Como sabemos, la independencia de los jóvenes con relación a sus familias es actualmente cada vez más tardía. Razones sociales o culturales, de moda o comodidad, retienen con sus padres a quienes en otras épocas ya eran adultos totalmente autónomos. Si trasladamos esta realidad a los aspectos políticos, observamos que si bien es cierto que ahora se puede votar siendo muy joven, surgen algunos interrogantes: ¿les interesa a la mayoría de ellos la política y las cuestiones del país? ¿Poseen en la actualidad ideales patrióticos? ¿Sienten pertenencia nacional? Yo no tengo respuestas absolutas ni pretendo comparaciones, sólo recuerdo algunos datos de historia y frases perdidas en el tiempo: “Maten al jefe, dijo el maturrango Zabala al verlo en San Lorenzo cuando amaneciendo aquel combate fulminante, nacía una patria sin oprobios. La orden fue escuchada por un grupo de soldados enrolados casi adolescentes y que se llamaban, Bermúdez, Baigorria y Cabral, fue entonces que empuñando sus lanzas tacuaritas dieron heroica respuesta. Pepe Pancho, aquel coronel de 35 años, fue después un general libertador”. Sin lugar a dudas, aquellos jóvenes estaban comprometidos con la patria. Corría el año 1813, 36 años después nació por estos pagos Cleto Mariano Grandoli, que al cumplir sólo 16 años se alistó en el Ejército nacional donde le encargaron portar la azul y blanca. Al cumplir 17 peleaba ardientemente en la sangrienta guerra del Paraguay, cuando cae ametrallado en la batalla de Curupayty envuelto en su amada bandera. Un monumento casi oculto frente a la estación fluvial de nuestra ciudad recuerda a este chiquilín para que no olvidemos cómo hacer patria desde chico. Está claro que la independencia fue una gran causa para las batallas comentadas, pero no se trata de hacer apología bélica, ya que algunos laureles se pueden conseguir con jóvenes que tengan compromiso, coraje y convicciones. Reconozco que existen actualmente muchos grupos juveniles interesados en la problemática del mundo y del país con ideales de independencia en su amplia significación pero a otros quizá les venga bien pasar por el Museo Histórico Provincial y observar la bandera ensangrentada con la que se cubrió un chico rosarino al que llamaron Abanderado Grandoli.