El club María Madre tiene puesto su corazón en barrio La Lata, donde los más chicos y jóvenes encuentran contención mientras juegan al futsal en los distintos torneos pertenecientes a la Asociación Rosarina de Fútbol (ARF). Son un centenar de deportistas que llegan para alejarse de difíciles situaciones de vida y que forman equipos que compiten con ganas y compromiso social bajo el ala deportiva, religiosa y comprometida de un grupo de personas de primer nivel. Y como Ovación de Acá es fútbol en diferentes versiones, el hincapié de esta historia está puesto en ello, pero la contención como institución también está puesta en otros deportes como taekwondo y se proyectan varios más para quienes no se ven tan identificados con el fútbol pero sí en la realidad social de lo que rodea al club de calle Presidente Quintana 1590 (esquina Pte. Roca).
“Nuestro trabajo con los chicos y chicas del barrio es intentar que pasen el menor tiempo posible en la calle, que es donde están todos los males. Los chicos por lo general son muy inconstantes, les cuesta mucho obtener hábitos para ir por un mejor camino. Pero con un trabajo conjunto de varias personas y coordinado entre el Eempa Papa Francisco y el centro de vida y niñez Papa Francisco hacemos lo máximo posible con escasos recursos, compuestos por algunos aportes privados, en menor medida públicos y una mínima cuota inicial que no se repite”, comentó el coordinador institucional Nahuel Audero.
Como el futsal dio origen a la presentación de María Madre, hay que repasar que juega en la divisional C de la ARF y pelea en mitad de tabla (está 8º con 21 puntos, producto de 7 triunfos y 10 derrotas) para obtener un lugar en los playoffs por el ascenso. También juega en reserva (marcha en el tercer puesto, con 10 victorias y 4 derrotas), 4ª y 5ª divisiones, en las que los chicos se consagraron campeones en el primer torneo de este 2022 (se juegan tres en forma anual) y en el segundo marchan 2º en reserva y en cuarta, y líderes en quinta.
Y como si fuera poco, los más chiquitos hace quince días viajaron a conocer el estadio Monumental de Núñez y jugar algunos amistosos, gracias a un acuerdo realizado con River Plate.
La consigna es “Un pibe más en el club, un chico menos en la calle”. Un trabajo que además se desarrolla “con adolescentes y adultos en situación de vulnerabilidad social y problemática de adicciones, dimensionando al club como un espacio de vínculos sanos y promoción de una vida saludable. A la vez, entendiendo a la persona en su totalidad, porque se busca un abordaje integral, promoviendo no solo actividades deportivas, sino también educativas, culturales, sociales, psicopedagógicas y de formación en oficios. Además, nuestro trabajo busca involucrar a la familia y el entorno, entendiendo que no solo se trata de trabajar con los chicos, sino con su contexto familiar, para acompañar de forma mas profunda y abrazar sus vidas como vienen”, confió la presidenta del club Dolores Pérez Bustamante.
“Aspiramos a seguir creciendo en lo edilicio (ya se realizaron dos vestuarios con duchas de primer nivel a comienzos de año gracias al aporte del estado provincial) para brindarle más a nuestra comunidad, por eso proyectamos la posibilidad de realizar un salón de usos múltiples para ofrecer actividades. Nuestros sueños incluyen edificar sobre los vestuarios para hacer una cancha auxiliar y techar la cancha actual para poder realizar actividades sin limitaciones por el clima”, amplió Audero.
La institución cuenta con el deporte como herramienta privilegiada en la formación de hábitos, valores y conductas. Y los puntos que se tienen muy en cuenta para la proyección de los niños, jóvenes y adultos se basan en cinco cuestiones fundamentales:
Educativa: cuenta con apoyo escolar de primaria y secundaria, y con un EEMPA para adultos.
Social: el cimiento de todo el trabajo es el vínculo personal de confianza, que no se forja en el hacer sino en el estar. Para ellos se creó el centro de vida y niñez, con merendero, comedor y acompañamiento en salud.
Cultural: las expresiones artísticas son una forma privilegiada de canalizar el mundo intrapersonal y para ello se realizan talleres de Rap, danza y guitarra.
Psicopedagógicas: un acompañamiento y contención para los chicos y sus familias, para alivianar el peso con el que se transita la vida. Una función que se canaliza a través del club de madres y con un espacio de psicología para los jóvenes.
Laborales: necesario para promover el aprendizaje de oficios y permitir una salida laboral con talleres de carpintería, costura, electricidad, sublimación y diseño.
A la hora de referirse a quienes ayudan en la tarea diaria en cuanto a lo deportivo y social, los nombres aparecen de corrido con la colaboración “del padre Fabián Belay (Buen Pastor, pastoral contra la drogadependencia), de la presidenta Dolores Pérez Bustamante y la tesorera Claudia Spampinato, que son piedras fundamentales del proyecto. También componen la comisión directiva Soledad Vallejos (secretaria), Betina Muñoz, José Luis Villalba y Lucas Grivarello (vocales) y el revisor de cuentas Giuliano Baruzzo. Mientras que la gran tarea en lo deportivo la realizan los profesores Martín Vitta, Andrés Herrera, Aimará Delgado y Agustín Tagliarini”, añadió.
Por último, el directivo fue directo al grano sobre la situación: “Muchos de nuestros chicos son atrapados por el drama de la droga y todo lo que lo redea. Se convierten en mano de obra barata, o soldaditos, como se los llama. Desde la pandemia a hoy, nos paso mucho que los chicos se alejan porque les exigen estar full time y es difícil revertirlo. Y todos deben entender que nosotros no combatimos al narcotráfico sino que ofrecemos un espacio con los Centros de Vida y Niñez para que se desarrollen de forma integral, con la mente y el cuerpo, desde la consigna de las tres C: colegio, capilla y club.
Ayudar es simple, a través de las redes sociales de la institución en Instagram: @camml.futsal.