El Puesto San Isidro es un minioasis regado con agua de deshielo entre los agrestes cerros del piedemonte mendocino, a media hora del centro de la capital provincial. En ese lugar, Vila plantó hace 12 años un viñedo de uvas malbec.
Según explicó el enólogo Marcelo Casazza, se trata de “un lugar que no es típico de la vitivinicultura”, a
“Es un lugar donde el sacrificio del hombre es necesario de manera permanente porque hay que combatir, como en otros lugares de Mendoza, contra inclemencias naturales. Pero en ese lugar hay que pelear contra otras cosas de la naturaleza, como las hormigas, los zorros, las liebres. Por eso digo que es un vino que se hace con sacrificio”, comentó Daniel Vila respecto del origen de “Puesto San Isidro”.
“Lo probé antes de que tenga la etiqueta y es un vino exquisito”, aseguró Pamela David, esposa de Vila, durante la presentación.
“Es un vino que, por la calidad que tiene, lo hemos cuidado en todos los detalles: el envase, el corcho, la etiqueta, la presentación en general, está acorde con el producto”, completó Vila.