Boca Juniors irá "por todo" el próximo martes a las 10 a la reunión de Conmebol en Luque, Paraguay, en la que se decidirá el futuro del segundo partido final de la Copa Libertadores 2018, donde reclamará los tres puntos y la consecuente obtención del título, con el argumento principal de que los futbolistas xeneizes sufrieron "la misma agresión que padecieron los de River Plate en los octavos de final de la edición 2015 del certamen", ocasión en la que los millonarios se terminaron quedando con la clasificación.
Claro que esta decisión, que va a contrapelo de lo que anoche manifestaron los presidentes de ambos clubes, Daniel Angelici, de Boca, y Rodolfo D'onofrio, de River, cuando, según el titular de la Conmebol Alejandro Domínguez, ambos celebraron "un pacto de caballeros" para que el partido finalmente se disputara, tuvo una entretela que la fue gestando durante la madrugada.
Según distintas fuentes del club de la Ribera, Angelici cambió de opinión después de firmar ese documento donde constaba el acuerdo de reprogramar el encuentro, bajo la presión ejercida por el plantel profesional y sus propios pares de Comisión Directiva.
Los jugadores se reunieron anoche, después de la cena, y tras acordar entre ellos se encontraron con Angelici, alrededor de las 2.30, los dos máximos referentes del grupo, Carlos Tevez y Fernando Gago, manifestándole que para ellos había sido muy grave lo sucedido y debían tomar una decisión para que esto no se repitiera.
En concreto, los futbolistas le solicitaron enfáticamente a su presidente que actuaran en consecuencia para que el partido no se juegue y Boca se quede con el título, utilizando como uno de los principales argumentos las lesiones sufridas por el capitán Pablo Pérez cuando el micro que los transportaba ayer hacia el Monumental fue atacado a piedrazos y con gas pimienta por hinchas riverplatenses, lo que derivó en la suspensión del cotejo.
A esta postura abonaron un rato más tarde los demás integrantes de la directiva que, inducidos por las redes sociales, le manifestaron a su presidente que coincidían con esa política de pedir directamente que les entreguen la Copa Libertadores.
Ante estos reclamos y cuando a Angelici todavía le costaba "borrar con el codo lo que había escrito con la mano", apareció en escena el abogado Javier Medín, hombre vinculado a Boca y uno de los tres participantes de la Junta Normalizadora de AFA que conducía Armando Pérez.
Medín se presentó en el hotel Madero para asesorar al departamento legal del club respecto, justamente, de la manera en que debían redactar el documento que llevarán el próximo martes a la sede de Conmebol en Luque, para que tenga consistencia el pedido de puntos.
Angelici fue a "consultar con la almohada" qué decisión tomar. Decisión que debió apurar ante un nuevo reclamo del resto de la directiva, que volvió a la carga cuando todavía no había podido digerir el desayuno.
Por eso, a las 9.30 se terminó el informe que el club va a presentar ante la Conmebol y se le dio un aspecto legal a ese documento que Juan Carlos Crespi, exdirigente y hombre cercano a la dirigencia xeneize, le acercó a quienes estarán presentes el martes a las 10 en la capital paraguaya..
"En vez de preguntarse ustedes cuándo se va a jugar el segundo partido, deben preguntarse cuando nos van a dar las medallas", ironizó al pasar frente a los periodistas un alto dirigente xeneize, convencido de que la "revancha" será la del partido aquel de 2015 y no la del 2-2 del pasado domingo 11 de noviembre en la Bombonera.