La caída de un meteorito sobre los montes Urales en Rusia causó ayer a la mañana una serie de explosiones que dejaron 1.200 heridos, una estela de daños y alarma general entre los pobladores.
La caída de un meteorito sobre los montes Urales en Rusia causó ayer a la mañana una serie de explosiones que dejaron 1.200 heridos, una estela de daños y alarma general entre los pobladores.
Impactantes resultaron las imágenes registradas en Cheliabinsk, la novena mayor ciudad de Rusia, ubicada al este de la gran cadena montañosa, donde hubo graves daños y más de 1.000 heridos, entre ellos decenas de niños.
Las cámaras de video que muchos rusos llevan en sus autos hicieron que el fenómeno recorra el mundo a minutos de producido.
El presidente, Vladimir Putin, dijo que agradecía a Dios que ningún fragmento grande haya caído en áreas pobladas.
Las personas que se dirigían a sus lugares de trabajo en Cheliabinsk escucharon lo que sonó como una explosión, vieron una luz brillante y posteriormente sintieron una onda de choque.
La bola de fuego, que viajaba a una velocidad de 20 kilómetros por segundo, cruzó el horizonte y dejó una larga columna de humo blanco que podía verse hasta 200 kilómetros de distancia.
Las alarmas de los autos se encendieron, las ventanas estallaron y los teléfonos celulares comenzaron a fallar. El Ministerio del Interior dijo que la explosión causó un estampido sónico.
"Iba en auto a trabajar, estaba bastante oscuro, pero de repente hubo tanta luz como si fuera de día", dijo Viktor Prokofiev, un residente de 36 años de Yekaterimburgo. "Me sentí como cegado por unos faros", sostuvo.
La Academia de Ciencias rusa precisó que el meteorito, "de unas 10 toneladas de peso, entró en la atmósfera celeste con una velocidad de entre 15 y 20 kilómetros por segundo, estalló a gran altura —a una distancia de entre 30 y 50 kilómetros de la superficie de la tierra— y se evaporó en su mayor parte, aunque pequeños fragmentos llegaron al suelo".
El Ministerio del Interior dijo que de las 1.200 personas heridas 200 eran niños, la mayoría como consecuencia de esquirlas de vidrio.
Se estimaron en 3.000 los edificios resultaron dañados, mientras el costo por las pérdidas asciende a 25 millones de euros. Ventanas hechas añicos, techos de negocios derrumbados y paredes de fábricas destruidas eran algunas de las imágenes que mostraba ayer la televisión local.
Putin se declaró "preocupado" y advirtió sobre sistemas de alerta "poco eficaces".
En efecto, poco después el jefe del departamento operativo del Ministerio del Interior, Viktor Rakitin, admitió que el "sistema de alerta no funcionó como la gente esperaba. No había sirenas o altavoces. El episodio fue inesperado y se produjo en poco tiempo".
La región de Chelyabinsk es el corazón industrial de Rusia, un área con muchas fábricas, plantas de energía nuclear y depósitos de residuos nucleares. El gobierno aseguró que la caída no influyó en los niveles de radiación.
El fenómeno se registró a las 7.30 local. En total, se encontraron daños en al menos seis ciudades de esa región, situada a unos 1.500 kilómetros al este de Moscú. Los testigos indicaron que vieron rayos, explosiones y nubes de humo en el cielo.
"No ha sido una lluvia de meteoritos sino un meteorito que se desintegró en la capas bajas de la atmósfera", dijo la portavoz del Ministerio para Situaciones de Emergencia, Elena Smirnij.
Por su parte, el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, advirtió que la caída del meteorito demuestra la vulnerabilidad del planeta. "Espero que no haya consecuencias graves, sin embargo, eso es una prueba de que no solo la economía es vulnerable, sino todo nuestro planeta", dijo desde la ciudad siberiana de Krasnoyarsk, donde participa en un foro económico internacional.
Simon Goodwin, un experto en astrofísica de la Universidad de Sheffield en Gran Bretaña, dijo que alrededor de entre 1.000 y 2.000 toneladas de material cae diariamente del espacio a la Tierra, pero buena parte se quema en la atmósfera.
"Aunque eventos de esta magnitud son inusuales, un impacto que puede causar daños y muertes ocurre más o menos cada siglo" dijo. "Desafortunadamente no hay nada que podamos hacer para evitar estos impactos", añadió.
Siete aviones y unos 20.000 miembros de protección civil en Cheliabinsk se movilizaron para asistir a la población. Debido a las dimensiones de los daños, las empresas enviaron a sus trabajadores a sus casas mientras las escuelas permanecieron cerradas.
La agencia espacial europea ESA informó que se trata de otro meteorito completamente diferente al asteroide 2012 DA14, que pasó más tarde cerca de la Tierra.
"Es otra cosa completamente diferente. Su recorrido y el lugar del impacto son otros", dijo el portavoz.
Rocas ardientes brillantes se podían ver por kilómetros a medida que entraban a la región de los Urales, dejando una enorme estela de nubes.
Los residentes de Chelyabinsk también reportaron temblores de tierra.
Unas 200 personas necesitaron ser trasladadas a los hospitales para recibir tratamiento.
El techo de 600 metros cuadrados de una fábrica de zinc se derrumbó mientras el Ministerio de Emergencias dijo que miles de trabajadores de rescate fueron enviados a la zona para prestar ayuda a los heridos.
Entre nosotros. José Luis Galache, astrónomo del Minor Planet Center (MPC) en el Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, calculó que el meteorito "debía tener unos 10 metros de diámetro".
"Asteroides de 10 metros llegan a la atmósfera una vez al año como promedio. Pero el 70 por ciento de la superficie terrestre está cubierta por agua, y del 30 por ciento gran parte son zonas despobladas, por lo que no se detectan", afirmó.
Detectar con antelación estos fenómenos es muy difícil: "El cielo es muy vasto y los medios son muy limitados. Cuanto más pequeños son más difíciles de observar porque brillan menos. El meteorito ruso ha sido inesperado, hubiera sido cuestión de suerte haberlo detectado", aseguró Galache.