Los pasos previos al juicio oral por el crimen de Héctor Albino Almaraz, un hombre de 70 años al que asesinaron de un tiro en el pecho para robarle el dinero de siete pensiones por discapacidad, comenzaron a definirse ayer en el Centro de Justicia Penal. En una audiencia previa al debate, la fiscal Marisol Fabbro pidió la pena de prisión perpetua para los dos acusados de haber ingresado a robar a la casa de Demestri 6061 donde golpearon a la esposa de la víctima tras efectuarle un disparo en el pecho al jubilado con un arma calibre 45.
Los imputados son Blas Joel Rodríguez y Alan Federico Núñez, a quienes la fiscal Fabbro acusó como coautores de un homicidio calificado criminis causa —matar para ocultar otro delito— y la portación ilegal de un arma. Es la imputación que pesa sobre ellos desde que fueron detenidos. Se trata de delitos que prevén la pena de prisión perpetua y esa es la condena que la fiscal solicitó en la audiencia. El juez Hernán Postma hizo lugar al planteo acusatorio aunque ante un cambio en la descripción de los hechos que motivó planteos de Fausto Yrure, defensor de Núñez, dispuso un cuarto intermedio. La audiencia continuará en febrero.
Lo que quedó definido en la instancia de ayer es la calificación legal del hecho y el pedido de pena con que los acusados llegarán al juicio oral y público, que estará a cargo de un tribunal de tres jueces en fecha aún a definir. Cuando se reanude la audiencia las partes discutirán en detalle sobre las pruebas a presentar en el juicio y los testigos que serán citados a declarar.
A Héctor Albino Almaraz lo asesinaron el 26 de septiembre de 2018 cuando estaba sentado en la puerta de su casa de Demestri 6061, en las inmediaciones del Fonavi de Rouillón y bulevar Seguí. Tenía 70 años y lo reconocían por dos apodos: “Pescador” o “Tri Tri”, por una muletilla utilizada por el personaje “Minguito”, de Juan Carlos Altavista.
El hombre percibía, además de su jubilación, pensiones por discapacidad de su esposa, sus cuatro hijas y tres nietos, todos con retraso madurativo por una enfermedad genética. Según el relato de tres testigos, uno de ellos de identidad reservada, ese día el jubilado advirtió que le iban a robar cuando se le acercaron dos hombres armados e intentó impedirlo. Como respuesta recibió un disparo calibre 45 en el pecho.
“Llevaba en la mano un arma grande, que brillaba como un espejo”, describió uno de los testigos. Con Almaraz herido, los dos ladrones ingresaron a su casa y golpearon duramente a la esposa. Pero tras revisar la vivienda sólo se llevaron un espejo y un televisor. En la escena se secuestró una sola vaina servida calibre 11.25 (equivalente al 45). Los dos ladrones huyeron en el Peugeot 206 color gris en el que habían llegado y que era conducido por un tercer hombre.
Los acusados
Tres semanas después del crimen, al enterarse de que era buscado por la policía, se presentó ante la fiscal Blas Rodríguez, un electricista de entonces 18 años sin antecedentes penales. Fabbro lo acusó como coautor del homicidio. Lo representa el defensor público Juan Ignacio Bazet. En enero de este año fue detenido Núñez, un albañil de 25 que recibió la misma imputación.
Fue el tercer imputado en la causa, ya que pocos días después del crimen había sido detenido Osvaldo “Mojarrita” R., un soldador y electricista de 42 años al que se le achacó haber planeado el robo junto a cuatro secuaces una semana antes. Finalmente recuperó la libertad tras ser condenado en un juicio abreviado por una participación secundaria, como quien estuvo en la planificación del robo pero sin saber que el hecho devendría en algo trágico como el asesinato de Almaraz.
En tanto, dos de los testigos de identidad reservada que aportaron información a la Fiscalía para lograr la identificación de los acusados fueron amenazados y atacados a balazos. Uno de ellos recibió una ráfaga de disparos desde una moto, un proyectil lo hirió en el hombro y se tuvo que ir del barrio por miedo.