Durante largos años en Rosario se dijo que las historias de Los Monos estaban recubiertas por la aureola de una leyenda urbana. Nada permitía distinguir la realidad del artificio, la verdad de la ficción, la evidencia de la conjetura.
Por Hernán Lascano
Durante largos años en Rosario se dijo que las historias de Los Monos estaban recubiertas por la aureola de una leyenda urbana. Nada permitía distinguir la realidad del artificio, la verdad de la ficción, la evidencia de la conjetura.
El violento incidente de ayer sobre la autopista (ver página 38) reitera en un primer momento esa cualidad espectral que envuelve a situaciones que conciernen a la familia de barrio La Granada. La camioneta que trasladaba a los dos acusados de asesinar a Claudio "Pájaro" Cantero y al supuesto instigador del crimen fue emboscada y acribillada a balazos. Fue a pocas horas de que la fiscal pidiera duras condenas para ellos por la muerte del líder de Los Monos.
Las hipótesis iniciales no son unívocas. Se arriesga que el intento de frenar al celular con destino a Coronda pudo ser de allegados a los acusados que pretendieron liberarlos. Al cabo el entorno de Luis "Pollo" Bassi, acusado de ideólogo del crimen de Cantero, estaba señalado de una sangrienta secuencia de hechos en Villa Gobernador Gálvez.
Pero la presunción preferida por algunos pesquisas apunta directamente a la banda de Los Monos. La atronadora seguidilla de venganzas hilvanada tras el homicidio del líder, el 26 de mayo de 2013, inscribe el hecho de ayer en una secuencia coherente. Al día siguiente de aquel trascendente hecho mataron al encargado del boliche Infinity Night, Diego Demarre, tras seguirlo desde Tribunales. Por ese incidente irá a juicio Ariel Máximo "Guille" Cantero. El dueño de la disco, Oscar Aguirre, fue ejecutado un año después.
Al día siguiente del ataque a Demarre hubo un atentado brutal frente al Distrito Sudoeste, en Francia y Acevedo. Allí murieron Marcelo Alomar y Milton César. La madre de este, Norma César, murió a los cinco meses por las heridas recibidas. Por ese hecho acaba de ser procesado Ramón "Monchi Cantero" Machuca, quien tras el ataque recibía desde la morgue un informe de un policía de la banda, ya condenado, sobre el estado de los heridos.
Familias en desgracia
El reguero sangriento incluyó los asesinatos de los padres de los tres acusados del crimen. Mataron a Miguel Angel Damario (padre de Milton), a Rubén Muñoz (de Facundo) y a Luis Angel Bassi (de "Pollo"). Dos hermanos de "Pollo" también fueron fulminados a tiros.
El método de cobrar las afrentas al contado y con estallidos de pólvora también se verificó con Diego Cuello, ahora preso por narcotráfico, que en la llamada Causa Monos brindó con detalle una semblanza de la banda. A Cuello lo acecharon con 16 balazos en Hilarión de la Quintana y Moreno cuando llegaba a su casa en auto con sus dos hijas. El salió ileso. Las nenas de 2 y 4 años sufrieron heridas leves.Estos incidentes son verificables uno a uno. Aunque esta vez no ha sido así, como resultado de estas disputas los cadáveres quedan en la calle y la sangre se limpia a manguerazos. Pero de alguna manera sus autores se las apañan para escurrirse de ellos. Los ataques llevan una impronta idéntica que se asemeja a una firma trazada por la misma mano. Pero lo que ocurre en Tribunales transcurre como en una realidad paralela. Lo que es seguro es que las batallas para reparar el honor o la autoridad desafiada no contemplan la actividad del Palacio de Justicia.