Transición. Un miembro de las Farc limpia su fusil, tal vez por última vez antes de entregarlo y desmovilizarse.
Transición. Un miembro de las Farc limpia su fusil, tal vez por última vez antes de entregarlo y desmovilizarse.
La guerrilla de las Farc empezó ayer el proceso de la entrega de sus armas a las Naciones Unidas, en cumplimiento del acuerdo de paz suscrito con el gobierno colombiano el pasado 24 de noviembre. El proceso empezó con el registro de las armas en poder de los 6.934 guerrilleros que están concentrados en 26 sectores que fueron escogidos por las partes para el desarme y la desmovilización del grupo. Las primeras armas en ser entregadas efectivamente fueron las de los 322 miembros de las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) que forman parte del Mecanismo de Monitoreo y Verificación junto con el gobierno y las Naciones Unidas. También deben entregar las armas los 60 guerrilleros que saldrán próximamente de los campamentos para efectuar labores de "pedagogía por la paz" en diversas regiones del país. Además, las Farc deben suministrar a la ONU en esta primera fase del desarme las coordenadas de los lugares donde tiene explosivos y munición inestable, para que se proceda a su destrucción.
"Es un día histórico para el país: las FarcC dicen #AdiósALasArmas, para cambiar la violencia por la reconciliación. #LaPazAvanza", celebró en Twitter el presidente Juan Manuel Santos, quien tras firmar el 24 de noviembre un acuerdo con ese grupo recibió el premio Nobel de paz.
Uno de los negociadores del gobierno en el proceso de paz, el general del ejército Javier Flórez, dijo en septiembre pasado que las Farc tienen "14.000 fusiles y pistolas de acompañamiento y 6.000 unidades de otro tipo de armamento, como granadas y morteros".
La ONU instalará en los sitios de concentración de las Farc varios contenedores donde serán depositadas las armas. Las Farc habían solicitado modificar el cronograma de entrega de las armas por el retraso que se presentó en la fase de concentración de sus miembros, pero finalmente las partes decidieron mantener el esquema original.
El cronograma establecía que 30 días después de la entrada en vigor del acuerdo de paz, el 31 de diciembre, todos los miembros de las Farc deberían estar dentro de las 26 zonas de concentración. Sin embargo,los últimos guerrilleros ingresaron a esas zonas el 18 de febrero, debido a los retrasos en el acondicionamiento de los campamentos. Aunque en este punto hubo un retraso, las partes convinieron en que no se modificará el calendario del desarme. El acuerdo establece que 90 días después de ser refrendado el acuerdo de paz, lo que ocurrió a finales de noviembre, las Farc iniciarán la entrega del 30 por ciento de sus armas. Otro 30 por ciento se debe entregar a los 120 días de la refrendación y el restante 40 por ciento a los 150 días.
Según el cronograma, a los 180 días (como máximo el 1º de junio) la ONU extraerá las armas de las bodegas para empezar la elaboración de tres monumentos a la paz, que estarán ubicados en su sede de Nueva York, en Colombia y en Cuba, que durante cuatro años fue la sede de las negociaciones.
Optimismo
En las 26 zonas de concentración de las Farc hay aproximadamente unos 7.000 guerrilleros. En La Carmelita, sur de Colombia, los integrantes de la Farc se mostraron optimistas sobre el acuerdo de paz pero admitieron que allí viven en peores condiciones que en la selva. Bajo carpas de plástico construyeron rancheríos como los que tenían en los campamentos clandestinos a la espera de que el gobierno levante las casillas en las que vivirán hasta el final del desarme. "No es un buen día para empezar a dejar las armas porque ni siquiera nos han construido la zona", afirmó Jorge Tavarich, de 36 años y 17 en la guerrilla. "Mi mayor anhelo no es dejar el fusil sino que se materialicen los acuerdos", dijo. Cuando finalice el período de transición hacia la vida civil le gustaría estudiar derecho y apoyar el partido en el que se convierta la guerrilla de las Farc.
"Tenemos ganas de movilizarnos", dijo en contraposición a la idea de que dejar las armas significa desmovilizarse mientras tres compañeros limpiaban sus fusiles. A diferencia de épocas pasadas, cuando era habitual ver a los guerrilleros cargando sus armas en el campamento, ahora el armamento cuelga de las camas o columnas o está almacenado.
En tanto, el presidente Santos anunció ayer una adición presupuestal de 1,5 billón de pesos (unos 514,2 millones de dólares) para la consolidación del posconflicto armado. "Para este año tenemos definidas inversiones por 4 billones de pesos (unos 1.372 millones de dólares) con ese propósito, de los cuales en la adición presupuestal vamos a incluir 1,5 billón", dijo el jefe de Estado. En opinión del mandatario, "el país entró en una etapa irreversible de consolidación de la paz. Y vamos como gobierno, vamos como Estado y como sociedad a hacer realidad los frutos de la paz". Con esos recursos, explicó el gobernante colombiano, se pondrán en marcha 16 planes de desarrollo con enfoque territorial en 167 municipios del país, los cuales fueron escogidos a la luz de cuatro criterios: alta o muy alta afectación por el conflicto; altos niveles de pobreza; debilidad institucional; presencia de cultivos ilícitos y otras economías ilegales en su territorio.