Su obra puesta otra vez en Rosario vuelve a plantear preguntas que lejos de actualizarse son un presente que otra vez problematiza. Se conecta otra vez con Tucumán Arde, esa acción de un colectivo de artistas que ella siguió con especial interés. Tucumán Arde hace 50 años se preguntaba por la miseria, la protesta obrera y la represión. Sacco buscó sus preguntas allí y hoy vuelve a preguntar. Vuelve a habitar su territorio.
La muestra
La idea de realizar una acción artística a modo de homenaje a Sacco surgió de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad. Y para concretarla fue convocada Belén Antola, curadora de la exposición pero antes amiga y asistente de la artista. En diálogo con La Capital, contó cómo fue el proceso de producción de la muestra y revisó la obra de Sacco y su manera de entender el arte.
—¿Cómo y cuándo surge la idea de la muestra?
—Por la muestra me llamaron de la Municipalidad. Me convocaron y yo les presenté mi proyecto. Esto fue hace casi tres meses. Soy asistente de Graciela, conozco toda su obra, trabajé siempre con ella. Yo les propuse tomar lo que era Graciela en forma completa, no sólo su producción para muestras. A mí me parecía muy interesante que se considerarán las intervenciones urbanas, que era por donde corría la circulación de sentido. Nos íbamos con un balde a pegar bocas. Yo quería rescatar eso. Además lo que ella siempre proponía eran las dicotomías: adentro-afuera, público-privado. Entonces, me pareció interesante tomar ambas dimensiones.
—¿Cuándo empezó Sacco con las intervenciones?
—En Rosario ella fue una de las iniciadoras del arte urbano, de las interferencias urbanas, como ella las llamaba. No había mucha gente que lo hiciera cuando Graciela comenzó a principios de los 80. En ese momento hicimos Peligro en extinción (N.R.: una pegatina de alas en escuelas públicas). Después vinieron las bocas, esos carteles con las bocas abiertas. Las primeras las pegábamos en la cartelería, jugábamos con eso. Con la muestra quiero que la gente conozca todo lo que había hecho Graciela. No hay tanto conocimiento sobre las interferencias urbanas. Yo quería, entonces, que esa parte, tan de Graciela, combativa, que tenía que ver con su personalidad, estuviera presente. Y después en el espacio interior, en el centro cultural, se me ocurrió mostrar obra que no se había visto porque siento que todo el mundo ha visto casi todo lo de ella.
—¿Cómo estará planteada la muestra?
—En el primer túnel se podrá ver obra inconclusa. Ella quería hacer banderas, estaba probando, trabajó con alas, manos y también con manos como enmarcando un ojo, una mirada. También vamos a mostrar unos Lanza piedras como prueba de artista, que son divinos. Porque en los últimos tres años comenzó a trabajar con telas impresas, algo que la representa mucho, porque es suave pero también potente. La muestra se inicia con la prueba de artista de la mesa que se exhibió en San Pablo, porque es donde ella comienza a salir al mundo. En el segundo túnel se expondrá toda obra inédita, excepto una que se mostró una vez en Tucumán, lo demás es desconocido para todos. Yo quiero que Rosario tenga algo de ella que nadie tiene, ya que Rosario fue el centro de producción para ella, porque todas las obras se hacían en Rosario. Y en el último túnel va a haber una sola obra, que es de su última serie, Ensayo sobre la espera. Quiero que se sienta el vacío de lo que va a ser si no están sus obras.
—¿Por qué el título de la muestra?
—Ella se definía así, ella decía: "Soy mágico primitiva". En un viaje que hizo junto a Rubén Chababo ella estaba sacando fotos a unos indígenas y se le vinieron encima. Pensaba que la linchaban. ¿Y qué hizo? Agarró la cámara de fotos y con los dientes rompió el rollo. Lo primitivo estaba siempre presente en ella. Y mágico... porque creía en la magia, en esa dimensión. Ella sabía que existía la magia. Ella se dejaba llevar mucho por el instinto.
—La obra nunca mostrada, ¿por qué nunca se expuso?
—Por reciente, no llegó a mostrarla. La mayor parte de lo que vamos a mostrar, salvo la mesa de San Pablo, es obra de los últimos tres años.
—¿Qué lugar ocupa Rosario en el universo Sacco?
