El peronismo sufrió en las Paso una derrota catastrófica: perforó el piso de 30 puntos, quedó detrás de La Libertad Avanza y peleaba el segundo lugar con Juntos por el Cambio. Con Sergio Massa ungido como candidato, Unión por la Patria apuntará todos los cañones a meterse en el balotaje para ir en busca del milagro.
El ministro de Economía y virtual presidente en ejercicio no llegó al objetivo de ser el candidato individual más votado. En ese ranking Massa quedó segundo, a dos millones de votos del sorprendente Javier Milei.
Juan Grabois, su retador en la interna de UP, cosechaba más de un millón 200 mil votos y superaba el 5% del total de los votos válidos.
Con la derrota consumada, Massa subió pasada la medianoche al escenario del Complejo C del barrio porteño de Chacarita.
Acompañado por su candidato a vice, Agustín Rossi, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, el primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires y referente de La Cámpora, Máximo Kirchner y otros dirigentes, Massa buscó arengar al peronismo y sostuvo que sólo se jugó el primer tiempo.
“Quedan el segundo tiempo, el alargue y los penales. Vamos a estar peleando hasta el último minuto. Estamos seguros que en la Argentina que viene el trabajo, la defensa de nuestros derechos, la salud y la educación tienen que ser valores incólumes, que no se modifiquen gobierne quien gobierne”, indicó.
Luego retomó la idea de transversalidad que enarboló Néstor Kirchner cuando era presidente y llamó a la construcción de una nueva mayoría. “Tenemos que convocar a todos aquellos que tienen una idea de país mucho más amplia y comprometernos a que el próximo gobierno no sea de unidad de una coalición sino de unidad nacional”, planteó.
Antes de Massa, Grabois saludó a Cristina Fernández de Kirchner, fustigó al FMI y a la oposición. “A la Argentina la acechan los buitres de afuera y nos quieren cortar la cabeza los monstruos de adentro”, disparó.
En tanto, el referente del Frente Patria Grande se puso a disposición del comando de campaña de Unión por la Patria y le entregó a Massa su programa de gobierno.
Fue el cierre de un día negro para el peronismo, que hizo su peor elección desde el retorno de la democracia. En un mapa que se tiñó de violeta, el PJ perdió en bastiones históricos como La Pampa, La Rioja y Tucumán y sólo ganó en cinco provincias: Buenos Aires, Santiago del Estero, Catamarca, Chaco y Formosa.
En ese marco, el peronismo buscará la reelección de Kicillof en la provincia de Buenos Aires, donde no hay segunda vuelta, y sostener ese distrito como fortaleza si se viene un cambio de signo político.
Germán Martínez, Florencia Carignano y María de los Angeles Sacnun, integrantes de la lista de diputados nacionales por Santa Fe. Foto: Silvina Salinas / La Capital
En Santa Fe, la cosecha del peronismo fue todavía menor: la suma de Massa y Grabois apenas superó el 20 por ciento de los votos válidos.
La sangría de apoyos al peronismo es notable respecto a 2019. En cuatro años se fugaron a nivel nacional unos 6 millones de votos. En Santa Fe perdió dos tercios de los 874 mil votos que había obtenido en las primarias con la fórmula Fernández-Fernández.
La inflación de 115% anual, el aumento de la pobreza a 38% y el internismo a cielo abierto del Frente de Todos sellaron un castigo contundente contra el peronismo en el primer plebiscito nacional del año.
En este escenario, Massa enfrenta un camino escarpado hacia el 22 de octubre, cuando se disputarán las elecciones generales.
Deberá retener los votos de Grabois y tratará de recuperar terreno con la movilización de votantes peronistas desencantados que se quedaron en la casa.
Con poco margen —tanto de recursos como de tiempo— para tomar medidas que modifiquen en el corto plazo el rumbo económico, Massa buscará poner a Bullrich y a Milei del mismo lado y tocará la fibra del miedo al ajuste.
Por lo pronto, el ministro-candidato deberá lidiar con días plagados de desafíos económicos. El FMI postergó el desembolso de 7.500 millones de dólares para después de las Paso y las promesas de Milei y Bullrich respecto al dólar agregarán presión en el terreno cambiario.
El resultado de las Paso también es un baldazo de agua fría para el peronismo santafesino, que se aferraba en la previa a un buen resultado de Massa para recuperar competitividad camino a las elecciones provinciales del 10 de septiembre.
Sucedió lo contrario. En las primarias del 16 de julio la suma de votos de Marcelo Lewandowski, Marcos Cleri, Eduardo Toniolli y Leandro Busatto en la categoría gobernador llegó a 434 mil votos, casi 50 mil votos más que ayer.
Ahora Lewandowski y el gobernador Omar Perotti —que buscará revertir la ventaja de 90 mil votos que le sacó Unidos al peronismo en las Paso— marcharán hacia las generales con otra derrota a cuestas.
Cargarán con la misma mochila los candidatos a diputados nacionales: el rossista Germán Martínez, la camporista Florencia Carignano, el massista Diego Giuliano y la cristinista María de los Angeles Sacnun, que tienen la difícil tarea de defender las cuatro bancas que pone en juego en este turno electoral.
Rosario también le dio la espalda al PJ. En el departamento Unión por la Patria quedó en el tercer lugar del podio, detrás de La Libertad Avanza y Juntos. Otro desafío para Juan Monteverde, al frente de una alianza que contiene al peronismo y que se enfrentará en la final al intendente rosarino Pablo Javkin.