El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, redobló ayer la apuesta en el cruce verbal con Corea del Norte y afirmó que quizás su amenaza de descargar "fuego y furia" contra Pyongyang si continúa con sus provocaciones "no fue suficientemente dura". "Es tiempo de que alguien defienda a la gente de este país y de otros países, así que quizás la declaración no fue suficientemente dura", dijo Trump a periodistas en su complejo de golf en Bedminster, Nueva Jersey, donde se encuentra de vacaciones.
Corea del Norte reiteró más temprano que está diseñando un plan para disparar misiles cerca de la isla de Guam en el Pacífico, donde Estados Unidos tiene sus bases militares. Trump evitó decir si Estados Unidos planea lanzar un ataque preventivo y dijo que continúa abierto a una negociación. "Mejor que Corea del Norte se comporte o van a estar en problemas como pocos países en este mundo han estado en problemas. Si nos atacan deberían ponerse muy nerviosos", agregó. Asimismo, expresó satisfacción por las sanciones contra el régimen de Kim Jong-un aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU el fin de semana, pero afirmó que no cree que Pyongyang cambie la actitud tras décadas de diálogo fallido. "Si Corea del Norte hace algo en términos de pensar en atacar a alguien que amamos o que representamos o nuestros aliados o nosotros, pueden estar muy muy nerviosos", dijo. "Porque les pasarán cosas que nunca creyeron posibles".
En medio de la escalada de los últimos días, las autoridades norcoreanas dijeron ayer que para mediados de agosto tendrán listo el plan para lanzar misiles cerca de Guam como forma de advertencia, en vista de que sólo "la fuerza absoluta puede funcionar" con el presidente estadounidense. Trump "salió a decir muchas tonterías sobre «fuego y furia», sin comprender la grave situación", dijo el general Kim Rak Gyom, comandante de la Fuerza Estratégica del Ejército Popular de Corea (EPC). "El diálogo no es posible con un hombre desprovisto de razón y sólo la fuerza absoluta puede funcionar con él", agregó.
La guerra de palabras en torno al programa nuclear norcoreano genera temor en el mundo de que un error de cálculo provoque catastróficas consecuencias en la península coreana o más allá. "Espero que nunca tengamos que usar este poder", dijo Trump, tras su advertencia al régimen de Kim, que amenaza con atacar con sus misiles nucleares territorio estadounidense. Lejos de apaciguar las aguas, el secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, instó a Norcorea a renunciar al desarrollo de armas nucleares, y dejar de fomentar acciones que llevarían "al fin de su régimen y a la destrucción de su pueblo".
La Unión Europea (UE) anunció ayer que ampliaría su lista de sanciones contra Corea del Norte, añadiendo a nueve personas y cuatro entidades, tras las repetidas violaciones por parte de Pyongyang de las resoluciones de la ONU sobre sus programas nuclear y balístico.
Calma y preocupación
La remota y paradisíaca isla de Guam, a unos 3.500 kilómetros de Corea del Norte, cuenta con dos bases militares estadounidenses con bombarderos pesados de largo alcance, cazas y submarinos, que participan regularmente en las demostraciones de fuerza de Estados Unidos cerca de la península coreana, para furia de Pyongyang. Guam también está equipada con un escudo antimisiles THAAD.
Según analistas, un ataque norcoreano a Guam pondría a Washington en una posición difícil: si no intenta interceptarlo, su credibilidad se vería afectada y Pyongyang se sentiría confiado para hacer una prueba de ICBM de mayor envergadura.
Las tensiones en la península coreana tienden a agravarse días antes de ejercicios militares conjuntos entre Seúl y Washington, previstos para el 21 agosto. "La interpretación norcoreana de la retórica de Washington difiere de la interpretación occidental de las amenazas habituales de Pyongyang. Para el régimen norcoreano, los dichos incendiarios de Trump son una cuestión de vida o muerte", opinó Hong Hyun-Ik, analista el Instituto Sejong. Los norcoreanos marcharon el miércoles por Pyongyang, donde el régimen organizó manifestaciones de apoyo. "Diez millones de corazones se inflaman con la promesa de defender la patria hasta la muerte", decía una pancarta. A pesar de esto, la vocera de la diplomacia estadounidense, Heather Nauert, reiteró ayer: "Los estadounidenses pueden dormir tranquilos", dijo.
Aliados
La Otán dijo que no está obligada a apoyar a las fuerzas armadas de Estados Unidos en caso de un ataque norcoreano contra Guam. La isla no pertenece al área alcanzada por el tratado, informó un portavoz de la alianza en Bruselas. No obstante, un vocero consideró poco probable que los miembros de la Alianza rechacen apoyar a EEUU.