—Rosario era muy importante para Graciela. Una razón es porque aquí vivía y otra, porque ella acá se sentía cómoda haciendo. Ella siempre me decía: "Para mí es fácil hacer acá". Además que la gente que ella necesitaba estaba acá. Y Rosario es un mix de todo, es una ciudad muy interesante, con una escala perfecta, no como Buenos Aires que es tan grande. Además, el campo artístico en Rosario es muy rico, tenés todo, arte del bueno, cine, movimiento, charlas, siempre hay gente interesante para descubrir. Rosario era su centro de creación y de producción.
—Ella planteaba que sus obras eran más bien preguntas. No planteaban respuestas. En estos días se emplazarán interferencias en las calles, se pondrán en valor obras que estaban en instituciones de Rosario y estará la muestra, ¿esas preguntas volverán a aparecer?
—Totalmente. Creo que es interesante ese movimiento que pueden generar sus obras. Siempre se estaba preguntando algo. Creo que así fue pensada su obra, para que movilice. Hubo intención en algún momento de poner cartelitos junto a la obra de la calle diciendo que era obra de Graciela Sacco y yo dije que no. La obra en la calle no tiene nombre, nadie sabe quién la hizo, y el que quiere saber va y pregunta y seguramente va a llegar a saber quién la hizo y por qué.
—Muchas de las preguntas que genera la obra de Sacco tienen actualidad. ¿Con este montaje su obra se actualiza o es actual, presente?
—Sigue siendo presente. En Parque de España va a haber obra relacionada con la problemática del aborto. Y Graciela la hizo cuando no se hablaba tanto del tema. Ella tenía esa cosa anticipatoria. Seguramente se resignificará, pero su obra es actual, su lenguaje es actual, es contemporáneo.
—¿Ella trabajaba mucho con la comunicación, con sus herramientas, con la publicidad, por ejemplo?
—A ella ese tema le interesaba mucho. Los afiches surgieron de ver la cartelería pública.
—¿Igual, ella militó en los 80, las pegatinas eran clave entonces?
—Totalmente, pero creo que es una conjunción de ambas cuestiones. Siempre hablábamos de eso, los carteles siempre le fascinaron. Creo que le hubiera gustado alguna obra suya utilizando un cartel de led.
—La tesis de ella fue sobre Tucumán Arde, que este año cumple 50 años, ¿las intervenciones y la muestra pueden tomarse como una nueva cita de Sacco a ese movimiento? Digo cita como una cuestión metodológica pero también como punto de encuentro.
—Lo de Tucumán Arde es muy importante, no sólo por lo que representó entonces sino por lo que representa hoy. Justamente, creo que sería interesante hacer de su tesina un libro. Tucumán Arde es una cita ineludible en Sacco. Fue voluntad de ella esa relación, conexión. Es una cita permanente, en ambos sentidos.
—Andrea Giunta le dedicó su último libro, "Feminismo y arte latinoamericano", y dentro de las razones que dio, aparte del afecto y el reconocimiento, dijo que era porque Graciela había sido discriminada por ser mujer en el ámbito artístico de Buenos Aires, ¿fue así?
—Primero necesito decir que Graciela no era feminista, o en todo caso no era ultrafeminista. Claro que le importaban los derechos de las mujeres. Creía en las pares. Ahora bien, lo que dice Giunta respecto de que le costó mucho entrar en el circuito de Buenos Aires es verdad. Le costó mucho por ser mujer y también por ser de Rosario, del interior, como dicen los porteños. Igual eso no la desmotivó, siguió para adelante. Cuando la obra es buena habla por si misma. Hubo galerías de mucho prestigio que nunca le abrieron sus puertas. Ella siempre fue por las grietas, por eso creo que pudo hacer esa obra. Si le hubiera sido más fácil, creo que su obra hubiese sido totalmente diferente.
"Ella nunca se traicionó"
A Belén Antola le cuesta hablar de Graciela Sacco en pasado. Recordarla le ilumina la cara, "con alegría", resalta durante la entrevista.
Cuenta que en el último tiempo antes de morir, Sacco estaba muy sensible. "Quiero hacer banderas", le dijo un día. Y algunas de ellas se mostrarán en el Centro Cultural Parque de España. Belén se pregunta aún sobre el por qué de esa necesidad. "¿Serán sus banderas, en las que siempre creyó", especula, no sin cariño.
