Las tormentas eléctricas obstaculizaron este lunes la búsqueda de más de 14 personas que permanecen desaparecidas, un día después de que un enorme trozo de glaciar alpino se desprendiera de la cima de una montaña de los Alpes italianos. El violento alud de hielo, nieve y rocas alcanzó los 300 km/h y mató a al menos siete excursionistas.
"Espero que los números se detengan aquí'', admitió el gobernador de Veneto, Luca Zaia, cuya región en el noreste de Italia limita con la cordillera de los Dolomitas, incluido el glaciar de la montaña Marmolada donde ocurrió la tragedia. Habló en la ciudad turística de Canazei, donde se instaló una morgue de campaña.
Otro líder regional, Maurizio Fugatti, dijo que este lunes por la tarde seguían desaparecidas 14 personas: 10 italianos, tres checos y un austriaco. "Fuimos contactados por familias porque estas personas no regresaron a casa'', dijo Fugatti de la región alpina de Trentino-Alto Adige. La avalancha ocurrió cuando había decenas de excursionistas en la zona, incluyendo algunos de ellos que se encordaron entre sí.
El primer ministro italiano, Mario Draghi, flanqueando a los funcionarios después de reunirse con familiares de algunos de los muertos, expresó "la más sincera, afectuosa y sentida cercanía'' a las familias. Luciendo sombrío, exigió que se tomen medidas para que una tragedia así no vuelva a ocurrir. "Este es un drama que ciertamente tiene cierta imprevisibilidad'', dijo Draghi, haciendo eco de varios expertos que dijeron que no se podía pronosticar una avalancha provocada por la ruptura de un glaciar. Pero lo que sucedió "ciertamente depende del deterioro ambiental y de la situación climática'', dijo el primer ministro. Se refería a la inusual temporada de calor estival que golpea a toda Italia y que provocó temperaturas de hasta 10 grados en la cima de la Marmolada, algo que casi seguramente fue un factor decisivo en el debilitamiento del glaciar. Los glaciares alpinos, como los de otros continentes, están en fuerte retroceso por el cambio climático.
Los rescatistas están empleando drones para buscar a los desaparecidos y comprobar la seguridad en el lugar. Dieciséis autos seguían sin reclamar en el estacionamiento de la zona y las autoridades intentaban localizar a la gente a través de las matrículas de los autos. No estaba claro cuántos de los vehículos podrían pertenecer a las víctimas ya identificadas o a los heridos, todos los cuales fueron evacuados el domingo en helicópteros a hospitales en el nordeste de Italia.
Las condiciones en el glaciar, que lleva décadas derritiéndose, aún eran demasiado inestables como para enviar equipos de personas y perros a excavar entre toneladas de restos, indicaron los rescatistas. La sección de hielo se desprendió el domingo y se precipitó por la ladera del pico a unos 300 kilómetros por hora, según estimaciones de los expertos. Pero la intensa ola de calor que afecta a Italia desde mayo podría ser un factor.
La porción desprendida del glaciar era enorme, estimada en 200 metros de ancho, 80 metros de alto y 60 metros de profundidad. El gobernador Zaia comparó la avalancha con un "bloque de hielo (del tamaño) de un edificio de departamentos con escombros y masas ciclópeas de roca''.
Jacopo Gabrieli, investigador de ciencias polares en el centro de investigación estatal CNR italiano, señaló que la actual larga ola de calor era la más fuerte en el norte de Italia para esa época del año en casi 20 años. "Es absolutamente una anomalía'', dijo Gabrieli en una entrevista en la televisora estatal italiana. Como otros expertos, señaló que habría sido imposible predecir un desprendimiento de un un bloque de la cobertura del glaciar como ocurrió el domingo. La Marmolada, que se eleva unos 3.300 metros, es el pico más alto de las Dolomitas orientales, y el glaciar es el más grande de la cordillera. Aunque la gente esquía sobre él en invierno, lleva varias décadas derritiéndose con rapidez y ha perdido buena parte de su volumen. Expertos del centro de investigación italiano CNR estimaron hace unos años que el glaciar habría desaparecido en 25-30 años. La Cuenca Mediterránea, que incluye países del sur de Europa como Italia, ha sido identificada por expertos de Naciones Unidas como una región que probablemente sufrirá olas de calor y escasez de agua, entre otros fenómenos, asociadas al cambio climático.