Pensada para conmemorar a los chicos con necesidades en todo el mundo, la celebración del Día del Niño sirve para revisar de qué manera fortalecer con ellos los vínculos y por dónde pasan las motivaciones. Cuando juguetes y juegos van más allá de las ofertas y la ansiedad de comprar para no sentirse culpables. Con la jornada dedicada a ellos, muchos concluyen que el único sentido del día a celebrar pasa por cumplir con los requisitos de los más chicos, condicionados en general por las reglas del marketing y sus efectos.
Sin embargo, contarles a los pequeños el motivo de esta celebración, y hacer alguna actividad en consecuencia, es también respetarlos y brindarles nuestro amor. Lo vienen eligiendo hace días, no es una decisión tomada al azar.
Sopesando posibilidades de entretenimiento, imaginando ocasiones, saboreando el disfrute próximo. Es que existen tantas opciones, que elegir un juguete para pedir como regalo del Día del Niño no es cualquier elección.
En estos días, no hay Reyes Magos poderosos ni Papá Noel mágico, los niños saben que el pedido tiene que ser moderado. Aunque algunos igual hacen una larga lista; pero claro, parece que es por las dudas, para que quienes estén a cargo de la compra tengan muchas opciones.
Lejos están ellos de saber el motivo real de esta celebración. Y lo bien que hacen, pero no estaría de más, al menos contárselos para que este día no se convierta sólo en un evento comercial.
El 20 de noviembre de 1959 la Asamblea General de las Naciones Unidas se reunió con la intención de reafirmar los derechos universales de la niñez.
La idea de esta reunión se debió a una institución llamada Unión Internacional de Protección a la Infancia, que en 1952 planteó que debía haber un día especial para festejar a los niños.
Las Naciones Unidas decretó por unanimidad que debía establecerse una fecha para honrar y poner énfasis en las necesidades de los niños de todo el mundo. Así es que cada país lo celebra en fecha y forma diferente, pero su significado es el mismo.
Es un día para celebrar la fraternidad y la comprensión entre los niños del mundo entero, destinado a realizar actividades que desarrollen el bienestar de todos los niños del mundo. En nuestro país, el Día del Niño históricamente se festejaba el primer domingo de agosto, pero desde 2003 se cambió la fecha, ya que la Cámara del Juguete pidió el cambio atendiendo a una necesidad comercial. Así pasó esta celebración al segundo domingo de agosto, cuando los padres han cobrado los sueldos. Pero este año se fijó para el tercer domingo de agosto.
Si en estos días nos sentamos a ver un rato la TV con los chicos, podremos observar sin gran esfuerzo el incremento de publicidades de juguetes en las tandas comerciales. ¿Es necesario un bombardeo semejante cuando los niños son los destinatarios? Es en casa donde se establecen las pautas y las prioridades, ¿pero es necesario tener que remar tanto contra la corriente?
Tanto acento en lo comercial, ¿no nos lleva a olvidar intenciones más saludables? La inmediatez en la que estamos sumidos los adultos es trasladada a los chicos en cada acto cotidiano.
Entonces, nos olvidamos del valor de un juguete hecho en casa, al que se le dedicó tiempo, hilos y amor. Ellos también viven en esta cultura del zapping en la que muchos de sus juguetes quedan en el olvido antes de cumplir un mes en casa. Así y todo, y teniendo en cuenta la sabiduría infantil, sin demasiadas contaminaciones aún, podemos ver que siempre terminan jugando con ese autito medio desvencijado, compañero fiel de recorridas o con esa muñeca ahora de pelo cortito, que una tarde pasó por la peluquería irremediablemente.
Los instrumentos musicales pueden ser divertidos y hermosos juguetes, y un acercamiento a la música, un modo de despertar el interés por aprender en serio.
En cada juguete hay más que un gesto. Diferenciar lo que piden compulsivamente de lo que les gusta de verdad.
Los roles en la sociedad han cambiado: hombres que cambian pañales, mujeres que son el sostén del hogar y las familias se constituyen de modo distinto. Juguetes y sus publicidades no representan estos cambios.
Afianzar vínculos. Los juguetes son una herramienta que permite desarrollar habilidades, establecer relaciones, afianzar vínculos, realizar algún tipo de aprendizaje y divertirse. Muchos estereotipos sexistas se dan con los juguetes. Se debería plantear eliminar el contenido sexista y violento de los que perpetúan roles nada saludables.
Dos es el número de juguetes que eligen los chicos como máximo, el resto queda en el canasto. Para ellos lo importante es jugar con alguien, sobre todo con sus padres, por eso suelen elegir juegos o juguetes que impliquen compañía.
Lo que no hay que olvidar al momento de elegir un juguete:
Los juguetes son una herramienta para el desarrollo de los niños, además de un entretenimiento y no todos los juguetes son adecuados.
Es importante elegir qué regalarles para el Día del Niño, tener una mirada crítica sobre los juguetes y seleccionar entre aquellos que realmente los favorezca.
Por supuesto, tener en cuenta las propias elecciones de los chicos y proporcionarles la libertad de elegir, dentro de las posibilidades familiares, es importante, pero también brindarles orientación es una manera de ayudarlos a elegir aquello que es apropiado:
► Que facilite jugar con los demás, que favorezca la comunicación entre quienes participan, que propicie relaciones entre iguales.
► Que favorezca la ayuda y no la rivalidad, que no sea competitivo y que potencie las relaciones cooperativas. Esto suena raro, pero no es imposible pensando que la finalidad del juego se logre sólo con la participación de todos, que tenga un objetivo común, que el motivo del juego sea que todos se diviertan.
► Que no sea excluyente, que pueda jugar cualquier chico sin necesidad de habilidades específicas.
► También es necesario tener en cuenta personalidad de la niña o niño, por ejemplo si tiene rasgos de timidez, tal vez le ayuden los juguetes en que tengan que participar varios jugadores, los llamados juguetes de socialización.
► Para todos los chicos son muy favorables los juguetes que estimulan la curiosidad, que despierten las ganas de investigar o que permitan descubrir nuevas posibilidades en el juego mismo, y por supuesto, los que favorecen la capacidad de pensar.
► Que estimule la imaginación y la creatividad, para eso son ideales los juguetes menos estructurados. Que puedan jugar niños y niñas sin distinción, que evite la reproducción de estereotipos sexistas y que no fomente la violencia.
► Elegir siempre dentro de los regalos, a los libros. Aprender a compartir los momentos de lectura y quitarles ese margen de descarte que a partir de las nuevas tecnologías se fue haciendo costumbre, depende de nosotros. Entender que de cada relato también surge un juego a imaginar y un mundo para compartir.