Adrián Berra nació en Buenos Aires, se escapó del ruido de la ciudad y vivió primero en Uruguay, para finalmente establecerse en las sierras de Córdoba. Siempre con la guitarra a cuestas, sus canciones son un poco el reflejo de las sonoridades de esos paisajes por los que transcurre su vida.
Con 16 años de trayectoria en la música rioplatense, el cancionista cuenta con tres discos editados, dos singles, un largometraje y más de 13 millones de reproducciones de “Un beso en la nariz”, su primera canción por allá por el año 2006. En el tiempo que duró la pandemia comenzó a despedirse de esas viejas canciones que lo llevaron por escenarios de Latinoamérica y España, y esta noche es el turno del público local. La cita es en Sala Lavardén (Sarmiento y Mendoza) desde las 21. Las entradas pueden adquirirse a través de TuEntrada.com.
“La pandemia me agarró en medio de la despedida de las canciones y de mi último disco. Este año me quedó como clueco, de ahí surge este show de guitarra y voz, con un repertorio flexible, donde me permito variar. Una vez leí que Luis Pescetti hablaba de tener un guión pero también un margen de juego, y eso me pasa cuando estoy solo con la guitarra frente al público”, cuenta Adri en entrevista con La Capital.
Parte de este juego será la oportunidad de llevar instrumentos al show, como guitarras o elementos de percusión, y compartir un momento especial junto al cantautor, antes de su gira por Uruguay, Chile y España.
Trailer - Viajes a Pequemonia - Adrian Berra
¿Cómo surgió la idea de invitar al público a llevar sus propios instrumentos al show?
Se me ocurrió cuando estaba pensando cosas o detalles para el show. Recuerdo cuando empecé a tocar y le pedía a mis amigos que llevaran sus instrumentos por si me daba cosa salir a tocar solo. Entonces sabía que tenía la posibilidad de que me hicieran el aguante. Es una idea de mis primeros conciertos, de hace quince años atrás. Tiene que ver también con la idea de que la esencia se mantenga, de armar un cruce lindo, de tocar en un teatro hermoso y al mismo tiempo poder seguir cerca de la gente, como cuando tocaba en salitas chiquitas y se generaba una intimidad re linda. Tiene que ver con todo eso. Igual no es que lo hago siempre, se me ocurrió hacerlo en Córdoba y Rosario, y ver qué onda.
¿De qué va esta despedida de tus viejas canciones?
Las canciones son como las amistades, de golpe uno las deja descansar un poquito y cuando vuelven se siguen sintiendo cerca. Por eso prefiero ir sintiendo el repertorio, porque hay canciones que constituyen parte del show hace tiempo, que ya las vamos a ir despidiendo, estamos en una transición hacia el disco nuevo. Tenía ganas de salir a tocar con la guitarra solo; incluso en Buenos Aires fue así, hace mucho no tocaba solo, guitarra y voz, y estaba con ganas de hacer una especie de repaso de esas canciones que probablemente el año que viene deje descansar también, para darle lugar a todo el repertorio nuevo. Con el disco nuevo va a cambiar la propuesta del show, con otras sonoridades, así que me pareció lindo generar estos encuentros en esta etapa en la que de alguna forma estoy despidiendo canciones.
¿La pandemia tuvo que ver con la aparición de nuevas canciones y la despedida de otras?
Tal cual, la pandemia me agarró en la despedida de las canciones y de mi último disco, ahí hubo algo donde empezó a gestarse el nuevo disco. Este año me quedó como clueco, colgado, por eso salió este show de guitarra y voz, con un repertorio flexible, donde me permito variar. Una vez leí que Luis Pescetti hablaba de tener un guión y un margen de juego, y eso me pasa cuando estoy solo con la guitarra, tengo un margen de juego en el que voy sintiendo cómo viene el show y la respuesta del público y me permito hacer cosas que no estaban pensadas. Rosario es la última fecha en Argentina, después voy a otros países, sigo viaje para otros lados, así que es una especie de reencuentro antes de mostrar el disco nuevo. Si no, quedaba como que iba a pasar directamente al disco nuevo, era como mucho de golpe, así que preferí post pandemia encontrarme con la gente primero, y después presentar las nuevas canciones.
¿Cómo son las canciones que se vienen?
El disco se va a llamar Respirar bajo el agua, sale en marzo, y en octubre y noviembre haremos dos adelantos. Estoy re contento, es una nueva etapa y va a ser bastante clara, van a cambiar las sonoridades, la búsqueda, y tengo unos invitados re lindos. Es un disco más eléctrico, pero no en cuanto rock; sino que es un disco que amplía la paleta de texturas. Yo vengo de un mundo más acústico, que me encanta, el mundo de la madera, y ahora me permito tocar la eléctrica. También aparecieron otros instrumentos electrónicos, loops, hay algo más de texturas y de algo más amplio en cuanto a la sonoridad. Fuimos a grabarlo a Sonorámica, un estudio acá en Córdoba que tiene un montón de instrumentos. Por ejemplo, la pianista Clari Presta tocó un piano de cola, después un Hammond, un órgano Yamaha? muchas variantes del piano. Hay una batería, unos samplers, estas nuevas canciones no serán tan acústicas.
¿Cuánto influyen en tu música los lugares donde viviste y vivís actualmente?
Me voy empapando del contexto, pero hay algo en la búsqueda interna propia. Nací en Buenos Aires, pero toda la vida me gustó irme, viajar y estar fuera de la ciudad. Tenía como una sobredosis de ciudad y siempre que podía me quedaba cerca de la naturaleza. Estuve muchos años escribiéndole a eso, a salir de la ciudad y a descubrir paisajes distintos, más profundos, más calmos. Y ahora que vivo en Córdoba, en las sierras, cerca del río, que estoy a 50 metros, me pasó lo contrario: el disco que viene es el más urbano de todos. ¡Funciono medio al revés me parece!