Una banda integrada por al menos cinco jóvenes delincuentes que se dedicaban al robo de motos, y que tenía por modalidad balear a los conductores que asaltaban, fue desbaratada en una serie de allanamientos que llevó adelante personal de la comisaría 14ª en el asetamiento precario de Casilda al 2300.
Entre los meses de agosto y septiembre, en la comisaría 14ª se recibieron varias denuncias por arrebatos callejeros y robos de motos. En casi todos esos hechos actuaban tres delincuentes motorizados que se ponían a la par de la víctima y, tras balearla en las piernas haciéndola caer al suelo, le robaban el rodado.
"En esos meses llegamos a registrar unos 15 robos semanales y todos con la misma características en la zona delimitada por Mendoza, México, Larrea y avenida Pellegrini", contó el comisario Fabián Fantini, a cargo de la seccional de Marcos Paz y Provincias Unidas.
Según el jefe policial, se trataba de robos de motos de alta y mediana cilindrada como Yamaha CBX 250 y Honda Tornado, además de carteras o maletines.
Al ser consultados por los investigadores, los vecinos y testigos de cada uno de los robos dieron señas similares de quienes serían los agresores. Además, cada una de las víctima fue recabando datos y voces anónimas acerca de dónde podían estar sus motos. "Sabemos que las vendían y los vecinos nos fueron acercando los trascendidos que les iban tirando otras personas", indicó el uniformado.
En alerta. Con sólo recorrer el barrio los últimos días se percibía el temor de los vecinos. "El barrio está terrible, estamos cansados de los robos y los arrebatos. Se te acercan con la moto y te tiran al piso para patearte o robarte", dijo un hombre a La Capital la tarde del viernes, cuando a raíz de otro robo se realizó una crónica en el barrio Azcuénaga, una de las jurisdicciones de la seccional 14ª.
La gota que colmó la paciencia de los vecinos fue un robo cometido hace unos quince días en un aserradero de San Juan al 5400. Allí hubo maltrato de parte de los ladrones y hasta una "privación de la libertad". Pero los delincuentes cometieron un error que los depositó en el calabozo. En el atraco le sustrajeron al dueño del negocio un pistolón calibre 12 que después usaron para otros ilícitos y quien lo tenía hizo alarde de esa arma, mostrándola a la gente del barrio. "Al estar exhibiendo el pistolón fue fácil dar con los primeros que cayeron", manifestó el jefe de la seccional .
Así es que los pesquisas solicitaron al juzgado de Instrucción 15, a cargo de Alejandro Negroni, cuatro órdenes de allanamientos para el asentamiento de Casilda al 2300, donde presuntamente se aguantaban los maleantes. Sin que sus ocupantes ofrecieran resistencia, la policía de la comisaría 14ª con el apoyo del Grupo de Infantería de Respuesta Inmediata (Giri) copó el lugar la mañana del 7 de noviembre y secuestró tres motos que se usaban para cometer los robos, un revólver calibre 22 y un block de motor correspondiente a una moto con pedido de captura. Además, se llevaron presos a Juan Carlos D., Alberto C. y Gustavo S., todos mayores de edad.
Además, en el procedimiento surgieron otros dos nombres como sospechosos de integrar la banda: Joel C., de 18 años, y Fernando A., de 25. Esos dos muchachos fueron apresados la noche del jueves cuando iban montados en una moto Honda Storm por inmediaciones del asentamiento en cuestión. De esta manera, dijo el comisario Fantini, "se supone que la banda ya estaría fuera de juego".