Un abogado matriculado hace pocos años en el fuero rosarino fue demorado ayer cuando intentaba ingresar a la Alcaidía Regional ubicada en 27 de Febrero al 7800 llevando algunos gramos de marihuana que supuestamente tenían como destino al cantante de trap Zaramay, quien está bajo prisión preventiva por 30 días acusado de intimidación pública después de viralizar una serie de fotos en las cuales está junto a un grupo de muchachos y portando armas de grueso calibre.
El letrado fue identificado por el Servicio Penitenciario de la provincia como Fernando Arias Caamaño, a quien el fiscal federal Claudio Kishimoto le abrió una causa penal por la tenencia del estupefaciente y el viernes deberá presentarse en los Tribunales de bulevar Oroño al 900 para ser impuesto de la causa que le abrieron .
Según las fuentes, Arias Caamaño llegó a la alcaidía acompañado por el abogado bonaerense Sebastián R.B., quien no ingresó al penal y se quedó esperando la salida de su compañero. Tras presentarse como defensor del trapero preso y sostener que es conocido de uno de los fiscales que acusaron a Zaramay por intimidación pública, el letrado ingresó al penal con el fin de hacerle firmar un poder al músico. Poco después salió del recinto y enseguida volvió con un paquete que, dijo, llevaba al artista por pedido de su propia familia. En ese bulto el personal de la Alcaidía encontró un paquete de galletitas dentro del cual había algunos gramos de marihuana.
No obstante, Zaramay no reconoció ante los penitenciarios que Arias Caamaño sea su abogado y ayer ratificó como su defensor a un letrado rosarino al cual le había firmado el poder correspondiente antes de la audiencia imputativa a la que fue sometido. En ese sentido, algunos voceros indicaron ayer que el profesional demorado quiso entrar a la prisión con la intención de caranchearle el cliente al representante del trapero haciéndole firmar un poder a su nombre.
Arias Caamaño es un penalista conocido en Rosario por ser uno de los actuales defensores de Mario Roberto Segovia, conocido como el “Rey de la efedrina” y condenado a 16 años de prisión por tráfico de estupefacientes y otras causas.
También se ha desempeñado como defensor de Yanina Alvarado, hermana de Esteban Lindor Alvarado, en el trámite donde la mujer fue condenada a siete años de prisión por comercio de drogas junto a su marido, Fabricio Lorincz, en marzo de 2019 en los Tribunales Federales.
El mismo abogado es defensor asimismo de un hermanastro de Alvarado, Gustavo Fernando “Tuerto” Ramos, imputado desde 2019 por los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra como organizador de una asociación ilícita integrada por al menos once civiles y cuatro policías en carácter de autor y quien ya fuera condenado a doce años de prisión en Córdoba en 2009.
La detención
Zaramay fue detenido el jueves pasado en una finca de Galicia al 600, en el extremo norte del barrio La Florida, junto a Esteban David D., de 31 años y familiar de Ariel Máximo “Guille” Cantero, el condenado líder de la banda de Los Monos. El operativo lo realizó personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y ambos fueron imputados por los fiscales por el delito de intimidación pública a partir de una serie de fotos que el trapero viralizó en sus redes sociales el 26 de enero donde un grupo de jóvenes aparece portando armas de guerra. Sin embargo no le achacaron la portación de las mismas ya que en el allanamiento no se encontró nada de lo que se exhibe en la foto.
El músico tiene 26 años y según los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos no solo cayó por esas sugerentes fotos sino también por una hipótesis que gira en torno al ataque a balazos perpetrado contra la casa del trapero rosarino Franco Fernández, de 22 años, conocido como FF en ese ambiente.
En la foto, tomada supuestamente en una barbería de zona sur en ocasión de que el trapero llegara a Rosario para filmar un videoclip, pueden verse al menos dos fusiles FAL, pistolas 9 milímetros Glock, Bersa y Taurus, una carabina GSG AK-47 Black y cargadores KCI surcoreanos de 50 o 100 disparos. Según la hipótesis fiscal, las armas pertenecerían a la banda de Los Monos, dos de cuyos integrantes fueron identificados en las imágenes.