Para Mauricio Larriera, el del próximo domingo será su primer clásico rosarino. Esta instancia le representa un escenario absolutamente novedoso, inexplorado hasta el momento. Un laberinto por atravesar, un cofre por descubrir, una valiosa recompensa por alcanzar entre escollos de ocasión y muchas dificultades. El duelo ante los canallas será su primera parada brava en el fútbol de esta ciudad, donde todo se vive de manera muy pasional, al extremo, demasiado arriba de la ola de las emociones, demasiado inmerso en la desmesura. Para manejar ese enorme caudal, el entrenador deberá apelar a sus mejores herramientas para desarrollar el plan más adecuado para que el Newell’s que está modelando salga bien posicionado de esta auténtica prueba de carácter.
La ausencia de Ever Banega le agrega inconvenientes muy particulares a este trance. En todos los órdenes. Incluso trastocó las ínfulas y los roles que traían los contendientes en las jornadas anteriores. Antes, el conjunto rojinegro llevaba un traje de equipo ganador y protagonista, con un arranque en la Copa de la Liga que despertó elogios en propios y extraños. Y en algún momento llegó a asomar con mejor semblante y perspectivas más favorables.
Pero esos atavíos modificaron su condición tras los tropiezos ante Racing en el Parque y Estudiantes en La Plata, y sobre todo por la inesperada baja de su figura y estandarte. Esa situación mezcló todo en la previa del clásico. Y sin su as en la manga, Newell’s quedó en una plataforma de equiparación, donde se emparejó todo al momento de los análisis y de la confección de pronósticos.
Tiempo de decisiones
Sin Banega, Larriera tiene que meditar a fondo sus decisiones en relación al armado del once inicial. Lo que determine en estos días de prácticas en Bella Vista seguramente será crucial para la suerte que pueda llegar a correr frente a los auriazules. Son horas de intenso laboratorio para el técnico y sus colaboradores. Todo tamizado por la tensión y la exigencia que representa un cotejo de este tipo.
Si apuesta por mantener el dibujo (4-2-3-1) que más usó en esta competencia, la alternativa más probable que continúa manejando el conductor leproso es meter a Guillermo Balzi, un volante ofensivo forjado en la cantera, que hasta el momento siempre se mostró superado por las circunstancias cada vez que le tocó salir al ruedo. Esta vez podría tener una nueva gran oportunidad. Podría ser un trampolín de despegue. El salto de calidad que está tardando en aparecer.
Si continúa con el sistema táctico, más atrás de Balzi corren las chances de Matko Miljevic y Esteban Fernández. El último refuerzo leproso está agarrando ritmo de competencia y tiene características técnicas que lo vuelven una variante posible. En tanto, el excapitán de la reserva de River es un volante creativo que puede actuar en esa función pero Larriera lo usó en los amistosos de pretemporada en Uruguay aunque ya en competencia lo utilizó muy poco.
Otra variante factible es que el entrenador apele a otro dibujo (4-4-2), y ahí debería recurrir a Guillermo May para acompañar al Colorado Ramírez en la dupla de ataque. El resto de los nombres que viene utilizando en esta Copa de la Liga se acomodarían a esta disposición.
Larriera dirigió y sacó campeón a Peñarol y trae en su archivo emocional clásicos en tierras celestes. Pero sabe que esa referencia no está a la altura de lo que significa un Newell’s-Central. El DT lo entiende y ya lo comprobó en este arranque de temporada y sobre todo con el impactante banderazo del jueves en el Coloso.
La arenga y la movilización de fibras, típicas de la garra charrúa, también pueden ser otros vehículos de motivación para transmitir a su tropa en este tiempo de importantes desafíos.
Larriera llegará al clásico con la desenvoltura y la inconsciencia de todo primerizo, sin arrastrar traumas previos ni ajenos. Sin reparar en las rachas, los requerimientos y en los contextos de cada momento. Eso lo liberará y le quitará presiones para buscar un triunfo que hace un rato largo se le niega a Newell’s.
Enfrente un viejo zorro como Russo, que conoce todos los modos y todas las mañas, y ese marcado contrapunto será otro de los grandes atractivos de este choque que este domingo parará los corazones de toda la ciudad.