El Día Internacional del Hombre existe, y se celebra cada 19 de noviembre. Fue establecido en 1992 por Thomas Oaster, un docente de la Universidad de Missouri-Kansas (Estados Unidos), y desde 1999 se instaló definitivamente a partir de conmemorarse a nivel internacional. Si bien la idea de recordarlo tiene diversas intenciones, prevalece la salud, ya que, según estudios mundiales, los varones se cuidan menos que las mujeres: una situación que implica que se enfermen más y mueran antes. La prevención es clave y, en este sentido, se hace hincapié en una enfermedad que para muchos es tabú: el cáncer de próstata, el más común en el género masculino y del que pocos se atreven a hablar.
Por eso, tal como octubre es el mes rosa (en referencia al de las mujeres), noviembre es azul: un período en el que se busca promover la prevención en materia sanitaria entre los varones, más reticentes a cuidarse que las mujeres.
Los datos son elocuentes. El urólogo Martín Piana está convencido de que “el estado de salud de los hombres está en crisis, se angustian y mueren demasiado jóvenes”. El especialista sostuvo que “el género es el indicador más fuerte de calidad de vida. La esperanza para los varones es 5 a 7 años menos que en el caso de las mujeres (75 frente a 82, en promedio)”. Estos números, por cierto alarmantes, pertenecen a las organizaciones mundial y panamericana de la salud (OMS y OPS). Las razones son prevenibles.
El especialista abogó por la existencia de mayores campañas de salud. “Los varones tienen que tomar conciencia y cambiar actitudes. Los hombres prefieren mostrarse bien cuando, muchas veces, la realidad es distinta. Ante sus amigos o familiares se exhiben como si no tuvieran problemas; no los aceptan y se angustian”, indicó en base a lo que percibe en la consulta día a día.
Temor
¿Prejuicios ante los chequeos médicos, miedo? El especialista cree que esos son puntos que evitan que se avance en la prevención de esta enfermedad.
A pesar de que el 83 % de los hombres confía en que su salud es buena, los resultados de la encuesta “Mens health perceptions from around the globe” (2016) indican que existe una contradicción entre la percepción que tienen sobre cómo gestionan su salud y su comportamiento real. Solo el 43% de los hombres se hace controles regulares, frente a un 76% de las mujeres.
“La salud masculina está en crisis. No solo porque los hombres mueren demasiado jóvenes, sino porque no prestan la atención suficiente a algunos aspectos de su salud”, dijo Piana preocupado por un índice que en Santa Fe muestra la gravedad del tema: “El cáncer de próstata es uno de los tumores más frecuentes en hombres y la tercera causa de fallecimiento por esa enfermedad en la población masculina de la provincia”.
Su incidencia se asocia a la edad, y es mucho más frecuente en hombres a partir de los 50 años, explicó el médico.
“Si bien no es un tumor que pueda evitarse, el resultado del desarrollo de la patología cambia drásticamente cuando se la detecta de manera temprana y alcanza así hasta un 90 % de posibilidades de cura”, remarcó el profesional sobre el tipo de cáncer que en Rosario en 2019 tuvo una tasa de mortalidad de 11 por cada 100 mil habitantes.
Para la detección temprana y tratamiento oportuno es indispensable que, a partir de los 50 años, los hombres realicen periódicamente un chequeo urológico. Esta edad se adelanta a los 40 años en quienes tienen familiares directos con cáncer de próstata. “Es un tumor de evolución diversa y en muchos casos muy lenta, por lo que es importante que los controles sean habituales a partir de la edad en la que tiene más prevalencia: los 50 años o antes en caso de contar con familiares directos con antecedentes de cáncer de próstata”, insistió.
A nivel país, esta enfermedad suma un caso cada 45 minutos, según datos oficiales. En 2019, 3.722 varones fallecieron por cáncer de próstata, un número que creció a 3.964 al año siguiente.
Síntomas de alerta
Tratar tempranamente el cáncer de próstata necesita de la decisión de concurrir a los chequeos urológicos. Se trata del tumor más frecuente en los hombres y en el 50 por ciento de los casos, la enfermedad se detecta cuando está avanzada, lo que eleva los riesgos de mortalidad.
Aunque la patología puede ser asintomática, los médicos suelen dar algunas alertas: dificultad para comenzar a orinar; flujo de orina débil o interrumpido; micción con frecuencia, especialmente a la noche; dificultad para vaciar la vejiga por completo; dolor al orinar; sangre en la orina o el semen; dolor persistente en la espalda, las caderas o la pelvis; y dolor al eyacular.