La ex esposa de Alberto Nisman, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, afirmó ayer que no admite la hipótesis de un "suicidio" del fiscal "por su personalidad, mucho menos con un arma de por medio", al tiempo que señaló que su regreso desde Europa "fue muy intempestivo".
"No admito el suicidio de Alberto Nisman por su personalidad y porque entiendo que no tenía motivos, mucho menos con un arma de por medio. (Estaba) en un momento excelente, con hijas. En ningún lado admito debilidad", subrayó Arroyo Salgado un día después de la marcha de silencio por la muerte del fiscal.
"Queremos que se despeje en el expediente si esto fue un suicidio o un homicidio, más allá de mi certeza, que no es objetiva", agregó la mujer, quien cuestionó el avance de la investigación que lleva adelante la fiscal Viviana Fein.
La magistrada federal precisó que el regreso de Nisman desde Europa, en enero, antes de presentar la denuncia contra Cristina Kirchner, "fue muy intempestivo", con lo que sumó polémica luego de los cruces por ese tema entre el gobierno y la fiscal Fein.
"Mis hijas y yo nos enteramos ese mismo día del viaje de Alberto; fue muy intempestivo", destacó, y admitió que tuvo un "entredicho" con su ex esposo por esa vuelta sorpresiva.
"Nos enteramos el domingo 11 (de enero). Tuve un entredicho porque fue todo muy sorpresivo. Tuvo que ver con que más allá de que ejerzo la magistratura con una gran vocación por la justicia y el derecho, también la familia es una prioridad en mi vida. Fue todo bastante impactante. No entendía muchas cosas, no podía dimensionar", afirmó la jueza.
También dijo que no conocía la denuncia de Nisman contra la presidenta. "No tuve la oportunidad de leer la denuncia... Me enteré estando allá (en Europa) por Whatsapp y trascendidos", indicó.
Por otra parte, la magistrada señaló que "la búsqueda de la verdad" fue lo que más le impactó de la movilización en homenaje al fallecido fiscal, a la que asistió con su hija mayor y la madre de Nisman, Sara Garfunkel.
Sobre la investigación, reiteró que "en esta coyuntura judicial, política y mediática no están dadas las garantías para que sea una investigación totalmente imparcial y sin riesgos para cumplir los fines del proceso".
En ese marco, sostuvo que "le parece muy importante que el resultado (de la causa) sea un resultado que crea la opinión pública; que la Justicia le dé confianza a la gente", y reiteró su planteo para que un veedor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) garantice la imparcialidad en la investigación.
Además, Arroyo Salgado afirmó ayer que sus "hijas son la alegría, son la esperanza, siempre lo fueron, son chicas llenas de energía positiva". Fue una elíptica respuesta a la presidenta, quien —en referencia a la marcha— había dicho: "Nos quedamos con el canto, con la alegría; a ellos les dejamos el silencio. Siempre les gustó el silencio; ¿saben por qué? Digo que nos quedamos con la alegría porque no tienen nada que decir o porque no pueden decir lo que piensan".
"Respecto de las palabras de la presidenta, yo no voy a polemizar. No sé a quién estuvieron dirigidas, pero lo único que me gustaría decir es que mis hijas son la alegría, son la esperanza, siempre lo fueron, son chicas llenas de energía positiva".
Además, la jueza aseguró que la marcha de silencio le permitió vivenciar "a la cantidad de personas que ha conmovido este hecho".
"Fue muy emocionante y muy difícil para mí y para mi hija también, pero no queríamos dejar de estar (en la movilización)", enfatizó Arroyo Salgado y aseguró que notó que quienes participaron en la movilización estaban preocupados por "la búsqueda de la verdad".
Testigo rectificó parte de lo declarado a la prensa
Natalia Fernández, la joven que fue testigo ocasional del operativo que se armó en el edificio Le Parc cuando se halló el cadáver de Alberto Nisman, se presentó ayer ante la fiscal Viviana Fein y —según fuentes vinculadas a la investigación— "rectificó en parte" lo que había dicho ante los medios de prensa y que habían causado sorpresa e inquietud. "No dijo que vio a la fiscal con una bolsa de pitutos (se habló de casquillos de bala) y sostuvo que al cuerpo de Nisman lo sacaron del departamento a las 5.30, y no a las 3.30 como había señalado a la prensa".
"Tampoco vio a nadie comiendo medialunas. Mencionó que hubo una conversación donde alguien dijo que estaría bueno comer medialunas, pero que no vio que lo hicieran", añadieron los voceros.
Con respecto a su ingreso al baño, las fuentes indicaron que Natalia declaró que "recién le permitieron ingresar al baño de servicio (no en el que se halló a Nisman) luego de que la Policía Científica terminó de tomar todas las muestras pertinentes en el departamento".
Además, aseguraron que la joven "nunca caminó por el lugar". "Siempre estuvo sentada, primero en la escalera, y luego en un sillón junto a otro testigo, custodiado por un prefecto", señalaron las fuentes.
Desde la Fiscalía aclararon también que lo que la testigo describió como "gente subrayando los papeles" que Nisman tenía sobre la mesa, en realidad se trataba de peritos que "estaban foliando el material".
Las fuentes destacaron que la declaración testimonial de la joven fue realizada frente a la defensa de Diego Lagomarsino y el representante de la querellante Sandra Arroyo Salgado para confirmar que vio irregularidades, tal como le contó a los periodistas.
La joven, que llegó a la Fiscalía enfundada en campera de cuero, declaró durante tres horas y media y evitó hablar con los periodistas que la estaban esperando.
Stiuso le dijo a la fiscal que no habló con Nisman antes de su muerte
El ex espía Antonio Stiuso afirmó ante la Justicia que la última vez que dialogó con Alberto Nisman fue en “Navidad” y apuntó a otro ex integrante de la Secretaría de Inteligencia (SI) por comunicaciones registradas horas antes de la muerte del funcionario.
“No, no hablé con Nisman. Desde Navidad que no hablaba con él”, señaló Stiuso en su declaración como testigo en la investigación por la muerte de Nisman. Según publicó Página 12, al ser consultado sobre un Nextel con el que se comunicó el fiscal y que está a su nombre, Stiuso señaló que ese aparato figura como de él pero que quien lo utilizaba era el ex espía Alberto Massino, quien fuera director general de Análisis y hombre de su absoluta confianza.
Cuando la fiscal le pidió precisiones sobre quién usaba el celular con el que se comunicó Nisman, Stiuso señaló a Massino, otro ex agente desplazado en diciembre por el Gobierno.
Ante la fiscal Mónica Fein, Stiuso reconoció el trato frecuente con Nisman, en el marco por la investigación por la Unidad Amia. Además, aseguró no conocer al técnico informático Diego Lagomarsino, el dueño del arma que habría matado a Nisman.