La bomba detonó en Río de Janeiro. El epicentro fue en las entrañas del estadio Maracaná. Las declaraciones de Lionel Scaloni tras la histórica victoria de Argentina sobre Brasil, en la que manifestó su deseo de tomarse un tiempo para pensar su futuro en la selección, generaron un gran revuelo en el mundo del fútbol. Ni hablar en el seno de la Asociación del Fútbol Argentino. Las esquirlas ocasionaron rápidamente un daño sentimental en el gran pueblo argentino. Hizo crujir además la calma que parecía ostentar la AFA con todos los lauros obtenidos en los últimos dos años a nivel deportivo tras la conquista de la Copa América en Brasil, el título intercontinental con la Finalissima ante Italia en Wembley, y la aún saboreada Copa del Mundo en Qatar 2022. El entrenador no fue al hueso aún. Pero abrió una herida que no pinta para que cicatrice a corto plazo. Según datos obtenidos por Ovación, la resultante marca que este freno de mano que puso el pujatense fue fruto de una divergencia con Claudio Tapia por diversos factores que engloban lo político y económico. Seguramente, Chiqui elegirá creer en un final feliz. Aunque lo cierto es que la incertidumbre y un nada claro panorama marcan que todo seguirá en modo incógnito por un buen lapso.
“Ahora toca parar la pelota y ponerme a pensar. Estos jugadores me han dado un montón y necesito pensar mucho qué voy a hacer. No es un adiós. Pero la vara está muy alta y está complicado seguir. Y está complicado seguir ganando. Toca pensar”, disparó de manera reflexiva Scaloni en conferencia de prensa.
Automáticamente se viralizaron sus frases hasta ser tendencia en las redes y surgieron preguntas sin respuestas todavía. A todos los tomó por sorpresa. Sin embargo, Lionel no exteriorizó un pensamiento que nació desde la espontaneidad o improvisación. Tenía que expresar lo que su noble corazón y mente le dictaminaron.
El origen de la causa es desconocido para el grueso de los mortales. Ninguno de los protagonistas largó prenda aún. Pero es más que evidente que hay un detrás de escena que sólo los intérpretes conocen a la perfección. Incluso hasta los jugadores consultados sobre este tema dejaron en claro que no estaban al tanto.
No obstante, una fuente muy vinculada a la AFA le aseguró a La Capital por lo bajo que “la bronca de Scaloni es principalmente con Chiqui Tapia. Hay un tema entre ellos que deberán resolver. Claudio lo sabe y tratará de charlar con el entrenador cuando las aguas se calmen un poco porque quiere lo mejor para la AFA”.
El gran interrogante a develar es saber qué pasó realmente entre ellos. Una de las versiones que más peso tiene a nivel periodístico marca que todo fue porque a Scaloni no le gustó que le quisieran imponer una foto con el grupo junto al candidato oficialista Sergio Massa antes del balotaje.
“Eso no sería un caso grave como tampoco para generar este lío porque no fue tan así lo de la foto. Pero la postura del técnico es respetable y ahora hay que esperar para ver qué pasará más adelante”, le aseguró una fuente cercana a la AFA a este medio sin titubear.
También salió a la luz la deuda que mantiene la casa madre del fútbol nacional con respecto a los premios a los jugadores y al cuerpo técnico tras ganar la tercera estrella en Qatar. “La deuda existe, pero se pagará a corto plazo porque Fifa mandó hace poco el dinero”, detallaron desde Capital Federal con precisión.
La situación es muy delicada. Más de lo que muchos optimistas creen. El “portazo virtual” no es solamente un mero llamado de atención a quien conduce la cúpula del fútbol argentino. Hay un claro mensaje cargado con una alta dosis de paciencia agotada por parte del pujatense. Luego se verá además qué habrá de cierto que el entrenador no quiere más desafíos con rivales de poco calibre porque quiere medirse con las potencias para seguir manteniendo el nivel y la vara alta.
Sobre todo porque en los dos últimos años el técnico le dio un salto de calidad impresionante al seleccionado. Las estadísticas son color esperanza en su máxima expresión: campeones de América tras 28 años de sequía. El plus es que se le ganó a Brasil en el Maracaná en 2021.
Luego llegó la frutilla del postre: la de la Finalissima en Wembley ante Italia. Mientras que diciembre de 2022 se graduó de campeón del Mundo en Qatar luego de imponerse por penales a Francia tras 36 años sin poder dar la vuelta olímpica en una cita ecuménica.
En la actualidad goza del primer puesto en el ranking de la Fifa. A eso hay que sumarle que recibió solo dos derrotas en las últimas 53 presentaciones. Es el único líder en eliminatorias. Le hicieron en los últimos seis partidos apenas dos goles.
También logró izar la bandera del triunfo en la altura de La Paz después 15 años. Derrotó a Perú tras 16 años. Dejó de rodillas a Venezuela en su casa 14 años después. Y recientemente sacó del horno la victoria en territorio brasileño por primera vez en la historia de las eliminatorias. ¿Más datos? Acopió 36 desafíos invicto, lo que la posicionó como la mejor racha en la historia de la albiceleste.
Está claro que Scaloni tiene peso propio en cada decisión que tome o postura que adopte. Si habló y marcó la cancha no fue un acto de rebeldía. Tampoco de soberbia. Busca volver a las fuentes. También necesita encontrar eco del otro lado del mostrador. Anhela nutrirse de lo que alimentó a todo un pueblo que ya había perdido la esperanza.
Cae de maduro que la continuidad de Scaloni está más que en duda. Sin embargo, la decisión final dependerá pura y exclusivamente de la decisión que tome el propio Scaloni una vez que se sienta cara a cara con Chiqui Tapia y cada cual exponga sus inquietudes en estos tiempos difíciles en pos de fumar la pipa la paz y ensamblar de nuevo una relación que hoy se quebró.