El misterio de la joven moldava que se encontraba con el capitán en la cabina de mando en el momento del trágico accidente del crucero se ha develado. La muchacha, de 25 años, apareció por sorpresa en un canal de la televisión moldava y confirmó que estaba con Schettino.
Domnica Cemortan dijo que trabajaba en el Costa Concordia como traductora pero que se encontraba de vacaciones; de ahí que estuviera en el puente de mando con el resto de oficiales. Sin embargo, según el registro de otra naviera (African Safari Club), Cermotan trabajó como bailarina en 2007 para la compañía de cruceros Royal Star y no traductora del Concordia, tal como ella aseguró.
La fiscalía que investiga el caso sospecha que el naufragio se produjo porque el capitán no estaba demasiado atento al barco y mas bien pendiente de otras cosas. Por ello, buscan a esta joven para interrogarla y saber qué es lo que realmente ocurrió.
Cemortan, en la entrevista, defendió con uñas y dientes la labor del capitán y aseguró que Schettino "ha salvado miles de vidas". "Creo que hizo un excelente trabajo, todo el equipo está en deuda con él. Ha salvado más de tres mil personas", expresó, contradiciendo las pruebas que apuntan a que Schettino cometió gravísimas negligencias.
En ese sentido, afirmó que el capitán sí dio la orden de evacuación y que la tripulación en ningún momento escapó. "Vimos escenas terribles. Yo abandoné el barco a las 23.50 y el capitán aún seguía allí", dijo, aunque las conversaciones entre el capitán y la capitanía indican que Schettino abandonó el barco al poco de llamar a tierra.
La historia de la joven no coincide para nada con las investigaciones judiciales que aseguran que Cemortan no estaba ni en la lista de pasajeros ni en la de la tripulación. Por ello, han ordenado su búsqueda para que pueda explicar qué hacía en el barco si no estaba registrada.
La chica vive en Bucarest. Desde Rumania, su madre aseguró que el hermano de Domnica compró el pasaje regularmente por Internet y que era un regalo de cumpleaños. Cemortan nació el 7 de enero de 1987.
Lo que sí parece que ha quedado demostrado por unas fotografías hechas por unos pasajeros es que el capitán tuvo su última cena junto a la joven, en la que estuvieron acompañados por un tercer hombre y donde comieron y bebieron abundantemente.
A todo esto, los submarinistas tratan de penetrar en el camarote del capitán, que se encuentra en la parte derecha de la proa ahora sumergida. Se intenta buscar la caja fuerte donde pueden encontrarse documentos fundamentales.