El 22 de octubre se vota la primera vuelta en Argentina. Pero ese mismo día habrá otra elección importante en la otra punta de Sudamérica. Las primarias de la oposición venezolana. Son un hito importante en un país que lucha por recuperar su democracia.
El régimen chavista no permitirá que de ahí salga el futuro presidente, desde ya. Admite las primarias para darse una fachada de democracia y presentarla en la mesa de negociaciones ante interlocutores siempre predispuestos, crédulos, como el Vaticano, el México de López Obrador, la Colombia de Petro y los europeos. Muy predispuestos a dar otra oportunidad a la dictadura venezolana. Pero más allá de esta estratagema, que se puedan hacer primarias competitivas indica una concesión real de la dictadura, que se ve acorralada y aislada.
China está debilitada: atraviesa por una crisis económica al estallar la burbuja inmobiliaria que creó Pekín en la última década. Es su crisis de hipotecas, pese a que la información llegue con cuentagotas. En cuanto a la derruida Rusia de Putin, ya no alcanza a la región latinoamericana. Su aislamiento y debilitamiento son muy serios y ahora se limita a pelear espacios en su región y secundariamente en Medio Oriente (Siria).
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Maduro y Díaz-Canel durante la reciente cumbre del G77 en La Habana. Más allá de estas exhibiciones, el régimen chavista está aislado y hundido en el desprestigio por la crisis económica.
Mucho menos sirve el respaldo de Cuba, totalmente hundida en lo económico y muy dañada en la imagen externa por su brutal represión de marchas pacíficas en julio de 2021. El castrismo actúa como si los medios siguieran en los años 70 y las redes y celulares no existieran. Tampoco sirve de nada la norcoreanizada Nicaragua de Daniel Ortega.
Todo esto, en el contexto de una economía destruida por 20 años largos de populismo. Hiperinflación permanente (algo imposible de hallar la historia económica) y fuga de la población en un país que fue el más rico y desarrollado de Sudamérica. Ante esta crisis tan profunda y la falta de respaldo real de potencias venidas a menos, se plantea la necesidad de oxigenarse aunque sea un poco y dar el visto bueno a unas primarias opositoras.
Todos saben en Venezuela que el ganador no será el futuro presidente (salvo que se ingrese en una etapa de rebelión civil activa), porque, de confirmarse el amplio favoritismo de María Corina Machado, tiene sus derechos políticos anulados. Lo mismo vale para otros candidatos competitivos, como Henrique Capriles. Y hasta el menos competitivo de ellos le ganaría fácilmente al impopular Maduro en las presidenciales de 2024. La pobreza llega al 94% en Venezuela y la fuga de venezolanos sigue sin pausa, superando los 7,7 millones de personas en una nación que antes de la crisis apenas superaba los 30 millones. Primero se fueron los hijos de la clase media universitaria, ahora se van todos los que pueden. A fines de septiembre de 2021, la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) marcó que la pobreza extrema se situó en 76,6%, mientras que 94,5% de la población era pobre.
La última maniobra de la dictadura, ofrecer que se usen las sospechosas máquinas de votación con las que gana siempre Maduro para las primarias opositoras, fue rechazada de plano. Las últimas elecciones presidenciales, de 2017, con esas máquinas fueron objetadas hasta por su fabricante, Smartmatic, cuyos dueños, desde la segura distancia de Londres, denunciaron... ¡fraude electoral! Un caso único en la historia electoral del planeta.
Machado fue invalidada el pasado julio por una resolución administrativa de la Contraloría, pese a que la Constitución ordena que esa grave decisión solo puede adoptarse por sentencia judicial firme. Al chavismo no le importa ni su propia Constitución. A los aliados regionales del chavismo tampoco les importa ni la legalidad republicana, ni la división de poderes, ni el narcopoder que hoy cogobierna Venezuela. Son cómplices activos de estos delitos y de los miles de asesinados, torturados y condenados a prisión o al exilio por razones políticas.
El Helicoide, el "mayor centro de tortura en Venezuela" - DOCUMENTAL BBC
En su última actualización, la misión de la ONU para Venezuela, reseña que "personas entrevistadas afirmaron que el impacto de los casos de tortura y malos tratos servían para aterrorizar a la sociedad civil e inhibir la disidencia, en particular el mantenimiento de salas de tortura en El Helicoide, asi como de la Casa de los Sueños". Son dos de los centros de detención ilegal más conocidos y temidos en Venezuela. Asimismo, y pese a el pico de la represión así como de las manifestaciones masivas, ha pasado hace años, “las autoridades venezolanas lejos de desmantelar las estructuras involucradas en patrones previos de violaciones de derechos humanos y delitos a través de reformas institucionales genuinas y de la rendición de cuentas, han mantenido o incluso ascendido a algunos de los individuos responsables”, denuncia la ONU.
Es curioso y grotesco a la vez que tantas personas que encubren activamente los crímenes de la dictadura chavista se autodesignen "progresistas" y se vean a sí mismas como abanderadas de los derechos humanos. Ocurre acá, en Argentina, como se sabe y se observa, pero también en Brasil (PT y aliados), Chile, Uruguay, Colombia, México, España.