En nuestro país, la industria está desarrollando una agenda ambiciosa para cambiar el paradigma económico que exige pasar de un modelo lineal de desarrollo en el que se extraen los recursos, se industrializan y sus sobrantes se desechan a un modelo circular en el que la extracción, la producción, el diseño y el consumo se reciclan. Maximizar la utilización de recursos naturales en la generación de energía y minimizar las pérdidas en su uso son las claves de una economía circular.
Este modelo se presenta como una necesidad, para poder competir con otras economías y para preservar un modelo sustentable en el tiempo.
Con el objeto de conocer las tendencias más innovadoras y disruptivas en modelos de negocio sustentables, consultores y expertos están analizando algunos sectores de la industria energética desde diferentes aspectos que resultan claves para definir su evolución.
Al igual que otras industrias las empresas energéticas se enfrentan a un mundo más complejo, que exige una mayor agilidad en su operatoria, más velocidad en sus respuestas, y más competencia en materia digital.
En este marco hay varias tendencias que aparecen en todos los mercados: el cambio de patrones de consumo, nuevas formas de optimización de activos, las asociaciones entre sectores, y el mayor uso de plataformas digitales.
La agenda digital está siendo impulsada por una combinación de tecnologías disruptivas vinculadas a la internet de las cosas, el big data, la inteligencia artificial, la movilidad y el uso masivo de sensores. Juntas, estas tecnologías están colocando los datos y la inteligencia en el centro de los nuevos modelos de negocio.
Es aquí donde aparecen nuevos recursos y tecnologías, como blockchain y las nuevas tendencias económicas como las criptomonedas.
La tecnología blockchain o cadena de bloques es la innovación auxiliar que permitió el desarrollo de la moneda virtual Bitcoin y que habilita el intercambio de activos sin intermediarios centrales.
Para comprender su funcionamiento podemos decir que es un registro digital que no se puede alterar, que opera en un sistema descentralizado que participan miles de computadoras y que sólo puede ser actualizado a partir del consenso de la mayoría de participantes del sistema.
A partir de esta tecnología se puede desarrollar el intercambio de datos certificados sin la participación de intermediarios; es decir, una transacción o intercambio es directa entre dos participantes.
De esta manera, se va creando una nueva visión en materia energética, y está relacionada con las transacciones derivadas de la comercialización de energías renovables y la generación distribuida.
En la actualidad se observa la llegada de un nuevo modelo energético; la figura de un prestador que no sólo vende energía sino que también la adquiere de su cliente llamado prosumidor (que es la del usuario residencial que se autogenera y vende sus excedentes).
A ello se suma el aporte de centrales eólicas o fotovoltaicas y la incidencia que tendrán el uso de baterías o el aporte que podrían hacer las baterías de los autos eléctricos, todo esto modificarán el modelo de gestión de los distribuidores.
Divisas virtuales. La infraestructura y la gestión de las empresas de distribución deberán adaptarse a este nuevo paradigma en donde actuarán muchos actores realizando transacciones y es allí, donde la tecnología del Bitcoin está empezando así a filtrarse en el negocio de la energía, transformando la forma en que se gestionan los pagos por consumo como la venta del insumo.
De acuerdo a experiencias recogidas en distintas publicaciones se observa que grandes jugadores internacionales están haciendo sus primeras experiencias en la materia. Entre ellos se destacan empresas de países como Alemania, Finlandia, Australia, Estados Unidos, Francia y Holanda.
Es evidente que hay un desenvolvimiento expansivo en materia de tecnología y de criptomonedas; por ejemplo, se destaca el "Solarcoin", es una moneda que trabaja con la energía fotovoltaica.
La moneda fue creada por una fundación sin ánimo de lucro, que busca dar subvenciones a las personas que generan energía solar.
Esta divisa virtual fue creada en 2014 y tiene como objetivo crear unas 33.6 millones de monedas; hasta el presente productores de 23 países han sido premiados con miles de ellas y quienes parecen llevar la ventaja son Sudáfrica y Francia, mientras que en nuestra región Brasil, es el ganador.
Es evidente que el futuro ya está entre nosotros, tendremos que observar, estudiar y comprender las posibilidades que nos brinda un mundo cada vez más tecnificado y virtuoso desde lo digital, al menos es el pensamiento de la consultora rosarina Eiys SA.