Y pide resaltar algo en la entrevista. "En la última época no es que estuviera mística sino más bien con una sensibilidad especial. Por eso rescata las Venus que hizo al principio y volvió sobre ellas, porque para nosotras esa obra representa a la mujer que va para adelante. «Tenemos que rescatar las Venus», me decía. Ella estaba muy mágica, pensaba que se iba a curar, nunca pensó que iba a ocurrir lo que le ocurrió. A mí lo que me alucina es que ella murió del mismo modo que pensó. Nunca su pensamiento se desplazó hacia otro lugar, transitó su enfermedad de acuerdo a lo que ella creía. Nunca se traicionó, ni en su obra ni en su vida. En lo que ella creía, lo hacía. Y lo sostuvo siempre, con su obra, con su palabra y con su cabeza".
Interferencias urbanas
Graciela Sacco prefería llamarlas "Interferencias urbanas". Eran acciones sobre el espacio público, en muchos casos pegatinas. Territorio Sacco denominó Cultura municipal al recorrido que unirá distintas intervenciones y obras de la artista en la ciudad.
• Jardín de los Niños (Parque Independencia): Interferencia urbana con obra de la serie Esperando a los bárbaros. A la vez, en hall central del Jardín de los Niños puede verse la obra Entre nosotros realizada por Graciela Sacco en 2001.
• Museo Castagnino( Pellegrini y Oroño). Interferencia urbana Quién fue?.
• Museo de la Memoria (Córdoba 2019): Interferencia urbana: Quien fue?. También está expuesta instalación en sitio específico de Entre nosotros, realizada por Sacco en 2010.
• Facultad de Humanidades y Artes, (Corrientes 745): Interferencia urbana con obra de la serie Bocanada. A la vez, en el hall de ingreso a la Escuela de Bellas Artes se puso en valor la obra de sitio específico de la serie Sombras del Sur y del Norte: el incendio y las vísperas, realizada por Sacco en el año 2000. Y en el ingreso de la Facultad por Entre Ríos 758 también se realizan interferencias urbanas con copias de Quién fue?
• Centro Cultural Parque de España (avenida Arturo Illia y Sarmiento). Se interviene en la boca del túnel exterior con obras de la serie Bocanada.
• Escuela Municipal de Artes Plásticas Manuel Musto (Sánchez de Bustamante 129): Interferencia urbana sobre la fachada con obra de la serie Bocanada.
• Escuela Municipal de Danzas y Arte Escénico Ernesto de Larrechea (España 674): Interferencia urbana con obras de la serie En peligro de extinción.
• Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez (pasaje Álvarez 1550,): Interferencia urbana con obras de la serie En peligro de extinción.
• Centro Cultural La Toma, galería La Toma (Tucumán 1349): Interferencia urbana con material de la serie Bocanada.
Imágenes emblemáticas
"Las obras de Graciela Sacco que se podrán ver son todas imágenes muy emblemáticas de cómo ella pensaba su producción artística en relación con la trama urbana y social. Verlas todas juntas creo que va a marcar esa dimensión que ella buscaba", destacó Clarisa Appendino, subsecretaria de Industrias Culturales y Creativas de la Municipalidad de Rosario, área desde la cual surgió la idea de realizar un homenaje a la artista en su ciudad.
Recalcó además que las intervenciones y la muestra deben verse también teniendo en cuenta la relación de Sacco con Rosario. "Una artista que recorrió distintos circuitos del arte local, nacional e internacional y que continuamente tenía una presencia en la ciudad, de una manera u otra", dijo Appendino.
Tras aclarar que ella tomó la posta de otras gestiones, Appendino indicó que la idea es realizar un homenaje a Saco, a su trayectoria y producción. "Me parece interesante que por un lado se ofrezca un espacio expositivo donde se van a poder descubrir piezas nunca exhibidas, pruebas de artistas o los últimos proyectos que ella estaba realizando. Y por otro, recuperar las interferencias que ella fue construyendo a lo largo de su carrera en la trama urbana. Creo que de alguna manera se van a resignificar al ponerlas en circulación, en cada contexto volverán a ser leídas y a la vez podrán verse todas juntas esta vez", consideró.
Para Appendino, licenciada en artes y también curadora, volver a poner en circulación trabajos de Sacco "da cuenta de la espesura de una obra que cada vez se hace más compleja".
Sobre la actualidad de las obras de Sacco, sus preguntas sobre lo social y político, Appendino señaló que "ojalá quedaran como parte del pasado pero es presente. Su producción no queda desactualizada, para nada. Aprovechemos, entonces, para reflexionar sobre eso", invitó la funcionaria.