La Fiscalía Federal de Venado Tuerto pidió la elevación a juicio de dos de las tres causas en las que está procesado Mauro Nahuel Novelino como organizador de redes narco desde la cárcel de Piñero. El requerimiento refiere a las actividades delictivas detectadas durante 2019 aunque la investigación no terminó ahí ya que el acusado, ya trasladado a un penal de Chaco, volvió a armar tras las rejas una banda que fue detectada a mediados de 2020.
El pedido formulado por el fiscal Javier Arzubi Calvo al juez federal venadense Aurelio Cuello Murúa también pide enjuiciar a otras 20 personas como miembros de las bandas que le atribuyen organizar a Novelino, hoy preso en una cárcel de Salta. En la primera causa hay 18 coimputados de tráfico de drogas “en la modalidad de cultivo de plantas y guarda de semillas y tenencia con fines de comercialización agravada por ser cometidos por tres o más personas en forma organizada”. En la segunda el delito de comercio de drogas está agravado por haber vendido en inmediaciones de un centro asistencial, cultural y social.
Luego de estar preso un par de veces por robos y hasta protagonizar una fuga de la Alcaidía de Melincué que se le truncó en Rosario, en 2016 Mauro Novelino terminó detenido en Piñero para cumplir una condena por un robo a mano armada y encubrimiento. Allí acordó en 2018 una pena como partícipe primario de tenencia de droga por el hallazgo de diez kilos de marihuana en la cámara séptica de su casa, hecho por el cual su pareja Paola Flores quedó en prisión domiciliaria.
Como publicara este diario en septiembre pasado, según fuentes que lo han investigado, en esos pabellones se reinventó como organizador de bandas narco. Ese nuevo perfil fue descubierto en septiembre de 2019 cuando fiscal Arzubi Calvo ordenó más de 65 allanamientos en varias localidades en el marco de seis investigaciones por narcomenudeo en el sur santafesino. Tres de esos allanamientos fueron en la cárcel de Piñero.
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Con más de 30 detenidos, el operativo desbarató el funcionamiento de distintas organizaciones de las cuales la más activa parecía ser la que manejaba Novelino con epicentro en Venado Tuerto.
Ordenes
Según la investigación Novelino organizaba la compra y la venta de droga, la recaudación e incluso la adquisición de bienes. Las órdenes eran impartidas a su pareja, quien se encargaba del manejo en las calles venadenses. La pesquisa de Gendarmería, con escuchas telefónicas, permitió identificar a los miembros de la red y sus respectivos roles. Algunos, por ejemplo, se encargaban de almacenar o esconder la cocaína, marihuana, armas y dinero que movía la banda.
Para el fiscal las evidencia colectada indica que el líder de la banda “impartía órdenes y organizaba las maniobras de fraccionamiento, acondicionamiento y distribución de drogas, así como el cobro y recaudación de las ventas que realizaban sus coimputados”. Por ello pidió que Novelino sea juzgado como organizador. En tanto coimputó por el mismo delito —tráfico de drogas en la modalidad de cultivo de plantas y guarda de semillas y tenencia con fines de comercialización— a otras 18 personas. Además de su pareja Paola Flores, entre los procesados están Maximiliano Ezequiel “Guacho ” Ríos, que estaba preso con Novelino en Piñero y de quien luego se habría distanciado, y el padre del acusado, Hugo Novelino, a quien le atribuyen guardar armas y drogas en su lugar de trabajo.
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También se pidió que fueran a juicio Marcelo Daniel Camelino, Brian David Galván, Diego Mauricio Galván, Matías Ezequiel Carranza, Romina Natalí García, Gonzalo Román Pérez, Nicolás Hernán Sosa, Gabriela Fernanda Carreras, Marisol Ramírez, Alejandra Tamara Garbes, Omar Daniel López, Denise Yanet Suárez, Micaela Daiana Garbes, Ana del Valle Díaz, Hugo Omar Novelino y Rodrigo Alejandro Ríos.
La caída de esa red, según los investigadores, no amilanó a Novelino que enseguida empezó a trabajar en otra que alcanzó a operar entre septiembre y noviembre de 2019. En este caso fue detectado impartiendo órdenes a una mujer y a un hombre que manejaban el fraccionamiento y la venta de drogas en una casa aledaña a un centro comunitario de Venado Tuerto, lo cual configura un agravante para el delito de comercio de estupefacientes.
En esa causa Novelino fue procesado con Verónica María Loza y Elías Manuel Astargo. En este expediente, al delito de comercio de drogas se le agrega el de abuso de armas de fuego (Astargo y Novelino como autores y Loza como partícipe necesaria) por un hecho ocurrido el 30 de octubre de 2019 cuando Elías y otro joven fueron a la casa de una mujer para obligarla a hablar por teléfono con el jefe de la banda. El amedrentamiento incluyó disparos de armas de fuego.
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En ese marco sigue pendiente de elevación a juicio el procesamiento por una tercera red urdida tdesde la cárcel chaqueña donde el acusado recaló tras ser procesado por sus andanzas en Piñero. Esta investigación comenzó a partir de un anónimo sobre un posible atentado a tiros contra el juez federal de Venado Tuerto y terminó conduciendo hasta la celda de Novelino.