La mañana de este martes los pocos vecinos que andaban por Mitre al 2600 de Villa Gobernador Gálvez hablaron con tanta tristeza como preocupación sobre el crimen de Geraldine Gómez, que tenía 1 año y fue asesinada a balazos la noche del lunes. La imagen más gráfica fue la de una madre joven con su nena de tres años en brazos. Después de que la mujer contara cómo se vivió en el vecindario el crimen, la niña despegó la cara del pecho de su mamá y fue clara: "Yo tuve miedo". Un comentario frecuente en las barriadas que son escenarios de la violencia callejera, pero esta vez en boca de una nena y horas después de que una bebé fuera asesinada. Una postal que no necesita más descripción pero que los propios vecinos insisten en remarcar: "Tenemos miedo por nuestros chicos, esto le puede pasar a cualquiera en cualquier momento".
El asesinato de Geraldine Mora Gómez ocurrió pasadas las 20 del lunes cuando una ráfaga de balazos partió desde un auto en movimiento en dirección a una vivienda de Mitre al 2600. La nena estaba con sus abuelos y un tío en la casa y quedaron acorralados por la balacera. Geraldine fue herida en la cabeza, una pierna y un brazo. Su abuela Sandra, de 41 años, recibió un balazo en un glúteo y a un tío de la nena, llamado Julián y de 22 años, tres balas lo alcanzaron en glúteos y piernas.
A Geraldine la llevaron al Hospital de Niños Victor J. Vilela, donde se confirmó su fallecimiento cerca de las 20.30. Las otras dos personas heridas quedaron internadas en el Hospital Provincial de Rosario. Mientras tanto horas después del crimen la Fiscalía recibió el aviso del hallazgo de un auto incendiado en una zona rural de Villa Gobernador Gálvez. Los testigos del crimen habían hablado de un Peugeot oscuro y por las coincidencias en las características del auto incendiado se presume que se trataría del utilizado por los homicidas en el hecho, que empezó a ser investigado por Ademar Bianchini, fiscal de Homicidios en turno.
Pasado el mediodía del martes Bianchini brindó una conferencia de prensa en el Centro de Justicia Penal y describió el hecho como "un menosprecio absoluto por la vida ajena". Al tratarse del tercer caso en lo que va del año en el que resulta asesinado un bebé el fiscal ofreció un punto de vista más allá del hecho puntual: "No se tratan de homicidios dirigidos a los niños con un propósito ulterior, son la consecuencia de un menosprecio absoluto por la vida ajena. Con tal de matar o dañar a la persona con la que se tiene conflicto les importa nada si hay un menor que pueda resultar víctima".
Sobre el crimen de Geraldine el fiscal indicó que la familia de la víctima había sido amenazada previamente y que como otro antecedente aparece el asesinato en abril pasado de un tío de la nena. Se trata de Juan Sánchez, de 18 años, a quien en el 16 de ese mes mataron a balazos desde un auto en movimiento. Era hermano de Julián, el otro tío de Geraldine, que también resultó herido en el ataque de este lunes. "Sería prematuro afirmar o sostener alguna u otra hipótesis. Ne descarto y no puedo sostener", explicó Bianchini y sostuvo que es probable que ambos homicidios formen parte del mismo conflicto que incluyó amenazas previas al crimen de Geraldine.
Barrio olvidado
El barrio La Rana está ubicado al noroeste de Villa Gobernador Gálvez, cerca del paso del Arroyo Saladillo y del barrio Coronel Aguirre. La calle Mitre al 2600, donde fue asesinada Geraldine, es un camino de tierra que a unos cien metros corta con un pequeño basural. La mañana del martes unos vecinos realizaban ahí su tarea diaria: revolver y cirujear algo que pueda servir para juntar unos pesos.
La Rana es una barriada levantada por personas que tomaron los terrenos y construyeron sus viviendas, la mayoría de ellas todavía precarias, de chapa y madera. Todos en esa cuadra conocen a los abuelos de Geraldine, a quienes ubicaron como vecinos de toda la vida, laburantes y sin problemas con nadie al menos en el barrio. El comentario de los vecinos fue, sobre todo, de angustia y temor. "Acá hay muchos nenes chiquitos. Tenemos miedo por nuestros chicos, esto le puede pasar a cualquiera en cualquier momento", dijo una mujer mientras preparaba su carro para salir a cartonear.
"Todos los días se escuchan tiros. Antes veíamos que pasaba en Las Flores y otros barrios de Rosario o de acá, pero ahora este barrio desde que empezó el año está así", contó otra vecina. Entonces agregó lo que ya es un punto en común en tantos barrios de Rosario y sus alrededores: "A las cinco o seis de la tarde ya nos metemos adentro y no queremos salir ni a comprar el pan".
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A una cuadra de donde ocurrió el crimen está el centro de salud provincial "Ingeniero Mosconi". Su coordinador, el pediatra Javier Pascale, que también es concejal de Villa Gobernador Gálvez, habló con La Capital y describió el barrio como un lugar tranquilo en el cual los vecinos se cuidan entre ellos y a los trabajadores de la institución, aunque no está exento de la violencia.
Pascale no niega lo que aseguran los vecinos sobre la violencia callejera y su avance sobre este territorio, refiere que "está heavy y pasan cosas como en cualquier barrio de la ciudad". Pero también habla de cierta contención comunitaria por tratarse de un barrio todavía chico y en el que muchos vecinos se conocen entre sí. "Es gente humilde y muy respetuosa. Un barrio que vive día a día y la mayoría se atiende en el centro de salud. Nosotros trabajamos libremente, nunca tuvimos amenazas o alguna situación por la que tuviéramos que llamar a la policía", contó el médico.
El barrio La Rana, al menos el sector en el que viven los abuelos de Geraldine, carece de servicios públicos. Hay un tendido eléctrico precario que lleva luz a algunas viviendas pero no hay ni alumbrado público ni red de agua potable. En ese marco es que Pascale situó a la violencia callejera como una problemática "multidimensional". "La seguridad es un problema complejo de alcance multidimencional y debe ser abordado como tal, trabajando en una educación de calidad, la erradicación de la pobreza, el acceso a la justicia y al cuidado de la salud, fortaleciendo la cooperación y la coordinación estratégicas entre los diferentes actores, tanto políticos como institucionales", sostuvo.
El crimen de Juan
Juan Sánchez tenía 18 años y era tío de Geraldine. La madrugada del sábado 16 de abril estaba en una fiesta en una casa de Crespo al 2200 de Villa Gobernador Galvez cuando fue asesinado a balazos.
Según se supo en ese entonces el chico salió a la vereda con otros jóvenes cuando fueron atacados. Los homicidas llegaron en un auto y apenas bajaron la velocidad antes de efectuar varias decenas de disparos.
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Al menos diez balazos dieron en Juan, que quedó herido de gravedad. Sus amigos lo llevaron al Hospital Gamen, desde donde lo derivaron al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde falleció. Este episodio aparece ahora como un antecedente del crimen de Geraldine y tal vez las investigaciones de ambos hechos logren una vinculación al menos en un conflicto de fondo.