Mariana Callejas, una escritora chilena de prestigio en su juventud que se convirtió en agente de inteligencia del dictador Augusto Pinochet y participó de atentados como los que dieron muerte al general Carlos Prats y al ex canciller Orlando Letelier, murió en Santiago a los 84 años en un geriátrico. Había sido condenada a 20 años de prisión, pero luego fue beneficada con una reducción de pena y la prisión domiciliaria. Escritora precoz y reconocida, Callejas se casó con el norteamericano Michael Townley, también agente de la temible Dina del general Manuel Contreras y con quien participó en resonantes atentados.
Durante la dictadura de Pinochet Callejas realizaba talleres literarios en una casona, mientras en el primer piso su marido fabricaban bombas y en el sótano se torturaba. El taller de Callejas era muy prestigioso y allí se formaron muchos escritores. El tema fue tratado por Roberto Bolaño en su libro "Nocturno de Chile".
El kibbutz. Nacida en 1932, Callejas se había enfrentado a su familia en la adolescencia, en especial a su padre, por su conversión al judaísmo. Se hizo sionista y socialista y luego de dejar a su primer marido se fue a Israel. Allí se casó con un norteameamericano, con quien hizo la experiencia del kibbutz. La pareja no se adaptó y se fue a vivir a Estados Unidos. Ella aparecerá un día en Chile, con tres hijos y nuevamente separada. En el ambiente de la bohemia literaria conocerá a Townley, mucho más joven que ella e hijo de un ejecutivo de la Ford. El joven Townley consigue trabajos ocasionales hasta que logra un puesto en el sector financiero. Con este ingreso pueden mantenerse y permitirse lujos, como el esquí. Por fin, Callejas conoce algo de bienestar y estabilidad. Era la década de los 60. Pero la empresa financiera donde trabaja él quiebra y el joven matrimonio termina en Miami. Allí Mariana se une a las marchas contra la Guerra de Vietnam, mientras él trabaja en un taller mecánico. Cuando Salvador Allende triunfa en 1970, regresan a Chile. Pero Callejas vira rápidamente a la ultraderecha y se hace antiallendista acérrima en el grupo Patria y Libertad. Townley no estaba interesado en la política, pero la extrema derecha chilena lo provee de un nuevo trabajo: el boicot de comunicaciones contra el gobierno de Allende. La habilidad de Townley para construir explosivos y artefactos de todo tipo será clave en la carrera de la pareja. Bajo Allende deben huir a Miami. Con el golpe de 1973 regresan: ella lo hace en el primer vuelo a Santiago luego del derrocamiento de Allende. Los dos se integran de inmediato a la Dina.
Carrera terrorista. Callejas y Townley serán agentes de primer nivel y participarán de los más resonantes atentados de la Dina: en 1974, junto con otros agentes ponen en Buenos Aires una bomba bajo el auto del general Carlos Prats, un militar constitucionalista antecesor de Pinochet y opositor a su dictadura. El bombazo mató también a la esposa de Prats, Sofía Cuthbert. Townley, constructor de la bomba, tuvo la colaboración directa de Callejas, según declaró el general Contreras. Este asegura que fue Callejas quien accionó el control remoto de la bomba. En 1976 la operación se repitió en Washington contra Orlando Letelier, canciller de Salvador Allende y su secretaria norteamericana, Ronnie Moffit. En el medio, hay una operación fallida en México, donde intentan asesinar a la viuda exiliada de Allende, Hortensia Bussi.
Por estos crímenes Callejas fue condenada en 2008 a veinte años de prisión. La Corte Suprema le rebajó la condena a cinco años y le concedió la libertad vigilada.
La mansión. Durante la dictadura Callejas y su marido habitaron una mansión que era una base de la Dina. Allí Townley planificaba los atentados y fabricaba bombas. En el sótano se practicaban torturas. En julio de 1976, en esa casa fue torturado hasta morir el diplomático español Carmelo Soria. Mientras ocurrían esos horrores en el sótano, en el living Callejas daba sus talleres literarios. Su talento le había dado un nombre entre escritores y críticos. A sus talleres asistieron figuras como Enrique Lafourcade, Carlos Franz, Gonzalo Contreras, Carlos Iturra y Nicanor Parra, entre otros. "Eramos «pendejos» y ella nos esperaba con unas bandejas de churrascos, cigarros, botellas de pisco. En cierto modo, había organizado el taller para ella misma, era quien leía más y era la más prolífica", recordó Gonzalo Contreras.
Premiada. En 1980 Callejas publicó "La larga noche", libro de cuentos de rasgos autobiográficos en los que describe sesiones de tortura y la fabricación de bombas. Ese año ganó una mención del premio de novela Andrés Bello y en 1981 ganó el concurso de cuentos de la revista La Bicicleta, que era de izquierda, con un jurado integrado por Jorge Edwards, Martín Cerda y Marco Antonio de la Parra, entre otros. Como su actividad pinochetista ya era conocida, el premio provocó protestas. El escritor Carlos Iturra siguió siendo amigo de Callejas. Asegura que fue "una gran escritora". En 2012 pronosticó que "después de muerta será leída con avidez".