Un joven de 19 años quedó ayer detenido por "homicidio simple" luego de que le sacó el auto a su padre y, sin licencia de conducir y alcoholizado, atropelló y mató a un niño de un año y medio que jugaba en la vereda de su casa de la localidad bonaerense de VillaTesei, partido de Hurlingham, informaron fuentes policiales y judiciales.
Maximiliano Nicolás Hermosilla, de 19 años, por consejo de su defensa oficial, ayer se negó a declarar ante el fiscal de la causa, Alejandro Jons, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Morón, quien le imputó el crimen del nene llamado Máximo Benjamín Escalada, conocido como "Pepe".
Fuentes judiciales informaron a Télam que tras la indagatoria, el juez de Garantías Alfredo Meade convalidó el requerimiento de la fiscalía para que el acusado quede formalmente detenido por un delito con penas de 8 a 25 años de prisión, mientras se resuelve su situación procesal.
Todo comenzó anteayer, alrededor de las 18, en la calle Alvarez Prado, entre Tigre y Juan de Langara, en el barrio Mitre de Villa Tesei, en el oeste del conurbano, cuando Hermosilla lavaba el Chevrolet Corsa de su papá y, sin permiso de éste, decidió conducir unas cuadras e invitó a un amigo suyo, de 16 años, a acompañarlo.
Según las fuentes, el joven alcanzó a dar una vuelta manzana hasta que no pudo controlar el vehículo, chocó contra dos autos estacionados y luego atropelló a Máximo, quien jugaba con su hermana en la vereda de su casa.
A raíz del impacto, el niño quedó atrapado entre el paragolpe del auto y el paredón de la casa y si bien fue trasladado de urgencia por sus padres al Hospital Posadas, murió cuando era asistido, dijeron los informantes. Por su parte, Hermosilla fue detenido por la policía a dos cuadras del lugar del impacto, donde fue alcanzado en un campo municipal por unos vecinos que lo agredieron a golpes y lo entregaron, junto a su padre que se acercó hasta el lugar, a los efectivos.
Tras ser aprehendido, el acusado fue sometido a un test de alcoholemia con el sistema de la "pipeta", el cual dio 0,76 gramos de alcohol en sangre, cuando el máximo permitido es 0,50.
Hermosilla primero fue alojado en la comisaría de Villa Tesei, aunque luego debió ser trasladado a la Seccional Primera de Morón para preservarlo de los familiares y vecinos del niño fallecido, que realizaron un enardecido reclamo.
"Yo no le doy el auto porque sé lo que puede pasar. La verdad es que estoy mal", dijo a la prensa Rolando Hermosilla, padre del acusado, que contó que al momento del hecho él estaba "tomando unos mates" en su casa, esperando a que su hijo "termine de lavar el auto".
"Cuando escucho todo el ruido y salgo, veo lo que había pasado", relató el hombre que indicó que seguidamente se acercó hasta donde se encontraba su hijo, al que vio "adentro del auto, todo lastimado, y en mal estado".
"Habrá estado tomado, drogado o algo La verdad que no sé que más decir. Me sorprende", dijo Rolando y concluyó: "Le pido mil disculpas a la familia de la criatura y sé que todo lo que diga no les va a calmar el dolor que tienen."
"Queremos justicia y que haya más seguridad en Hurlingham", dijo, por su parte, Walter, quien dijo ser un "amigo de la infancia" del padre de Máximo, a quien consideraba "un sobrino". La muerte de Máximo generó consternación en el barrio Mitre ya que él y su familia eran conocidos de los vecinos, al igual que los Hermosilla, que viven muy cerca unos de otros.
"Al bebé lo conocíamos todos acá. Era el primer hijo de la familia. Por eso es un dolor muy grande", expresó una mujer que reside en la misma cuadra donde ocurrió el hecho y agregó: "No vimos lo que pasó. Escuchamos como una explosión en la esquina y ahí nos enteramos que lo había agarrado al nenito contra las rejas".
Otra vecina detalló que el nene era muy sociable, decía llamarse "Pepe", por lo que todos lo llamaban así, y que, pese a tener un año y medio, "ya hablaba bastante bien y decía que tenía tres".
En tanto, los restos de Máximo fueron inhumados ayer a la tarde en el cementerio privado Parque de Hurlingham, adonde asistió una gran cantidad de vecinos.
Por otra parte, el fiscal Jons ordenó realizar una serie peritajes sobre el Corsa para determinar si quedó fuera de control por una falla mecánica o se trató de un error humano. Al test de alcoholemia se suma el testimonio del amigo adolescente del acusado que iba con este en el auto y que declaró ante la policía que el conductor estaba bastante borracho y aparentemente drogado, explicó a Télam una fuente judicial.