Cada año, al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) llegan unas 500 personas con graves traumatismos de cráneo. Y muchos de estos casos demandan varias cirugías para reparar las lesiones. Con una inversión de 120 mil pesos, el centro de salud municipal se convirtió en el primero en montar un laboratorio para el modelado de prótesis con impresora 3 D. La novedad, aseguran los médicos, no sólo introduce mejoras en la atención de los pacientes sino que también permite reducir los costos de estas intervenciones.
La utilización de tecnología 3 D para la creación de prótesis no es nueva en el ámbito de la salud. Sin embargo, el Heca es el primer hospital en implementar un sistema propio de moldeado mediante impresoras 3 D.
"Esta tecnología está difundida en el mundo desde hace más de una década, pero su elevado costo genera problemas de accesibilidad. Actualmente en el Heca podemos abarcar la totalidad del proceso dentro del ámbito del hospital, desde los primeros estudios hasta la impresión tridimensional", explica el jefe del servicio de neurocirugía, José Nallino, y destaca que los mismos cirujanos que evalúan al paciente son los que luego en el laboratorio pueden desarrollar las herramientas necesarias para su atención.
Nallino está al frente de un equipo de cinco neurocirujanos y cinco residentes que se están formando en el hospital del municipio. El grupo lleva más de un año trabajando en el proyecto que financió la fundación del hospital (ver aparte).
El flamante laboratorio se puso a prueba por primera vez hace dos semanas, cuando los médicos del equipo de neurocirugía del hospital le realizaron una craneoplastía a una mujer joven para reparar una lesión producida por un cáncer. Después, volvió a utilizarse con un muchacho víctima de un accidente de tránsito. Ambos pacientes evolucionan favorablemente.
En el quirófano
Las craneoplastías son operaciones que se llevan a cabo con el propósito de reparar defectos óseos en el cráneo. Generalmente se producen después de un trauma, los más frecuentes son los generados en accidentes de tránsito o episodios de violencia.
Los profesionales explican que el mayor desafío de este tipo de cirugías, como en todo procedimiento reconstructivo, es el de lograr reproducir con el mayor grado de exactitud la anatomía propia de cada paciente. Un objetivo que en ocasiones resulta extremadamente complejo, sobre todo cuando se trata de cirugías de rostro, como la reconstrucción de las órbitas oculares o los maxilares. En esto, afirman, la tecnología aporta una herramienta muy valiosa ya que, a partir de la imagen de las imágenes de la mitad del cráneo sin lesiones, se puede reconstruir una prótesis idéntica.
El trabajo en el laboratorio tiene dos pasos. En una computadora se procesan las imágenes obtenidas mediante una tomografía o resonancia magnética para generar un modelo tridimensional del cráneo del paciente.
Con estos datos se crea un modelo tridimensional de la prótesis que necesita el paciente para crear un molde con alta precisión, que puede exportarse e imprimirse mediante una impresora 3D.
El diseño del molde conlleva aproximadamente dos horas de trabajo, y la impresión 3D entre 6 y 36 horas, difiriendo del tamaño y la complejidad del mismo.
El último paso es esterilizar los moldes para, dentro de la misma sala de operaciones, crear la prótesis de cráneo de excelente calidad y detalle anatómico, debido al diseño personalizado utilizando la propia anatomía del paciente.
Las prótesis se realizan en cemento quirúrgico, un material testeado y autorizado por la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) para su uso en personas. De acuerdo a una investigación desarrollada también por el equipo del Heca hace tres años, las prótesis de cemento quirúrgico tienen el mismo desempeño que las prótesis de hueso congelado, es decir, no producen más rechazos ni infecciones.
Además de su uso en neurocirugías, el objetivo es implementar la creación de prótesis 3 D en otras áreas como traumatología y ortopedia.
Actualmente, de acuerdo a estadísticas de la Secretaría de Salud municipal, el servicio de neurocirugía del hospital municipal admite 500 casos anuales de traumatismo de cráneo, cerca de dos por cada día hábil.
En los últimos 4 años se realizaron 189 craniectomías y 103 craneoplastías sólo relacionadas al trauma, sin contar otras patologías como infecciones o tumores.