Todas las empresas, no importa la escala, necesitan desarrollo tecnológico para operar. Nadie puede crecer de forma sostenible y con mirada a futuro si no tiene un área que apueste a la innovación tecnológica. Muchas empresas combinan un área interna en sus filas con la tercerización de desarrollos más complejos en empresas de base tecnológicas. Rosario es fuerte en este sector, con un Polo Tecnológico que reúne a 120 empresas de todos los tamaños que brindan servicios del sector tech para todos los rubros. Suplemento Negocios de La Capital entrevistó a Ignacio Sanseovich, presidente del Polo Tecnológico Rosario, para conocer de primera mano los desafíos tech que se vienen para este 2024.
Ignacio es rosarino, lleva tres años al mando del Polo y le queda un año más de gestión. A la hora de hacer balances, asegura que mucho de lo que se había propuesto al momento de llegar al cargo logró cumplirlo, pero tiene otras metas que quiere dejar encaminadas en el transcurso de este año. “Como buen ingeniero, cuando ingresé al Polo planifiqué cuál podría ser mi aporte. La estrategia fue abrir el Polo, que sea una institución donde otros actores participen, que sea vista como un actor central para trabajar temáticas de tecnología y digitalización. Y que sea un Polo de puertas abiertas, con mucha interacción. A mi entender, eso se trabajó bien”, analiza.
Otro de los aspectos claves de estos últimos tres años fue el de lograr ser un actor central en la formación de los perfiles tecnológicos gestionando carreras cortas, de tres años, para poder dar una respuesta a un sector de altísima demanda. En números, el sector emplea en el país a casi 490 mil personas. Así fue como crearon dos carreras, la Tecnicatura en Programación, junto con la Universidad Austral, y la Tecnicatura en Inteligencia Artificial (AI) con la Universidad Nacional de Rosario. Ignacio señala que las dos vienen con altísima demanda y que puntualmente con el boom de la AI en el último año esta carrera es la que más interés despierta en los perfiles tech, tan es así que se anotaron 900 personas en el primer cupo. De esta forma, lograron otra de las metas, la de ser “un puente entre la empresa, el sector productivo y la educación, trabajando en forma conjunta entre el sector privado y el público”, agrega el presidente del Polo.
Lo que está en camino
Con la visión puesta en lo que se viene para el 2024, con un cambio de timón en la política local y nacional, los proyectos que tienen en mente van de la mano con seguir creciendo en el parque tecnológico de zona sur, la llamada Zona i. “Es difícil encontrar otro parque tecnológico así en el país y lo tenemos en Rosario, ese es un gran diferencial. Dentro de los proyectos para este año está el de concretar la nave biotecnológica, una especie de coworking donde proyectamos transformar 5000 metros cuadrados en un gran laboratorio, para empresas de base biotecnológicas”, explica Ignacio. El anteproyecto ya está terminado, fue realizado por la constructora Edilizia, y ahora comienza el arduo camino de lograr la financiación internacional que en este caso oscila entre los 15 y 20 millones de dólares. La búsqueda ya está en marcha, Ignacio cuenta que han “tenido contacto con el BID y el Concejo Federal de Inversiones, con distintos representantes internacionales que apoyan este tipo de proyectos. En los dos casos tuvimos un interés muy alto”.
Otro de los proyectos para este año es seguir haciendo su aporte a la educación, donde proponen una escuela técnica con perfiles que se formen para luego ingresar a trabajar a las empresas del Polo. Si bien tienen distintos espacios de formación e incluso de colaboración con emprendedores como el Espacio Maker, lo cierto es que una escuela es también una demanda del barrio donde funcionan y aseguran que sería un gran aporte para todos. “Ahí estaría el componente formativo, el componente de poder emprender y el productivo. Creo que este proyecto sería una transformación enorme para la zona”, define Ignacio.
Empresas con mirada global
La particularidad de las tecnológicas es que son empresas que pueden brindar cómodamente servicios al exterior. Para el presidente del Polo es estratégico que las empresas tech tengan una mirada global: “A mí entender es casi una obligación de las empresas mirar hacia afuera, de no depender de las coyunturas locales y tratar de generar su valor en una oferta global. Aquellas que tienen pronto ese espíritu tienen una ventaja. No sólo desde lo económico, sino que tienen más posibilidades de crecer, de trascender barreras, encontrar oportunidades, trabajar con tecnologías más modernas”. Las empresas grandes están más habituadas a ese camino fuera de las fronteras, pero el desafío real es para las pymes del sector. Ignacio ve que están tratando de ir hacia ese camino, abriendo mercados, a veces sólo con países limítrofes, y en otros casos animándose a Estados Unidos y España. Calcula que entre un 65% y un 70% de la facturación de las tecnológicas rosarinas corresponde al exterior.
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Empresas en el Polo Tecnológico en acción. Sólo un 30% de los perfiles tech trabajan de forma presencial.
Foto: Leonardo Vincente / La Capital
En lo que respecta a los recursos humanos, los perfiles tech tienen una gran rotación, por lo que los dueños de las empresas buscan diferentes estrategias para frenar el éxodo. El boom de la demanda lo registraron en el 2020 y 2021 pero ahora Ignacio asegura que se calmaron un poco las aguas. El 70% de los empleados de las tecnológicas trabajan de forma remota mientras que sólo el 30% asiste a las oficinas. “Hoy el desafío de las empresas es hacer de los espacios de trabajo lugares interesantes, con buena infraestructura para que la gente quiera volver”, agrega al tiempo que proyecta que lo que se estandarizará es la modalidad híbrida que se utiliza en algunos sectores post pandemia.
Respuesta concreta a empresarios e industriales
En ocasiones la vinculación entre el mundo tech y las empresas e industrias que están en otros rubros no es fluido. Algunos no se acercan a este sector por la complejidad que revisten, pero lo cierto es que hoy todas las industrias necesitan tecnología. Ahí es donde el Polo puede jugar un rol importante asesorando de forma concreta a las empresas, siendo un puente entre sus socios y las necesidades que los empresarios les plantean. Para ello el Polo cuenta con un área de generación de demanda donde atienden las consultas de los ejecutivos y sus equipos buscando unir las partes para lograr el objetivo.
El presidente del Polo explica que “en algunos casos nos llegan requerimientos muy bien especificados y en otros casos son plataformas completas. Entonces las empresas de tecnología lo analizan para postular una solución”. Una cuestión interesante es la sinergia que se da entre las empresas del Polo, porque si bien pueden competir por los clientes, muchas veces trabajan en conjunto para dar una respuesta integral. Casos hay muchos, en esta entrevista Ignacio destaca la participación de siete empresas para la digitalización del Concejo Municipal.
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Ignacio lleva tres años presidiendo el Polo Tecnológico y tiene un año más en carrera.
Foto: Leonardo Vincenti / La Capital
Un año incierto
Respecto del nuevo panorama político, el presidente del Polo habla de expectativa y a la vez incertidumbre. Lo que le preocupa es que para las investigaciones en tecnología se requiere del aporte del Estado para sumar valor agregado a los servicios que prestan y no ser meros exportadores de recursos humanos. Si no se puede invertir en desarrollo, el panorama para el sector es complejo, siendo la tercera industria del país que más divisas genera después del agro y las automotrices. Sólo en el segundo trimestre de 2023 las exportaciones argentinas de servicios basados en el conocimiento facturaron USD 2.000 millones. Entonces, por un lado, ven bien la apertura prometida por el gobierno de Javier Milei, pero por el otro no está claro los efectos de los recortes en este sector.