El Congreso tendría que trabajar todo el año como en EE.UU en donde los congresales deciden de por sí sus feriados. Nosotros podríamos establecer que trabajen tres semanas al mes y la restante vuelvan a sus lugares de origen para interiorizarse per sí mismo de las necesidades de sus mandantes. Se evitaría uno de los motivos de los decretos de necesidad y urgencia. Al dejar el cargo deberían exponerse obligatoriamente a un juicio donde los ciudadanos puedan testimoniar, es decir dar pruebas del mal desempeño de su función o/y enriquecimiento ilícito. Todo legislador debería acusar recibo de la correspondencia recibida de cualquier habitante que envíe queja o sugerencia. (esa función en la práctica sería responsabilidad de su secretario). El Congreso debería dar conformidad al nombramiento del jefe de Gabinete. Todo lo anterior llevaría a una mayor responsabilidad de los mandatarios del Congreso. No olvidar que los mandatarios recibieron de sus votantes su representación que no debe de ser un cheque en blanco.