Ciento veinte turistas argentinos fueron rescatados ayer de la localidad peruana
de Aguas Calientes y están en la localidad de Ollantaytambo para luego seguir viaje a Cusco, tras
el desmoronamiento de los caminos que conducen a Machu Picchu por las lluvias que desde hace varios
días afectan a la región.
A última hora de anoche, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de
Kirchner, ordenó a la ministra de Defensa, Nilda Garré, el envío de dos aviones a Perú para
colaborar con el operativo de rescate de los turistas argentinos. Un Hércules y un Fokker F-28
partirán a primera hora de esta mañana hacia Cusco.
La Cancillería informó además que el cadáver de la turista argentina Lucila
Ramallo Sarlo, de 24 años, fallecida por un desmoronamiento, podría ser repatriado mañana tras
resolverse los trámites para su salida del Perú.
En cercanías de la histórica ciudadela inca quedan unos 500 argentinos que
esperan ser trasladados, aunque las autoridades peruanas afirman que el rescate podría demorarse
porque operan helicópteros más chicos debido a la inestabilidad del terreno por las fuertes
lluvias.
Otros 800 turistas extranjeros también esperan salir de Aguas Calientes. El
operativo se realiza en base a un orden que rige en forma internacional para este tipo de
catástrofes, que indica que en primer lugar son evacuados los niños, los mayores de 60 años y las
mujeres embarazadas.
Desamparo. Adriana Spina, una turista argentina rescatada, aseguró al diario El
Comercio de Perú que las 3.000 personas que llegaron a Aguas Calientes hace cuatro días vivieron
"una situación de desamparo" y que a muchos de ellos el temporal los dejó "varados en el punto de
entrada a la ciudadela de Machu Picchu".
Precisó que por cuestiones de prioridad, su esposo se quedó en Aguas Calientes
pero advirtió que "no sabemos cuándo va a salir ni cómo nos vamos a comunicar"
"Todo ha subido de precio y no funcionaban las tarjetas de crédito. Por una
botella de agua están cobrando 10 soles (13 pesos)" y aseguró que "muchos turistas dormían en los
vagones del tren de Perú Rail, en las oficinas, en los restaurantes, en donde también tenían que
hacer sus necesidades".
La operadora de turismo Cecilia Molina dijo que la alimentación es escasa en
Aguas Calientes, mientras que algunos comerciantes han triplicado el precio de sus productos.
Complicados. El rescate de los turistas se complicó los primeros días a raíz de
incidentes que se generaron cuando helicópteros privados trasladaban a personas con visa de los
Estados Unidos desde Aguas Calientes hasta Cusco, aunque las autoridades locales dijeron que esto
no ocurrió con máquinas provistas por el Estado peruano.
Ayer al mediodía, un helicóptero llegó a esa zona con decenas de turistas
-algunos niños- que se quejaban de la situación vivida en los últimos días.
Pablo Pozo, de la oficina regional de comunicaciones de Cusco, dijo que operaban
en la zona "unos 11 helicópteros pero más pequeños, con capacidad de traslado de seis o siete
personas, debido a que las lluvias tornaban muy inestable el terreno para que aterricen máquinas
mas grandes".
Muchos de los turistas, la mayoría extranjeros, tuvieron que dormir en carpas y
en improvisados centros de ayuda en la localidad de Aguas Calientes, mientras crece la preocupación
por la falta de alimentos y provisiones, afirmaron testigos.
"Es una situación muy difícil y espero que va a continuar durante al menos unos
días más", dijo Dennis Clarke, un turista canadiense que esperaba ser rescatado de Aguas
Calientes.
"La gente está ansiosa. Mucha gente de aquí se conecta con otros vuelos, otros
lugares y necesitan salir", agregó.
El cónsul Volpi aseguró además que la Embajada junto con los consulados de
Brasil y Chile envió víveres y agua hasta Aguas Calientes para el resto de los turistas, l (Télam y
Reuters)