Un estudio de la Nasa determinó que la humanidad logró evitar un desastre ecológico de impredecibles proporciones al preservar la capa de ozono hace dos décadas.
Un estudio de la Nasa determinó que la humanidad logró evitar un desastre ecológico de impredecibles proporciones al preservar la capa de ozono hace dos décadas.
La agencia estadounidense usó un modelo de computadora para analizar qué hubiese ocurrido si hace 22 años no se hubiera llegado a un acuerdo internacional para reducir el uso de clorofluorcarbonos (CFC), que causan anualmente un agujero en la capa de ozono formada cerca del Polo Sur.
Se cree que el CFC, usado en rociadores y en equipos de refrigeración, es el principal causante del agujero en la capa de ozono.
Paul Newman, experto en meteorología de la Nasa, dijo que de no haberse reducido el uso de CFC, para el 2065 dos terceras partes de la capa de ozono se habría desvanecido “y el agujero de ozono hubiese cubierto la Tierra”.
Además, se habría elevado la temperatura mundial en más de un grado centígrado.
En latitudes medianas, como Washington, la radiación ultravioleta, que daña el ADN, habría aumentado seis veces. Apenas cinco minutos de exposición al sol habría causado quemaduras de piel.
De la misma manera, los niveles de rayos ultravioletas durante el verano, habrían aumentado tres veces y las tormentas en el Hemisferio Norte hubieran sido mucho más poderosas.
Nuestro planeta “se hubiera transformado en un sitio horrible”, dijo Newman.
Afortunadamente, ese sombrío panorama “fue evitado” según se indicó en un ensayo publicado en la revista especializada Atmospheric Chemistry and Physics.
Luego que científicos formularon advertencias a comienzos de la década del setenta, 193 países acordaron en 1987, en el Protocolo de Montreal, reducir las emisiones de clorofluorcarbonos.
Optimismo. Newman, quien es copresidente del panel científico del protocolo, dijo que el estudio ofrece esperanzas de que el mundo podrá hacer lo mismo para enfrentar el calentamiento global de la atmósfera.
“Podemos aprender de esto”, dijo Paul Wapner, director de Política Global del Medio Ambiente, un instituto de la American University. Las pérdidas de ozono modifican la temperatura en distintas partes de la atmósfera, y esos cambios promueven o suprimen las reacciones químicas.
La capa de ozono es el filtro solar natural de la Tierra. Absorbe y bloquea casi
toda la radiación ultravioleta procedente del sol, protegiendo así a la vida de radiaciones que
dañan el ADN. El gas es creado de forma natural y repuesto a través de una reacción en la alta
atmósfera, donde los rayos UV rompen las moléculas de oxígeno (O2) y dejan átomos que se recombinan
luego en moléculas de tres átomos (O3).
El peor escenario. Según la Nasa, si no se hubiese llegado a un acuerdo para preservar la
atmósfera, para 2020, el 17% de todo el ozono hubiera desaparecido a nivel global.
Un nuevo agujero de ozono habría empezado a formarse cada año.
A finales de 2065, los niveles de ozono hubiesen caído un 67% con respecto a 1970. La intensidad de la radiación UV sería el doble y la vida sobre el planeta hubiese estado seriamente amenazada. l (AP).