En diálogo con Más, el experto se refirió a los avances en esta patología que afecta, aproximadamente, a uno de cada 3.000 niños recién nacidos en la Argentina.
—¿Cuál es el error genético que hace que haya personas que nacen con FQ? ¿Hay otras enfermedades que se transmiten de manera similar?
— La principal anomalía genética asociada a esta enfermedad es la mutación DF508 del que puede compararse a la pérdida de una perla (la 508) en un collar que contiene 1.480 perlas (que llamamos proteína CFTR). Su importancia radica en su frecuencia. No obstante, actualmente se conocen más de 2.000 errores genéticos diferentes (mutaciones). Es una patología que se transmite de manera autosómica recesiva, quiere decir que para presentar la enfermedad el paciente tiene que tener una mutación heredada del padre y otra de la madre, quienes generalmente no saben que son portadores de esas mutaciones. Hay muchas otras enfermedades que siguen el mismo modo de transmisión, como por ejemplo, la hemocromatosis (exceso de hierro en la sangre), que al igual que la FQ, es frecuente en la raza blanca.
—¿Se puede conocer antes del nacimiento si el niño o niña tendrá FQ?
—Sí, con una punción de líquido amniótico o una muestra de la vellosidad coriónica que contiene material genético del feto. Se puede hacer un diagnóstico prenatal. Por ejemplo, en Europa está indicado cuando existen antecedentes familiares o presencia de lo que se denomina hiperecogenicidad intestinal en el feto.
— ¿Y antes de la concepción?
—Sí, también. Si un miembro de la pareja tiene antecedentes personales o familiares de FQ o enfermedades relacionadas, como por ejemplo pancreatitis. En función del resultado se hace entonces el estudio en el otro miembro de la pareja. De esta manera, si ambos tienen una mutación (o no) se puede conocer el riesgo de tener un hijo con FQ. Si sólo una es portador no hay riesgo de que el bebé nazca con la patología.
— Si un niño o niña nace con la enfermedad, ¿hay alguna posibilidad de cura genética? ¿Qué se está estudiando en este terreno?
—Actualmente no se puede "reparar" la mutación. El tratamiento, por lo tanto, consiste en mejorar la función digestiva con substitutos de enzimas pancreáticas y la función pulmonar, que también se ve afectada, con broncodilatadores, antibióticos y kinesiología respiratoria. Todos los ensayos de terapia génica por incorporación de un gen CFTR completo "sano", para compensar el defectuoso, fracasaron tanto a nivel pulmonar como a nivel pancreático.
—Usted menciona entonces que no se puede modificar el gen "defectuoso", pero se conocen terapias farmacológicas que lograrían "equilibrar" las consecuencias del defecto genético. ¿Qué opciones existen? ¿Esto fármacos podrían cambiar el futuro de estas personas?
—Se están empleando nuevas drogas para determinadas mutaciones. Algunas están en desarrollo en EEUU y Europa y otras ya disponibles en el mercado. El efecto terapéutico es estimular la proteína defectuosa o aumentar la cantidad de proteína CFTR. Las expectativas sobre las mismas son muy buenas pero falta la evaluación a largo plazo.
— ¿Hay acceso a estos fármacos en países en desarrollo?
—Es más complicado en países no desarrollados. Actualmente en Europa hay una gran heterogeneidad de situaciones en el acceso a las drogas porque el precio del tratamiento es muy caro en todo el mundo y los pacientes no pueden acceder al mismo sin una cobertura del sistema de salud.
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Foto: Héctor Rio / La Capital
Tijeras moleculares para cortar los defectos
Hace algunos días se conoció que un grupo de científicos logró modificar el error genético en un embrión con buenos resultados. En ese caso, lo que cambiaron fue el error genético que producía una enfermedad que afecta el corazón y provoca muerte súbita. ¿Qué puede decirnos Xavier Pepermans de esta novedad? ¿Podrán alguna vez desaparecer las enfermedades genéticas? "En el año 2012 un grupo científico francés en conjunto con uno de California inventó el sistema CRISPR/Cas9 que permite cortar e introducir en el genoma una secuencia que puede ser reparadora de una mutación y controlar exactamente el lugar donde se incorpora en el genoma. Los primeros estudios en animales fueron muy prometedores. La comunidad científica tiene sus reparos porque al final de los años 90 una oveja llamada Dolly, en Escocia, fue el primer mamífero clonado. Al comienzo dio mucha esperanza pero después se supo que fueron necesarios un número muy importante de ensayos para obtenerla y además la edad biológica que tenía no correspondía con la edad cronológica (tuvo un envejecimiento precoz). Con la metodología CRISPR/Cas9 nadie se atrevía a hacer ensayos sobre el genoma humano pero un grupo científico los realizó y los resultados fueron publicados el 2 de agosto pasado en la revista Nature. Esta técnica de modificación genética, realizada en conjunto con la fertilización in vitro, podría dar una nueva esperanza a personas que tienen mutaciones que pueden producir enfermedades genéticas en su descendencia. La tecnología va muy rápido y genera grandes cuestionamientos éticos para no llegar a un eugenismo en el que el hombre corrige su propio genoma para eliminar defectos que se transmiten de generación en generación. Al comienzo se intentan corregir grandes problemas como el de la fibrosis quística, pero después se podrían mejorar los genes para modificar cualquier otra característica física o intelectual (como en la película Gataca). Actualmente la comunidad en general, de EEUU y de Europa, se encuentra en un debate profundo sobre esta tecnología y sus consecuencias".