Por decisión de los intendentes de Córdoba y Rosario, a partir del 1º de febrero ambos centros urbanos (junto a la ciudad de Santa Fe) unificaron su tarifa de colectivos, que hoy llega a 99 pesos. Se trató de un gesto político para reclamar subsidios ante Nación, dada la inequidad del reparto entre el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) y el interior del país. Sin embargo, es válida la pregunta sobre el servicio que reciben los usuarios: ¿tiene Rosario un sistema de transporte como el de Córdoba? ¿Es justo que paguen el mismo boleto?
En el mismo período, Rosario compró 57 nuevos. Cuando se incorporaron refuerzos (generalmente ante el comienzo de clases) la mayoría de las unidades que se sacaron estaban guardadas en los galpones. Casi todo lo que las empresas tiraron a la calle eran coches emparchados, en especial Rosario Bus, que mostró colectivos viejos pintados de celeste sobre el amarillo. Por eso el sistema tuvo tantas unidades rotas este verano.
En taxis y remises también hay una gran diferencia: Córdoba tiene unos 7.000 y Rosario 4.000.
Algunos datos contextuales que aportan a entender las diferencias. El último censo nacional mostró que Córdoba tiene más habitantes que Rosario. En el departamento Córdoba viven 1.565.112 personas, mientras que en Rosario son 1.342.619. No es la única diferencia: también hay distancia en geografía, infraestructura y densidad poblacional.
El departamento Córdoba es bastante más extenso: su superficie es de 576 kilómetros cuadrados contra 178,7 kilómetros cuadrados de Rosario. Es tres veces más grande porque a lo largo de su historia fue anexando territorios que antes eran independientes, constituyéndose como el único municipio del departamento. Para tener comparación, es como si Rosario anexara a Granadero Baigorria, Funes y Villa Gobernador Gálvez.
Sin embargo, la densidad poblacional de Rosario es 2,5 veces más: 5.726 habitantes por kilómetro cuadrado contra 2.308,3 habitantes por kilómetro cuadrado. Esto se debe a que una cosa es la superficie del departamento, y otra la superficie urbanizada de las localidades que la componen. Si bien las dos ciudades tienen economías asentadas en la industria y los servicios, el diseño de ambas es muy distinto. Rosario tiene puerto, y toda la población está recostada sobre el Paraná. Córdoba es un cuadrado perfecto en el centro geográfico de la provincia.
La menor dispersión beneficia a Rosario: que sea más densa hace que con menos unidades sea más efectivo el transporte público. Pero la extensión de la red es más grande que las fronteras rosarinas, y esto tiene una contra: el trasporte urbano de pasajeros (TUP) también llega a los municipios limítrofes, que no aportan un peso al fondo compensador municipal.
En detalle
¿Cuántos pasajeros traslada cada sistema? Según datos del Ente de la Movilidad (EMR), en diciembre de 2022 los colectivos rosarinos llevaron hasta 400 mil pasajeros por día, la mejor marca desde la salida de la pandemia. En octubre de 2019 era de 450 mil.
En Córdoba, según informó un edil de la UCR, la cantidad de pasajeros diaria era de 600 mil antes de la pandemia. Luego se estabilizó en un promedio de 300 a 350 mil diarios, desconociendo si a la fecha se llegó nuevamente al nivel de 2019. El pedido de datos oficiales a la Secretaría de Transporte no arrojó respuestas positivas, sino una serie de dilaciones. Aquí hay que marcar otra distancia que beneficia a Rosario. Gran parte de los resultados del estudio de costos puede consultarse en la página del EMR. En Córdoba los datos no son públicos.
La oposición denuncia que desde que asumió el intendente Martín Llaryora se declaró la emergencia del transporte y, pese a que por Carta Orgánica Municipal las tarifas del servicio público las establece el Concejo Deliberante, a partir de esa declaración (que subsiste) los concejales no reciben minuta de costos ni información que les permita hacer un seguimiento del valor de la tarifa del transporte urbano, un tema realmente sensible para la ciudadanía. Con vergüenza, admiten que se enteran de los aumentos de boleto por los diarios. Los pedidos de informe al respecto nunca son aprobados.
