía opera vuelos entre Rosario y Salta (3 frecuencias semanales), Rosario y Mendoza (3 frecuencias semanales), y Rosario-Bariloche (5 frecuencias semanales).
Nuevo sistema
La Empresa Argentina de Navegación Aérea implementó un nuevo sistema de detección de actividad eléctrica en el aeropuerto local para preservar la seguridad de pasajeros y personal que trabajan en la atención de vuelos durante los días de meteorología adversa.
El nuevo sistema emite una alerta amarilla cuando detecta actividad eléctrica significativa a 15 kilómetros del aeropuerto y se lo advierte al personal operativo. Si se detecta dentro de un radio de 5 kilómetros desde el aeropuerto, el sistema emite una alerta roja y activa una sirena y luces estroboscópicas de alerta en las áreas operativas abiertas del aeródromo.
Si transcurren diez minutos sin registrarse otra actividad eléctrica, las alertas cesan y el sistema vuelve a quedar en vigilancia permanente.
La puesta en marcha de este sistema reduce los tiempos de suspensión de las operaciones ante la precisión en la detección de actividad eléctrica y brinda seguridad tanto en el desplazamiento de los pasajeros desde y hacia las aeronaves, la manipulación del equipaje y la integridad física de las personas que trabajan en el despacho de los vuelos.