Nuevas protestas estallaron ayer al caer la noche en Irán, donde un policía recibió un disparo mortal según el régimen islámico, un día después de que diez personas murieran por la represión en todo el país. Las autoridades iraníes han aplicado además la censura en las redes sociales. El clima de protestas se mantiene y evidencia el trasfondo de disconformidad de amplios sectores de la sociedad iraní con el régimen de los clérigos islámicos que domina el país con mano de hierro desde la revolución de 1979. La mala situación económica no mejora, como se había prometido luego del acuerdo nuclear con las Naciones Unidas y las grandes potencias firmado en 2015.
La presencia policial era ayer muy fuerte en Teherán, donde grupos de manifestantes recorrieron el centro de la ciudad gritando eslóganes contra el régimen, informaron las agencias de noticias locales, muy controladas por el régimen islámico. La policía procedió a muchos arrestos. Según la televisión estatal, un policía murió y otros tres resultaron heridos por "disparos de fusil" en Nayafabad, en el centro de Irán. Estas versiones oficiales sobre "agresiones armadas" no han podido ser comprobadas en ningún caso. A la vez, se consigna que al menos 12 manifestantes han sido muertos a tiros por los uniformados. Fue el quinto día de disturbios en varias ciudades de Irán, que comenzaron con protestas contra el poder y las dificultades económicas, el desempleo, la carestía y la corrupción.