Imaginemos la siguiente situación: dos hermanos rosarinos deciden continuar el negocio familiar de forma independiente, y enfrentan el desafío de emprender. Crean su marca, fabrican indumentaria de calidad y la venden en la tradicional calle San Luis. Prosperan, crecen, hasta que 10 años después ocurre lo inimaginado: una pandemia. Están obligados a bajar sus persianas y se enfrentan a un nuevo desafío, reconvertirse para subsistir.
Esta es la historia de Neska, marca rosarina de Begoña y Javier Amatriaín, que en septiembre celebra sus 11 años de vida y hoy se sostiene gracias a su transición al comercio digital. También es la historia de miles de emprendimientos más que durante el confinamiento por el Covid19, se encontraron en la encrucijada de repensar su modelo de negocio. “Lo que pasó con la pandemia es que se precipitó ese paso que veníamos pensando desde hace mucho tiempo. Y eso nos obligó a agilizar esa transformación y a ponerla en marcha de forma urgente para poder seguir adelante” cuenta Begoña, que afrontó la situación con una estrategia exitosa hacia lo digital: una web bien plantada, mayor presencia en redes sociales y una original venta directa que consiste en 10 líneas de whatsapp, siempre disponibles.
El crecimiento de Neska fue exponencial. Hoy tienen 5 locales en la ciudad - 4 de ellos aún en el corredor mayorista de calle San Luis - y sus productos se encuentran de norte a sur, en todas las provincias del país. Este reconocimiento se debe a pilares contundentes: indumentaria de calidad, talles inclusivos, precios competitivos y un aceitadísimo contacto con sus clientes. “En el rubro comercialización, todos tuvimos que adaptarnos y transitar esa transformación, por eso desde Neska implementamos un plan de capacitaciones para nuestros clientes mayoristas. La idea es acompañarlos en este proceso y asesorarlos en imagen, manejo de redes y venta online” detalla con entusiasmo Begoña, demostrando que la reconversión aún no ha encontrado techo para su empresa. Esta propuesta de valor para otros emprendedores demuestra la creatividad y el poder de resiliencia de los hermanos Amatriaín, y los pone en contacto con clientes de todo el país que potencian y acompañan su crecimiento.
Así llegaron para Neska los primeros 11 años de vida y por supuesto que ameritan una celebración acorde a su perfil. A partir de esta semana contarán con intervenciones artísticas en sus locales, actividades recreativas, premios y una imperdible barata de prendas que parte desde los $500, anticipando el cambio de temporada.
El espíritu emprendedor de calle San Luis, histórico y multicultural, se mantiene vivo en la energía de las nuevas generaciones de comerciantes, como Begoña y Javier, que continuaron un negocio familiar aportándole una impronta propia. Ellos heredaron la identidad de este corredor comercial, se adaptan a todo, proponen nuevas dinámicas y proyectan su futuro de la misma forma que empezamos esta nota: imaginando.