Frank Kudelka otra vez alteró el dibujo táctico para el inicio de un partido. No es su costumbre. Pero es evidente que el flojo nivel del equipo y la urgencia de recuperarse, con su continuidad puesta en juego, lo llevó nuevamente a innovar para visitar a Talleres. La principal novedad fue la inclusión de un doble cinco. Jamás había comenzado a jugar así. La apuesta le respondió a medias. El equipo nunca llegó a ser una muralla en el medio. Y si no le llegaron con mayor frecuencia, en parte fue por la falta de profundidad de Talleres. El empate en dos goles prolongó la estadía del entrenador rojinegro, aunque nuevamente dejó dudas, en especial con las decisiones que adoptó desde el banco. Culminar el encuentro con Formica jugando en ataque resultó llamativo.
Es válido el argumento que las incorporaciones se fueron sumando de a poco y que Kudelka no contó con la mayoría a disposición en las primeras fechas, para explicar por qué le costó armar el equipo en las primeras fechas. Pero todo debe analizarse en su justa medida. Newell’s se parece bastante al del torneo pasado y esto es responsabilidad del conductor, de los futbolistas que elige y del esquema que define en cada presentaciones. Las alteraciones del dibujo, del 4-3-1-2 contra Vélez (0-1), siguiendo por el 4-3-3 ante Boca (0-1), para culminar con el 4-2-3-1, frente a Talleres es una muestra de que hay cuestiones no resueltas.
Kudelka entendió que, inmerso en una crisis futbolística, y ante un resultado que sería determinante de su futuro, era necesario tener en cuenta la manera de contrarrestar el juego intenso y vertical de Talleres. Para tal fin, paró un doble cinco, con Julián Fernández y Juan Sforza. Con frecuencia durante el trámite de un partido, Kudelka ubicó dos volantes centrales. Jamás desde el primer minuto.
La conformación del medio se completó con Julián Marcioni y Alexis Rodríguez para correr por las bandas y entorpecer las subidas de los laterales locales.
Con esta disposición táctica, Newell’s controló medianamente al local. Tampoco es que resultó inexpugnable. Lo favoreció que el local no fue un dechado de virtudes. Aparte, cuando llegó a arrimarse al área rojinegra, entre Lema, Capasso y Orihuela se ocuparon de interceptar cualquier intento.
El juego de Newell’s no mejoró en Córdoba. Repitió los problemas en la generación y fueron muy pocas las situaciones de gol. Sforza falló en el pase de salida y el circuito futbolístico fracasó antes de nacer. Mal con las entregas, Kudelka movió el banco antes de lo habitual y para el segundo tiempo lo sacó para que juegue Pablo Pérez. Tampoco creció mucho el equipo.
Resquebrajado del medio hacia arriba, ninguno de los futbolistas de la ofensiva logró al menos un desequilibrio individual. Hubo poco de Marcioni, Maxi y Scocco, menos de Alexis Rodríguez. Las trepadas de Orihuela terminaron siendo una de las pocas opciones.
Pero más que la disposición táctica o las individualidades, con Lema sosteniendo el equipo, Newell’s sacó adelante el encuentro, estando en desventaja por el gol de Retegui, a partir de la actitud. No se resignó y, pese a saber que una derrota desataba la tormenta, fue capaz de revertirlo. Esta postura cambió en relación a los enfrentamientos contra Vélez y Boca. Un gol lo había dejado sin nada en estos dos encuentros.
Kudelka quebró en esta ocasión la costumbre de no introducir cambios en el entretiempo y lo metió a Pablo Pérez. Fue lógico. También la salida de Alexis Rodríguez, aunque el ingreso de Justo Giani, recién llegado al club, abrió el interrogante de por qué no se le dio la chance a Luciano Cingolani, que no jugó ni un minuto en el actual torneo, o Ramiro Sordo, que es volante o extremo. Desde el banco, ambos observaron la roja a Giani por una dura infracción.
Con uno menos, el DT buscó reforzar la banda izquierda y Braian Rivero entró por Scocco. El cambio llevó a que Maxi fuese el único punta. No lo favoreció tal determinación. Menos aún al equipo que, apenas Talleres puso el 2 a 2, Formica suplantó a la Fiera y pasó a moverse arriba. Como además Marcioni dejó la cancha por Cacciabue, Newell’s terminó el partido sin ningún delantero. No parece que hayan sido aciertos del técnico. Las variantes en el segundo tiempo en Córdoba, y de anteriores encuentros, muestran quizás uno de los puntos más flacos del técnico, que es la elección de los cambios y el momento en hacerlos.
Kudelka prolongó la estadía en Newell’s y el empate puede servirle al plantel para incrementar la confianza. No es algo menor. El ánimo también influye en el rendimiento. Pero con eso solo no alcanza para mejorar la campaña.
El inicio de una semana corta
Newell’s retorna al trabajo esta mañana en Bella Vista. La semana de entrenamiento será corta porque el viernes recibirá a Independiente. Según lo observado en Córdoba, Pablo Pérez puede aparecer desde el inicio, para tratar de tener una mejor distribución. La falta de peso en ofensiva puede llevar al entrenador a retocar alguna de las piezas.