La fuerte suba en el valor de los repuestos y el combustible golpea al sector de los taxistas, quienes cada vez deben trabajar más para cubrir los costos fijos de la actividad. Desde la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis (Catiltar) calculan que un propietario de licencia que maneja su propio auto debe trabajar la mitad del mes solo para cubrir los gastos corrientes para mantener el coche en la calle.
El detalle incluye 40 mil pesos de GNC, 7 mil de nafta, 25 mil de seguro, 4 mil de patente, 50 mil de amortización (juntar dinero para cambiar el auto), 70 mil de mantenimiento, y 12 mil de monotributo. La lista no incluye el pago de ingresos brutos, la radio y GPS, ni el contador que lleva los números, entre otros gastos.
Un titular que maneja su propio taxi se toma un solo franco semanal, por lo que en promedio trabaja 26 días al mes. La recaudación en verano es más o menos de 15 mil pesos por jornada. Cuando en marzo vuelve mayor movimiento en las calles, se convierten en unos 20 mil. Pero en enero, cubrir los costos representa poco más de 13 días de trabajo.
“Estamos hablando de un turno de 12 horas, en donde hacés un promedio de 200 kilómetros y gastás 1.800 pesos de GNC. Una locura. Y que no te pase nada en todo el mes porque fuiste: que no choques, ni te enfermes, ni te hagan una multa, ni tengas un arreglo grande porque te descompagina todos los números”, se resignó Marcelo Díaz, referente de la cámara más grande y representativa del sector.
Por eso, tienen pensado pedir una revisión de tarifa en marzo. En 2022 hubo tres aumentos: 35 por cierto en mayo, 35 en septiembre y 20 en diciembre, de la mano de revisiones periódicas con el Ente de la Movilidad. Cuando el Concejo vuelva a sesionar, pedirán un nuevo análisis técnico para pensar en un posible aumento. La ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, ya dispuso una suba del 50 por ciento escalonada entre marzo y mayo.
El último estudio de costos fue en diciembre y arrojó un desfasaje de 65 por ciento, mientras la tarifa creció en un 20 por ciento. Pero con el salto que el dólar dio durante enero (el blue pasó de 320 a 387), se espera que esa brecha se haya agrandado nuevamente. “El estudio de costos que hace la Municipalidad se aproxima a la tarifa real, pero no la podés aplicar porque no te subiría nadie. La tarifa siempre termina atrasada, y tampoco la podés aumentar mucho”, apuntó Díaz.
En aumento
Los costos fijos incluyen algunas categorías cuyo aumento constante tiene a los taxistas realmente desesperados. Algunos números: el seguro de un cero kilómetro, incluyendo contra terceros, robo e incendio y responsabilidad civil por los pasajeros transportados, cuesta 40 mil pesos, y 25 mil para un auto de seis años de antigüedad. “Antes eran anuales, después semestrales, ahora son cada tres meses. Y te lo van ajustando a medida que aumentan los autos”, detalló el representante.
Con la patente pasa exactamente igual: va aumentando cuando crece el valor del auto. En el caso de Díaz, que tiene un coche modelo 2019, con el último incremento pasó de pagar 5 mil a 8.500 pesos. La de un cero kilómetro está cerca de 18 mil pesos trimestrales. Un auto modelo 2016 paga 4 mil.
En tanto, la cuota de un plan para comprar un coche nuevo está en unos 40 mil pesos por mes. “Con el cero kilómetro gastás mucho en seguro y en patente, y vas pagando el plan. Con un auto viejo, de seis o siete años, pagás menos pero se compensa con los arreglos que le tenés que hacer, y los días de trabajo que perdés cuando se te rompe”, aportó.
El combustible es un punto álgido. Cada vez que aumenta la nafta, aumenta el GNC. El metro cúbico de gas cuesta la mitad de la súper. Y la nafta está aumentando casi un 4 por ciento mensual. Solo de gas, un conductor gasta 40 mil pesos por mes.
En cuanto a los repuestos y arreglos para la mantención del vehículo, es otra tragedia. Las autopartes cotizan a precio dólar, y el incremento supera largamente la inflación anual. El cambio de electroventilador, el radiador y una manguera, sale 100 mil pesos contando mano de obra. Cambio de correa y distribución, 40 mil pesos. Cambio de aceite y filtro, que se hace cada dos meses, 13 mil pesos.
“Las calles son un desastre. En los barrios están todas rotas. Se te rompe el tren delantero, las cubiertas, que son cosas carísimas. Y ni hablar de los choques. Un farol de un auto más o menos nuevo te sale 80 mil pesos”, se quejó. Las pastillas de freno, que se cambian cada tres meses, cuestan unos 10 mil pesos. La cinta de freno trasera, que se hace cada 80 mil kilómetros, 20 mil pesos. Un cambio de bujía y cable está cerca de 25 mil pesos y se hace cada 20 mil kilómetros, que son tres meses.
Párrafo aparte merece el aire acondicionado: arreglarlo, cargarle gas, y hacerle la revisión como corresponde asciende a 150 mil pesos. “Muchos lo tuvieron que reparar porque se les rompe el compresor. Se revientan, no duran más de 4 o 5 años. Se usa a full y gasta más combustible. Si hacés 12 horas, tenés que prenderlo de 9 a 20. Entonces el auto no se la aguanta. Por eso también muchos andan con un solo chofer, es imposible mantener un vehículo con dos turnos”, cerró.