Frente a frente. Central contra Newell’s. Carlos Tevez versus Javier Sanguinetti. Un clásico inmenso jugado a pleno por sus técnicos, aunque sin patear la pelota. Por el lado canalla, el Apache hace un puñado de partidos que tomó las riendas y con su figura rutilante de coraje, esfuerzo y espíritu ganador logró poner de pie al equipo, ordenarlo y hacerlo competitivo. En el vestuario de enfrente, la alineación leprosa de Archu ya tiene rodaje, marcha invicta, defenderá la cima de las posiciones y en este derby el DT no se correrá de su apego al tacticismo que convirtió a Newell’s en un equipo granítico y protagonista. Así, el Apache, con su aura guerrera y pregonando un fútbol a ras de piso, y Sanguinetti, apelando a la rigurosidad estratégica y al vértigo ofensivo, medirán fuerzas esta tarde en la arena del Gigante.
La cita de Arroyito tiene todos los condimentos para que canallas y leprosos se saquen chispas futbolísticas. Y en este sentido habrá dos personajes trascendentales que estarán apostados junto a la línea de cal, tan concentrados como los mecánicos de la Fórmula Uno para detectar fallas, corregir errores, arengar, cambiar rápido los “neumáticos”, recargar “combustible” y también advertir fortalezas.
Se trata de Carlos Tevez, de reciente estreno como DT y en lo que será su primer derby, y de Javier Sanguinetti, que llega con el equipo invicto y que ya conoce lo que es disfrutar las mieles del éxito en el clásico. Ambos sostendrán un duelo aparte, tratando de imponer la fórmula de la victoria desde el pizarrón.
Es que tanto el Apache como Archu son los encargados de armar la estrategia, elegir a los jugadores para neutralizar al rival, marcar los caminos de ataque, tratar de que sus futbolistas no confundan motivación con desesperación y, por sobre todas las cosas, de ser los autores intelectuales del sueño que los desvela: ganar el partido y por unas horas tocar el cielo rosarino con las manos.
Tevez, protagonista de mil batallas como jugador en los clásicos más importantes del mundo, ahora tendrá su bautismo en el derby rosarino y tratará de imponer su impronta de lucha, sacrificio, coraje y sueños de superación.
Carlitos buscará que su Central esté compensado, ordenado, que pueda ser prolijo con la pelota y que progrese en la cancha en base a juntar pases. El sabe mejor que nadie que si sus jugadores lanzan pelotazos frontales enfrente hay una muralla que suele rechazar lo que le tiran.
El mensaje del DT auriazul será ir a cada pelota como la última, pero sabiendo que la paciencia, la inteligencia y el respaldo colectivo de las líneas son vitales para lograr la victoria. Y pondrá muchísimo el foco en lo anímico para que el marco de público favorable no conspire contra la juventud de varios de sus jugadores. ¿Defenderá con cinco el Apache?
Enfrente estará Sanguinetti con el pizarrón memorizado en cada puesto por sus jugadores. Archu logró que la defensa sea dura de batir, con una zaga que enamoró al DT y llegó para quedarse. Newell’s hasta acá es un frontón que rebota casi todo lo que le llega y siempre hay una pierna más para alejar el peligro.
Pero a esta óptima mecanización defensiva, sumado al doble volante de contención, en los últimos partidos le faltó despegue ofensivo. Quedaron aislados los carrileros Sordo y Panchito González, además del nueve Juanchón García, dueño de la foto del gol de la victoria en el último clásico en Arroyito.
Por eso es factible que Pablo Pérez sea de la partida para aportar juego en el medio y Panchito sería el lateral volante izquierdo. Igual esta opción aún no está confirmada.
En Newell’s no es un dato menor que atajará el pibe Franco Herrera (18 años) y tendrá una verdadera prueba en un Gigante que será una caldera. Y también Central cuenta con juveniles, entre ellos, Facundo Buonanotte (17 años), que deberá abstraerse del marco para hacer pesar su gambeta endiablada. En ambos casos el mensaje de confianza de los entrenadores será crucial.
En síntesis, otra vez se juega el partido más apasionante del mundo: el clásico rosarino. A las 16.30, el Gigante será el epicentro de la adrenalina, un verdadero volcán en erupción que irá derramando la lava de las emociones por toda la ciudad y también en cada rincón del planeta donde haya un canalla o un leproso.
El marco, como siempre, tanto sea en Arroyito o el Parque, será inigualable, y allí los protagonistas de ambos equipos serán los encargados de darle sentido y contenido a lo que bien puede considerarse una final, que tiene como premio la estrella de la gloria que se guarda en el corazón.
Y los DT jugarán también una pulseada aparte. El alma guerrera de Carlitos vs. el tacticismo efectivo de Archu. La otra cara del clásico.