Recursos
Si bien ambas ciudades sufren las consecuencias del unitarismo que otorga 80% de subsidios al Amba y solo 20% al interior, hay una diferencia clave para pensar el acceso a recursos: Córdoba es capital provincial, mientras Rosario no tiene autonomía. Además, Córdoba tiene el ingreso del anillo industrial que tributa a la ciudad. Esto es como si Rosario pudiera cobrarle a las terminales portuarias del cordón, que tributan en otros municipios. Esto le permite tener mucha mejor infraestructura, en especial en obras viales. En la ciudad de Córdoba hay autovías, mientras en Rosario hay avenidas semaforizadas.
Otra diferencia coyuntural es que la ciudad de Córdoba comparte color político con el gobierno provincial. Es un dato cierto que eso permite la inyección de mayores recursos, pero no fue siempre así. En las dos últimas décadas las intendencias cordobesas, como entre 2011 y 2019, no han compartido signo político e incluso, como entre 2003 y 2007, han estado enfrentadas con las conducciones provinciales.
Rosario compartió color con el gobierno de la provincia de Santa Fe entre 2007 y 2019. En ese período, por ejemplo, el municipio le pidió u$s 4,2 millones al entonces gobernador Miguel Lifschitz para comprar 10 troles rusos que este verano se quedaron sin batería. Con ese monto hoy se comprarían 40 colectivos comunes (los últimos adquiridos en diciembre costaron 45 millones de pesos), y en esa época eran más, unos 80.
Además, ambas ciudades tienen dos modelos distintos de desarrollo del sistema de transporte. Tamse, la empresa estatal, fue creada en 2003 por Luis Juez, que estaba peleado con el gobernador José Manuel De La Sota. Poseer una empresa estatal le permite a Córdoba tener referencias de precios, costos operativos e inversión pública sin subsidiar ganancias a privadas que prestan servicio deficiente.
Mientras tanto, Rosario tuvo a la Semtur y la Mixta, que concentraban el 55% del transporte. Mónica Fein las fusionó y achicó la participación estatal al 30% al introducir a El Cacique. En abril de 2019 sacaron a la venta por subasta 160 ómnibus que eran los que les sobraban una vez creada la Movi. Una vez que El Cacique mostró su ineficacia, pandemia mediante, se retiró y dejó un hueco tremendo en la flota. Hoy no es fácil conseguir coches, por lo que tampoco se puede paliar ese déficit, que se arrastra por esa mala decisión.
A la inversa, Tamse compró más colectivos para cubrir líneas que antes eran de Juan Carlos Romero (Ersa) y Alejandro Rossi (Autobuses Santa Fe). Además, insertó ómnibus en los recorridos históricos de los troles, que llegan más allá de donde terminan los cables. Ersa es correntina, empezó con larga distancia en esa provincia y siguió con corta y media en Buenos Aires, llegando a estar en ocho provincias. La empresa del hermano y actual jefe de Gabinete nacional, Agustín Rossi, también tiene peso en la capital provincial santafesina.
Frecuencias
En cuanto a las frecuencias, hay un empate. Los usuarios cordobeses se quejan bastante de las demoras en las líneas Tamse (un poco menos) y Coniferal, sobre todo de noche, feriados y fines de semana, cuando se habla de demoras de hasta 45 minutos. Ersa incluso es un poco más floja. Lo mismo sucede en Rosario con Movi y Rosario Bus: la privada tiene menos coches en calle, y los días no hábiles conseguir un coche es una aventura.
En calidad de la flota, gana Rosario: las unidades en Córdoba son más antiguas y muchas no están adaptadas, no tienen piso bajo, ni aire acondicionado (solo los 230 coches comprados recientemente). En Rosario deben ser así por pliego, y si bien hay algunos viejos que se metieron de reemplazo, hay muchos más con esas características.
Sin embargo, la mayoría de las unidades de Córdoba son ómnibus con carrocería Marcopolo, fabricados en la planta de Metalsur, en Villa Gobernador Gálvez y dando trabajo a gente de la zona. Son marca Mercedes Benz, que es más cara que Agrale de la carrocera Todo Bus, del grupo Dota, que es lo que compró Movi.