Andrés Calamaro se siente fascinado con el guiño que la Academia Latina de la Grabación le hizo este año, al nominarlo junto con Enrique Bunbury y Ricardo Arjona para la edición número 15 de los Grammy latinos. Con el español Bunbury Calamaro comparte una mención en la categoría a mejor canción de rock por “Cuando no estás”, que se desprende de “Bohemio”, el disco que lo llevará a medirse con el guatemalteco Arjona en la categoría de mejor álbum de cantautor durante la ceremonia prevista para el 20 de noviembre en Las Vegas.
Esta vez Calamaro llegará a la gran fiesta de la música latina bajo un estatus de músico independiente. “Bohemio” salió al mercado en 2013 bajo el sello Grabaciones Encontradas, lo que marcó una pausa indefinida a la estrecha relación que mantuvo durante años con las transnacionales Warner y Sony Music.
“Es interesante compartir nominación con Bunbury y Arjona, aunque debo decir que lamento que no hayan nominado al Doctor Alderete por el arte de «Bohemio», y a Leo Damario por el videoclip de «Cuando no estás», ni a Cachorro López por grabación del año. Sin embargo, (la Academia) me benefició con dos nominaciones que, en caso de ganar, recibiré los honores a título personal”, dijo el cantante en una entrevista con la agencia The Associated Press realizada en la capital mexicana.
“El Salmón”, como se autodenomina el rockero de 53 años, luce de buen humor en estos días. Además de las nominaciones a los Grammy latinos, se encuentra realizando una gira con Bunbury en México. El pasado 18 de octubre los cantantes atrajeron a más de 35.000 personas en el Foro del Sol de la capital azteca.
“La anécdota de tocar en el Foro Sol bajo la lluvia es mejor cuando la cuentas más como espectador que como músico. Nosotros (la banda) nos preocupamos más por los cables y la técnica, y que no corramos peligro con la electricidad y el agua. Eso sí, está claro que Enrique se lleva el gato al agua, y que tiene un público cautivo en México. ¡Enrique es más mexicano que aragonés!”, dijo en tono bromista el cantante y guitarrista.
Durante la charla estuvo acompañado por su novia, la modelo y actriz Micaela Breque, que junto con Carla Quevedo protagoniza la película “Bohemia”. El filme fue realizado por el director Leo Damario, y en él Calamaro cuenta la historia de un músico que, al enterarse de la muerte de Luis Alberto Spinetta, quiere crear su gran obra.
—Andrea Echeverri y Ricardo Arjona renegaron alguna vez del Grammy latino por su parafernalia y los criterios a la hora de elegir a los ganadores. ¿Planeas asistir a la ceremonia?
—¡Me encanta ir! Me gusta mucho la ceremonia de los Grammy latinos. Me encantan todo este tipo de premiaciones como los Oscar y los Globos de Oro, no sé, me emocionan. Es claro que la industria se está premiando a sí misma, pero también se premia el arte. Es demasiado sencillo encontrarle el pelo al huevo, y ser escéptico con unas premiaciones industriales y comerciales, pero desde adentro se ve distinto. Un premio es importante aunque se lo gane Enrique (Bunbury) o Ricardo (Arjona), no es importante perderlo, pero sí es importante ganarlo.
—Mencionaste que llegarás a los Grammy en un estatus de músico independiente. ¿Las multinacionales se convirtieron de repente en un dolor de cabeza para ti?
—(Risas). Cualquiera que firme un contrato sabe que tiene lo mismo para perder que para ganar. Es la naturaleza de los contratos firmados. En Argentina nada garantizaba la difusión de tu música, y fue así en los años 70 y en los 80, hasta que apareció gente como Alberto Ohanian, quien fue representante de los Soda Stereo. Del otro lado, en los despachos, había adorables piratas, la mayoría apellidados López, quienes rotularon el “Rock en tu idioma”.
—A propósito de Enrique Bunbury, uno de los momentos más emotivos de su gira por México llega cuando rinden homenaje a Gustavo Cerati con una versión de “Crimen”. ¿Por qué eligieron esa canción?
—Es muy bonito cantar esa canción de Gustavo. Creo que ese tema en particular refleja un momento muy maduro de su carrera, en la que se presenta accesible, pero al mismo tiempo con una construcción compleja de la canción. Gustavo fue un detallista, fue un arquitecto de la música. No sé si como persona era más volátil, pero como artista, yo creo que Gustavo trataba de seguir el ejemplo de nuestro gran héroe musical, Luis Alberto Spinetta. Una versión de mi canción “Mil horas” se puede tocar en norteño, en salsa, es muy sencilla y es imposible arruinarla, sólo se la puede mejorar, pero “Crimen” es distinto. ¡Hay que hacerla con rigor porque así es como emociona y así es como a Gustavo le gustaría escucharla!
—Tu nueva película, “Bohemia”, también llega como resultado de esta etapa “indie” que vives. ¿Cómo decidiste embarcarte en el proyecto e invitar a tu novia?
—Conocí a Leo (Damario) por Micaela. Leo es un transgresor, así que confiamos en su trabajo, y del de Micaela y la actriz Carla Quevedo, y dejamos que hicieran lo que quisieran. Leo dirigió los tres videoclips que se desprenden de “Bohemio”, lo cual estuvo excelente, porque casi no hay canales de música ya. Con ocho minutos y medio de duración de un video es ya imposible reproducirse en televisión. Ahora mismo si quisiera aparecer en MTV tendría que casarme con una Kardashian y hacerme llamar “El Bubu Kardashian”. ¡Sólo así entraría en MTV!
—Pero entraste a MTV como invitado en el “Unplugged” de Los Tigres del Norte. ¿Eso no cuenta?
—Entrada la década de 1990 me mudé a Madrid para reinventarme como Rodríguez, y entonces quedamos un poco fuera de lo que era el concepto del MTV Latino. Ya es tarde para ser Kardashian (risas). Además, Kanye West, que siempre va un paso adelante, se llama “Yeezus”. ¡Para casarse con una Kardashian necesitó primero un disco que se llame “Yeezus” y haya sido grabado en París! Así llegamos a “Bohemia”, porque como MTV es de los Kardashian, estamos en otro canal, lo que sea que signifique eso.