La manifestación denominada "besazo" se llevó a cabo hoy frente al bar La Biela, del barrio porteño de Recoleta, luego de que fuera echada de ese local una pareja de lesbianas que se estaba acariciando.
La convocatoria fue realizada por Belén Arenas, la joven de 25 años que sufrió el maltrato y la expulsión de ese local en ese comercio junto a su novia.
El "Besazo multitudinario y homosexual" (al que también denominaron "tortazo") tuvo lugar desde las 20 frente al histórico café, cuyos administradores niegan haber incurrido en un acto de discriminación.
"El objetivo de este besazo, del tortazo que estamos convocando, es probar que cada vez somos más los que tenemos ganas de vivir libremente y menos la cantidad de gente que piensa como cavernícola", sostuvo Belén, bailarina y performer, sobre lo ocurrido el lunes pasado a las 23.
Asimismo, organizaciones de defensa de los derechos homosexuales, como la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) participaron de la manifestación, que fue convocada a través de las redes sociales.
"Realizar estos actos públicos de besarnos es responder con una expresión de amor y de celebración de la diversidad a estos resabios de homo-lesbo-transfobia que todavía existen. Reiteramos el reclamo de la modificación de la ley antidiscriminatoria para que incluya la orientación sexual e identidad de género", remarcó la joven.
El acto discriminatorio se produjo el lunes pasado alrededor de las 23.10, cuando la pareja de Belén fue a buscarla a ese bar "angustiada por un problema personal" y ella se sentó "a su lado a consolarla, acariciándole la mejilla y abrazándola".
Belén explicó que en un momento determinado vino un mozo a increparlas y señaló: "Tienen que tranquilizarse, no pueden estar así acá".
La joven indicó que cuando le pidió mayores precisiones al empleado le contestó que fueran a discutir con el encargado del lugar.
"Entonces me acerqué a hablar con este señor, a decirle que me estaban discriminando por lesbiana y me contestó que lo que hacíamos era inapropiado para el lugar. Le pregunté qué era exactamente lo que hacíamos, que lo verbalice. Le pregunté si era consciente de que vivía en un país con ley de matrimonio igualitario y me contestó: «Sos una ridícula»", precisó Belén.
Además, la joven prosiguió: "Y cuando estoy por llamar al 911 me dice que no hace falta, que había una policía justo saliendo del baño que me llevó afuera agarrándome del hombro y, una vez en la vereda, me dijo que tenía que hacer la denuncia".
"Fue como vivir en el mundo del revés. Viví la injusticia otra vez en carne propia, porque es la cuarta vez que me pasa", sostuvo.
Por su parte, Joaquín Mauri, jefe de salón de La Biela, dio una versión distinta de los hechos al señalar: "Nosotros nunca nos metemos en esas cosas, lo que pasó fue que otro cliente se quejó de lo que estaban haciendo y se pusieron a discutir. Lo que no queremos es escándalo dentro del salón".
"Nadie la echó, ella se sintió agredida, les pedimos que no discutan. Esta casa no discrimina a nadie, convivimos con clientes que la mayoría son de origen judío, armenio, árabe", agregó.
Además, indicó que "esto no se soluciona con agresión, esta chica o la comunidad (homosexual) están usando la imagen de la empresa para tener un poco de publicidad".