Corea del Norte anunció que reactivará un reactor de plutonio y redoblará la producción de armas atómicas "en cantidad y calidad", en otra vuelta de tuerca a una creciente retórica belicista de Pyongyang hacia Estados Unidos y Corea del Sur. Un portavoz del Departamento de Energía Atómica de Corea del Norte declaró que sus científicos comenzarán en breve a "reajustar y reiniciar" el complejo de origen soviético Yongbyon, incluyendo el reactor de plutonio y la planta de enriquecimiento de uranio, materiales con los que pueden fabricarse armas atómicas.
El reactor empezó a funcionar en 1986, pero luego Corea del Norte lo cerró en 2007 en virtud de negociaciones nucleares con EEUU. El vocero norcoreano no precisó cuándo estará en actividad el reactor, pero aseguró que se actuará de forma "inmediata". Expertos independientes estimaron que se necesitarían de tres meses a un año para poner el reactor en funcionamiento. En 2007, en virtud del acuerdo, la torre de refrigreración del reactor fue demolida. Desde entonces, Norcorea aseguró que en Yonbbyon sólo había actividad nuclear civil. El plutonio es un camino más rápido para acopiar material fisible que el enriquecimiento de uranio. Con ambos puede producirse una bomba atómica de tipo primitivo, o "A", en contraste con las más avanzadas y potentes de hidrógeno o "H".
El gobierno surcoreano calificó el anuncio de "lamentable", y un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores instó a Pyongyang a cumplir con sus promesas "del pasado" sobre desarme y a contribuir a "la desnuclearización de la península de Corea".
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, declaró por su lado que la crisis en Corea del Norte había ido demasiado lejos e instó al diálogo y a la negociación para resolver la situación. "Las amenazas nucleares no son un juego. La retórica agresiva y el posicionamiento militar sólo generan reacciones y alimentan el temor y la inestabilidad", dijo Ban, quien es surcoreano.
El Pentágono, en tanto, anunció que otro destructor con capacidad para interceptar misiles se había posicionado en el Pacífico occidental para ayudar en la defensa de Corea del Sur. El domingo, dos cazas estadounidenses F-22, considerados los más avanzados del mundo, arribaron a Surcorea. Se sumaron a los dos bombaderos B-2. Estas cuatro naves son "invisibles" a los radares y tienen por tanto una gran capacidad de penetración en territorio enemigo.
En febrero pasado Norcorea hizo estallar un arma nuclear en forma subterránea. Fue su tercer ensayo nuclear desde 2006. La reacción internacional fue inmediata, y el Consejo de Seguridad de la ONU le impuso sanciones, con el apoyo de China, único aliado que posee Pyongyang. A partir de ese momento comenzó la escalada de amenazas de Kim-Jong-Un, el joven dictador comunista de Norcorea. Este amenazó con un ataque nuclear a Estados Unidos y sus bases y con una guerra devastadora a Corea del Sur, lo que llevó a Washington a incrementar sus fuerzas en la región y a desarrollar maniobras de gran escala con las fuerzas armadas de Corea del Sur, un aliado histórico de EEUU.
Corea del Norte, uno de los estados más aislados e impredecibles del mundo. Aunque llevó a cabo en febrero su tercer ensayo nuclear, se cree que aún le faltan años para desarrollar armas nucleares fiables y lo suficientemente ligeras como para ser transportadas en un misil.
Asimismo, en un discurso del dictador Kim-Jong-Un, pronunciado el domingo pero difundido completo ayer, pareció reducir la posibilidad de una confrontación directa con Estados Unidos, dado que destacó que las armas nucleares le darían seguridad al país como elemento disuasivo. "Nuestra fortaleza nuclear garantiza la existencia de la paz y la prosperidad", afirmó.
El discurso de Kim pareció mostrar un pequeño cambio de rumbo respecto de las amenazas contra Washington y Seúl. "El hecho de que este (discurso) se hiciera en una reunión del comité central del partido, que es el órgano político más importante, indica un intento de subrayar los problemas económicos y cambiar el foco de la seguridad a la economía", dijo Yang Moo-jin, de la Universidad de Estudios Norcoreanos en Seúl.