Después de lo que fue la pobre actuación de Central en cancha de Vélez y la consecuente derrota (la primera vez que el canalla pierde dos seguidos en este ciclo de Miguel Angel Russo), nada mejor que algunas palabras del propio entrenador para entender el origen de algunos de los principales males de este equipo. “Tenemos que elaborar más juego, si no le cuesta a cualquier 9”, tiró el DT canalla a minutos de haber finalizado el encuentro en Liniers. ¿Y por qué se rescatan estas palabras? Para intentar explicar esa llamativa falta de juego de un equipo al que le cuesta muchísimo de visitante, pero que en los últimos tres partidos se le recuerda un solo tiro al arco: el gol de Ignacio Malcorra en el clásico frente a Newell’s. En los dos últimos no hubo un solo futbolista que le haya acertado a los tres palos. Llamativo y para tomar nota inmediata del tema.
Ruso hizo referencia a que fue la primera vez en su ciclo que a Central le tocan tres partidos seguidos de visitante (en la pasada Copa de la Liga tuvo tres de local) y si bien es un elemento a tener en cuenta debido a esas flaquezas que el canalla siempre mostró fuera del Gigante, el análisis debiera ir un poco más allá.
Esta debilidad del equipo quedó en evidencia el martes en Liniers porque fue la noche en la que tuvo sus primeros minutos en cancha Abel Hernández, el centrodelantero que el club fue a buscar en el último mercado de pases. De hecho, el razonamiento de Russo parte de una consulta sobre su valoración respecto a la actuación del uruguayo. Y el análisis, rápido pero no por eso incorrecto, que se puede hacer es que cualquiera sea el nombre propio que haya en cancha merodeando el área rival, va a sufrir el partido. Esta vez le pasó al delantero charrúa, pero le viene pasando seguido a Luca Martínez Dupuy y a Tobías Cervera. Al mejor Marco Ruben o al mejor Alejo Veliz (por citar los nombres de los dos últimos grandes 9 que tuvo Central) le hubiera pasado lo mismo.
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Nacho Malcorra es reemplazado en la derrota de Central ante Vélez. El 10 viene con muchos partidos en el lomo.
Leonardo Vincenti / La Capital
A Central no le faltan futbolistas con capacidad para hacer que el juego del equipo fluya de otra forma, sin depender de manera exclusiva de algunas individualidades, que también las tiene, a tal punto que el propio Russo habló de ese “desequilibrio” que te lo dan “dos o tres jugadores”. El problema es la concepción, la elaboración, que es donde al canalla le está faltando.
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Lovera, O’Connor, Jonatan Gómez, Mauricio Martínez, Malcorra, Campaz son algunos de los varios futbolistas de los que se puede esperar ese “algo más” de lo que habló el entrenador. Hay una materia prima que está al alcance de la mano, pero lo que falla es la manufactura.
¿Del lado del DT hay apuesta? En cierta forma sí. Por ejemplo, frente a Huracán, después de ganar el clásico, puso en cancha un equipo con formato tradicional, al que siempre le costó de visitante, pero con la clara intención de manejar la pelota. Jugaron, entre otros, Caramelo Martínez, O’Connor, Lovera, Malcorra, Campaz y Dupuy. Seis de los once jugadores con buen manejo del balón y básicamente con vocación ofensiva (lo de Martínez, claro, tenía que ver más con la contención). Pero ni siquiera de esa forma el equipo pudo generar algo más o menos interesante. Esos 90 minutos contra el Globo pasaron sin un remate del canalla al arco.
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Jonatan Gómez intenta en ante Huracán, en un partido en el que a Central le costó llegar con claridad al arco rival.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Ojo, se puede jugar de mil maravillas, generar diez situaciones de gol, con una hechura significativa, y que en todas ellas el remate termine desviado, sin acertarle a los tres palos, pero este no es el caso.
Central nunca se acercó con peligro al arco rival en el Ducó y tampoco lo logró en Liniers, donde lo único más o menos amenazante fue el cabezazo de Abel Hernández, que se fue ancho, tras el tiro libre de Malcorra. Y antes de eso, en el clásico, el único remate franco dentro de los tres palos fue el gol de Malcorra. Esto es, a veces con poco se puede lograr un montón, pero no siempre sucede.
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Malcorra celebra en el clásico. Ese gol fue el último remate franco al arco de Central en los últimos tres partidos.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Central viene de ser campeón y entre tantos méritos gozó del peso de las individualidades, algo de lo que hoy adolece, por eso frente al bajón pronunciado de algunos de sus futbolistas nada mejor que la salida al rescate del equipo como tal. Después, si es de local o de visitante da igual, más allá de la enorme distancia que hay en la producción entre una cara y la otra, algo a lo que tarde o temprano se le debiera encontrar una solución.
Ese “creo que podemos dar más” que también tiró Russo es toda una declaración de convencimiento y es lógico que lo diga porque él más que nadie sabe que cuenta con jugadores capaces de modificar este presente y de lograr algo esencial en el fútbol como lo es superar al rival a partir del juego. Y eso es lo que hoy el canalla no puede sacar a relucir porque es lo que le falta. Russo lo dijo con todas las letras.